El temido hedge fund o fondo del alto riesgo AQR Capital Management controla ya casi el 2% de un banco que lucha por no perder el euro en bolsa
VALENCIA (VP). Banco Popular registra un volumen de posiciones cortas equivalentes al 6,71% de su capital, lo que supone el porcentaje más alto para el banco desde el pasado 19 de febrero, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV); mientras sigue tratando de no perder la barrera del euro en bolsa.
La presencia de bajistas en el accionariado de la entidad presidida por Ángel Ron, inmersa en un plan de reducción de unos 2.900 empleados y el cierre de 302 sucursales, llegó a superar el 7% a inicios de febrero, para después acercarse al 2% en julio.
Las firmas que declaran mayores porcentajes de posiciones cortas en el banco son AQR Capital Management, con un 1,92%, Marshall Wace (1,05%) y Oceanwood Capital Management (0,51%).
Las posiciones cortas declaradas en el Popular se registran a fecha del pasado 14 de octubre, precisamente un día después de que los inversores dudaran de si el Banco de España daría 'luz verde' al proyecto del banco de crear una entidad de propósito especial para aportar 6.000 millones en inmuebles improductivos.
El Popular salía al paso de las informaciones y aseguraba que "ningún supervisor" le había remitido "indicación negativa alguna" sobre dicho proyecto, por lo que garantizaba que continuaba trabajando "en la misma línea" de las diferentes alternativas analizadas.
La entidad se ha desplomado más de un 60% en bolsa en lo que va de año, tras verse obligada a ampliar capital en mayo por 2.500 millones de euros, a lanzar un plan de ajuste de plantilla y a reordenar su red de oficinas para afrontar un contexto de baja rentabilidad por los tipos de interés en el 0%.
Desde el año 2010, la CNMV exige que se le comunique toda posición corta sobre cualquier valor cotizado español que exceda el 0,2% del capital social y hace públicas las que superen del 0,5% el capital.
La toma de posiciones cortas es una operativa bursátil que utilizan los inversores cuando prevén que el mercado va a bajar o está sujeto a mucha volatilidad.
En líneas generales, consiste en pedir prestadas acciones de una entidad a cambio de un alquiler con la intención de venderlas y posteriormente recomprarlas más baratas. El precio obtenido por la venta de los títulos compensaría con creces el alquiler y la posterior compra.