El valenciano José Boix es uno de los autores que aprovechará la cita para darse a conocer sin contar con el apoyo de una editorial. Su novela, "Tras la última sombra roja" es un thriller ambientado en el mundo de la cooperación internacional
VALÈNCIA.- Luis Goytisolo, Óscar Hernández Campano, Carlos Marzal, Kirmen Uribe, Christian Gálvez, Fernando Delgado, Manuel Vicent, Blue Jeans… La 52 Fira del Llibre ha abierto sus puertas y, una vez más, las cifras y los nombres son mareantes: 600 firmas, más de 130 presentaciones, 150 entrevistas con autores en un plató de televisión, mesas redondas, debates… Pero no todos los autores tendrán largas colas de lectores que esperan como agua de mayo su última novela. Algunos luchan por salir adelante y pelean lector a lector por una oportunidad. Son los escritos que se autoeditan, los que viven al margen del sistema (por decisión propia o de otros) y que sueñan con entrar en el circuito.
José Boix es uno de ellos. Ingeniero, tras una experiencia de seis meses en Argelia decidió que estaba harto de vivir de algo que no le gustaba y decidió darse una oportunidad como escritor. En 2014 se dio su primera oportunidad con El míster, un divertido relato de 80 páginas ambientado en el mundo del fútbol y sobre un tipo esclavo de sus decisiones. No fue un best seller, apenas se leyó fuera de su ámbito personal, pero las críticas le animaron a seguir. Dos años después llegó Tras la última sombra.
"A mí me gustaría ser escritor", explica, "y poder vivir de esto, pero veo que está muy complicado". Los concursos que antes servían para descubrir a autores nuevos, ahora sirven para que presentadores de televisión ¡sorpresa! los ganen con su primera obra. Las grandes editoriales no se fijan en los pequeños autores y las pequeñas... a veces mejor ni acercarse. Por eso algunos como él prefieren intentarlo por su cuenta.
Sin duda, Boix cree en lo que hace. Es la única forma de avanzar. De Tras la última sombra ha vendido cerca de 400 ejemplares. Puede no parecer mucho pero, teniendo en cuenta que es autoeditado y las tiradas medias actuales no está nada mal. Si es por dinero, seguro que ha ganado más yendo por libre, pero la cuestión crematística es secundaria.
En la Fira ha conseguido que le hagan sitio varias librerías. Un autor con cierto nombre acude un día y sus lectores le esperan. No es extraño que tenga que dar varias entrevista que el responsable de prensa de su editorial ha concertado. Boix no. Se ha buscado las lentejas y no esperará a que los lectores vayan a por él sino que saldrá en su búsqueda. Así, siempre por la tarde, el viernes 21 estará en la librería Abacus, el sábado en Patagonia, el miércoles en Inter-técnica (UPV) y el viernes en Railowski. "Y no voy a más porque no he encontrado más". Seguro que por el camino se cruzará con algún gregario más de la literatura que intenta ser leído.
Aunque tiene ideas, todavía no se ha puesto en serio a escribir su próxima novela. La anterior, Tras la última sombra, le costó. "Tenía escrita una parte pero me lo dejé. Fue al volver de Argelia cuando decidí acabarla y me impuse la tarea de escribir un rato todos los días, a veces cuatro a veces seis, pero con disciplina", explica.
Así, con disciplina, sacó adelante una historia mucho mejor que algunas de las que se publican por ahí. Si en lugar de un escritor algo bohemio hubiera sido un presentador, todo el mundo habría oído hablar de esta novela sobre un grupo de cooperantes secuestrados por el Ejército de Resistencia del Señor –una mezcla de secta cristiana y ejército– y que "se tienen que enfrentar a una serie de cosas que jamas habrían pensado que les podría ocurrir a ellos. Luego, uno de ellos decide volver y entender exactamente lo que pasó", explica.
Las críticas no han sido malas. Un escritor en busca de público tiene en las redes sociales la posibilidad de darse a conocer que le niega el sistema editorial. Por supuesto, todos los conocidos dicen que les ha gustado "pero también gente que no sabía quién era yo, que le ha dado una oportunidad y también les ha gustado. Eso es lo que me anima a seguir".
¿Una definición de su obra? "El otro día, en un encuentro con Santiago Álvarez [La ciudad de la memoria y El jardín de cartón. Ed Almuzara] me dijo que una novela negra tiene que tener tres elementos: un crimen, una investigación y que el resultado deje cierto mal sabor de boca, que resolver el crimen no cierre la historia. Yo diría que Tras la última sombra roja es novela negra".
Si Boix se convertirá en un escritor de éxito o tendrá que volver a una existencia más rutinaria para pagar las facturas lo dirá el tiempo. Pero mientras mantenga la esperanza y las ganas de contar historias, él y otros gregarios de la literatura, seguirán buscando una librería, un colegio o un ayuntamiento que les abra las puertas para presentar su obra. Eloy Moreno, con su ya mítico entre los aspirantes a novelistas El bolígrafo de gel verde lo logró a base de tesón. Lo importante, como en el ciclismo, es no parar de pedalear.