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del palau de les comunicacions a la nave de ribes

Los nuevos centros culturales de València buscan definir su futuro

31/12/2022 - 

VALÈNCIA. València encara los últimos meses de legislatura con la promesa de apertura de un buen puñado de nuevos centros culturales. Algunos llevan en la lista de espera desde hace años, como la nueva sede del Teatro Escalante, cuyo proyecto se ha comprometido la Diputación de València a desarrollar antes de elecciones. Pero este no es el único centro del que está pendiente la ciudad, algunos de ellos planteados desde el punto de vista arquitectónico pero todavía por definir más allá del continente. Hace apenas unas semanas el alcalde, Joan Ribó, prometía la conversión de la antigua Estació del Grau en un nuevo centro cultural, un anuncio que realizó durante su intervención en el debate del estado de la ciudad. Fue entonces cuando el alcalde avanzó que el Ayuntamiento ha conseguido “la cesión anticipada por parte de ADIF de la estación del Grau y se está redactando el proyecto de rehabilitación como centro cultural”.

Esta cesión supone el desbloqueo del espacio tras años de abandono. Tanto es así que, a pesar de ser declarada como Bien de Relevancia Local (BRL), su deterioro obligó a Adif, tras recibir varias denuncias al respecto, a adecentar el exterior, un lavado de cara que no vino con un proyecto para su interior. Es ahora, tras la cesión, cuando toca mirar al futuro, ¿qué clase de centro cultural será?¿Un museo o archivo?¿quizá teatro o sala de exposiciones? Lo cierto es que todavía hay más preguntas que respuestas al respecto. A pesar del anuncio de conversión en centro cultural, su identidad y contenido está todavía por definir, un proyecto que estará marcado por una arquitectura limitada en espacio.

Otro de los nuevos centros culturales, en este caso ya abierto, que ha creado el Ayuntamiento de València es el ubicado en una de las Naves de Ribes del Parc Central. Aunque inicialmente su apertura fue anunciada para el año 2020, no fue hasta este verano cuando el espacio abrió sus puertas. Lo hizo, eso sí, sin un proyecto artístico claro. El espacio se presenta como un centro multidisciplinar que quiere beber tanto de la programación que surta del Ayuntamiento como de distintas asociaciones a las que se ofrecerá su uso. Desde su apertura antes de verano, sin embargo, apenas ha acogido un debate cultural o el festival de la fundación Arquia, manteniendo un perfil bajo a la espera de acabar de dar forma a su proyecto. Ha salvado la papeleta el Teatre Escalante que, al no contar con sede, ha llevado gran parte de su programación al espacio, dotándolo de actividad a la espera de que sus destinos se separen.

 Antigua sede de Correos en València, adquirida por la Generalitat. Foto: KIKE TABERNER

La definición del proyecto en este caso pasa por la externalización de su gestión, una apuesta del gobierno local que no se centra únicamente en la mencionada nave de Ribes. Esto se aplicará en la batería de nuevos centros culturales en los que, a distintas velocidades, está trabajando el consistorio, un listado por el que pasa el chalé de Aben al-Abbar en el barrio de Albors, que se convertirá en la sede del festival de cine La Mostra; l’Escorxador como archivo vivo de la memoria del barrio del Cabanyal; el edificio de la calle de la Reina 121, también en el barrio del Cabanyal; y la Alquería de Albors en el barrio de Orriols. 

Otra de los nuevos centros culturales en busca de concretar su futuro se sitúa en pleno centro: en el edificio de Correos. La Generalitat Valenciana adquirió el inmueble, ahora bautizado como Palau de les Comunicacions, por 24 millones de euros, un espacio que todavía tiene por definir su uso definitivo. Por lo pronto, ha acogido una ecléctica programación que pasa por un encuentro del President, Ximo Puig, con los premiados por la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV) días después de la entrega de galardones; o, este fin de semana, la retransmisión de las Campanadas de fin de año de Á Punt, entre otras citas. Mientras se diseña el proyecto intelectual para el Palau, es el Museo de Bellas Artes de València el que tiene la llave de su próximo uso. Durante seis meses se convertirá en una suerte de ‘subsede’ de la pinacoteca, con una exposición en la que se presentará en un totalidad la Colección Lladró, recientemente adquirida por la Generalitat, una parada previa antes de integrarse en las salas y fondos del museo valenciano.

También, por lo que respecta a contenedores culturales, queda pendientes dos nuevos espacios vinculados a la Capital Mundial del Diseño que ha ostentado la ciudad en 2022. Por un lado, el Ágora. Se trata de un pabellón inicialmente presentado como efímero que ha ocupado la plaza del Ayuntamiento durante medio año, acogiendo un buen puñado de eventos vinculados a la Capitalidad. El alcalde anunció que a final de año se trasladaría a La Marina, donde tendría una nueva vida. Por el momento, acaba el año y no se ha anunciado su lugar definitivo y, tampoco, cuál será su uso una vez cambie de entorno, una incógnita para un Ágora que ha costado medio millón de euros y que ha sido símbolo físico de la Capitalidad. Otra cuenta pendiente, también en La Marina, es el futuro Centro del Diseño. El espacio fue proyectado por la Capitalidad como futura sede de la joven Fundació del Disseny y del Arxiu, un centro para el que se anunció como sede la base de Iberdrola. Sin embargo, acaba el año y poco se sabe del que iba ser el proyecto estrella de la Capitalidad. Tal y como explicó Xavi Calvo, director de València Capital Mundial del Diseño, existe un conflicto con Autoridad Portuaria al respecto de la gestión de la sede, pues los primeros piden una cesión y los segundos plantean un alquiler del espacio, un conflicto todavía por resolver y que ha hecho que acabe el año sin novedades sobre el Centro.

Futuro Centro Bombalino.

No son estos los únicos centros culturales que València tiene pendiente inaugurar próximamente, algunos más aterrizados que otros aunque todos con cuentas pendientes. La subsede del Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), que se ubicará en el Parc Central, llegará más tarde de lo anunciado por la Conselleria de Cultura, que preveía su apertura antes de elecciones. “Espero que en 2024 podamos abrir […]; Me gustaría que fuera en el primer semestre”, declaró la directora del museo, Nuria Enguita, en una reciente entrevista con la revista Plaza. También, en este caso por parte del Ayuntamiento de València, está pendiente la apertura del futuro Centro del Cómic –en colaboración con la Universitat de València- o el centro de producción de artes escénicas Bombalino, que se ubicará a pocos metros del Teatre el Musical y cuyo proyecto ha sido aprobado esta misma semana, desvelando por fin la forma que tomará una vez concluya la intervención en las antiguas naves de Mariano Cuber, donde se ubicará. En este último caso las incógnitas no están tanto en el contenido, ya definido, sino en la gestión del mismo, a la espera de que se defina la dirección y el equipo que lo liderará.

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