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el muro de nazaret cae; tendrá puertas

"Los políticos pasan, los barrios quedan"

15/01/2019 - 

VALÈNCIA. El alcalde golpeaba arriba, en la parte alta del muro. Un operario, entre el público, comentó en voz alta: "Debajo, tiene que golpear debajo, que es donde está debilitado". A pesar de que se hallaba a unos metros y del ruido, Joan Ribó pareció oírle y comenzó a golpear con la maza debajo. Muy cerca de él, el presidente de la Autoridad Portuaria, Aurelio Martínez, contemplaba risueño como el alcalde se afanaba. Declinó un par de veces el ofrecimiento que le hizo Ribó, quien le tendió su martillo y, finalmente, accedió a dar unos golpes simbólicos a la pared. Alguien comentó que debería sonar The Wall, el disco de Pink Floyd. Lo que estaban tirando abajo no era el muro de Berlín, cierto, ni siquiera de hecho lo iban a demoler; se trataba tan solo de abrir un hueco para crear una puerta. Pero el significado al final era el mismo.

Este lunes se escenificó en una calle de Nazaret el convenio por el cual el Puerto de València pone a disposición de la ciudad de València 63.308 metros cuadrados que conformarán el Área I del Parque de Desembocadura. Tras la firma del convenio propiamente dicho, que se formalizó sobre un atril de metacrilato dispuesto para la ocasión, el alcalde Joan Ribó, seguido del presidente de la Autoridad Portuaria, Aurelio Martínez, y de representantes vecinales como Ramón Arqués y Julio Moltó, abrieron a mazazos el primer y muy simbólico boquete en un muro cuya desaparición estuvo en el embrión del acuerdo suscrito ya entre el Ayuntamiento, del que era alcalde Ricard Pérez Casado, y el Puerto, allá por el año 1986.

Los vecinos  animaban a los participantes en el derribo parcial de la valla del solar donde se encontraba la fábrica Moyresa, ya demolida. Entre los asistentes, buena parte del equipo de gobierno y concejales de la oposición, así como representantes del Ministerio de Fomento como el Comisionado para el Corredor Mediterráneo, Josep Vicent Boira. Un poco más apartado, el arquitecto David Estal, responsable del proyecto del Parque de Desembocadura. Él ha sido el autor de un plan de usos en el que se respetará la historia del barrio, con detalles como crear un camino que sigue la línea de la histórica playa de Nazaret. Ya no habrá playa; habrá jardín. Un jardín que como un muro verde, con sus huertos urbanos, con su naturaleza controlada, protegerá al barrio de la sombra del Puerto, ese gigante que cubre el horizonte.

Estal ha aprovechado la escasa vegetación existente en esta parcela, el gran eucalipto y varias palmeras que han crecido de manera espontánea, haciendo de la necesidad virtud. Explicaba el arquitecto que serán cuatro los agentes con una intervención directa en este terreno recién recuperado para la Ciudad. El Puerto asumirá las tareas de desbrozado, limpieza y aportación de agua; la concejalía de Parques y Jardines acometerá la adecuación de los jardines y de los caminos ubicados en la zona límite con la antigua playa; la Fundación Deportiva Municipal será la encargada de la instalación de aparatos para la realización de ejercicios biosaludables; y, por último, los vecinos de Natzaret llevarán a cabo una plantación popular de arbolado. Unos vecinos a los que Estal dio mucha importancia.

Desde el Ayuntamiento de València explicaban que la Concejalía de Parques y Jardines ya ha trabajado, junto a las entidades vecinales, en las labores de planteamiento de caminos y plantación de árboles. Unas plantaciones que se han realizado teniendo en cuenta que fueran coherentes con el futuro diseño de la estructura del parque, explicó el alcalde. El diseño inicial incluirá también la zona de ejercicio dotada con aparatos biosaludables antes mencionada, lo que hará del nuevo parque un punto de encuentro del barrio. De manera paralela, se impulsará el diseño de general del Parque, cuya superficie total alcanza las 8,6 hectáreas, junto al que se adecuará un área deportiva.

Tras los primeros golpes, y una vez se comprobó que, como dijo el alcalde, una persona ya podía pasar dentro, fue el turno de las máquinas. Está previsto que el ajardinamiento de esta zona recuperada para la ciudad pueda ser accesible a la ciudadanía para su disfrute, aunque de forma provisional, dentro de unos pocos meses. La recuperación también incluye un permiso para construir en el espacio. Dentro de estos 63.308 metros cuadrados estará ubicada la zona reservada para uso terciario, que contempla la construcción de tres fincas de cinco alturas y una de siete alturas, con un total de 25.000 metros cuadrados de techo.

El convenio entre el Ayuntamiento y el Puerto establece el régimen de utilización por parte del consistorio de la porción de dominio público portuario ubicado en el área este del Barrio de Nazaret, ámbito del área sur de la zona de servicio del Puerto. El futuro Plan Especial de la Zona Sur-1 (Nazaret Este), actualmente en fase de elaboración, prevé que dicha zona se destine a la creación de este nuevo gran parque público, aguas abajo del Puente de Astilleros, donde tenía que acabar el río.

Un vecino del barrio, Manolo Encinas, le comentó a Moltó su inquietud. Quería saber si estaban aún los manantiales que recordaba del pasado. Fue el primero en atravesar el agujero abierto en la pared. Al otro lado, Ribó le recibió ufano. En el equipo de gobierno municipal las sonrisas eran amplias. Tres adolescentes de 12 años, Junior, Raúl y Ximo, caminaban separados del grupo. Parecían extraídos de la película Los chicos del puerto de Alberto MoraisNo en vano el cineasta tiene mucha relación con el barrio. Un adulto se les acercó y les advirtió de que tuvieran cuidado con las posibles trapas que hubieran quedado abiertas.

El convenio entrará en vigor hoy martes con un periodo de vigencia de 25 años, prorrogables otros 25 con acuerdo expreso de las partes. Esta fecha de caducidad es el único talón de Aquiles del convenio. Hubo quien bromeó con que sólo se podría disfrutar del parque ese tiempo. "Usémoslo", dijo. Pero más en serio, cuando una vecina le preguntó a Moltó sobre la continuidad del proyecto, el portavoz vecinal sonrió: "Los políticos pasan, los barrios quedan". Y lo que estaban viviendo era eso: como los barrios se imponen. Ya lo escribió Michael Crichton: la vida se abre camino.

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