VALÈNCIA. Semana dura en el Gobierno valenciano. La resaca de la presentación de los presupuestos de 2021 y la estrategia ante el avance del coronavirus han causado nuevas desavenencias entre los dos socios mayoritarios del Botànic: el PSPV, liderado por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y Compromís, encabezado por la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra.
¿Perdurará la tensión generada estos días o se irá diluyendo como ha ocurrido en otras ocasiones? Una pregunta difícil de responder. Atendiendo a los antecedentes, la lógica indica que la inflamación podría bajar en los próximos días, sin embargo, se percibe un sentimiento de ruptura dentro del Consell que deja entrever una compleja cicatrización de las heridas abiertas. Y es que, tal y como ocurre en las relaciones personales, cuando se instala la desconfianza resulta muy complicado el regreso a la normalidad.
Más aún cuando se acumulan episodios amargos desde hace meses. En abril, este diario ya narraba algunos de los factores de deterioro en las relaciones entre ambas fuerzas políticas y, especialmente, cómo se evidenciaban los síntomas de desconexión entre Puig y Oltra, los dos dirigentes claves para que el motor del Botànic siga carburando. Un tándem que sufrió su mayor crisis en la recta final de la pasada legislatura, cuando el presidente de la Generalitat decidió adelantar un mes las elecciones para hacerlas coincidir con las generales sin consultar a su socio. Una maniobra estratégica para los socialistas, que aprovechaban así el empuje de los comicios estatales y, al mismo tiempo, debilitaban precisamente a Compromís.
Terminado el recuento de agravios y ya sumergidos en esta segunda legislatura, esta misma semana se han producido dos hechos que han removido las aguas dentro de una alianza cada vez más frágil: la resaca presupuestaria y las medidas contra el coronavirus.
El tira y afloja entre las consellerias de Compromís, especialmente la de Oltra, y la cartera de Hacienda que dirige el socialista Vicent Soler, son tan tradicionales que casi forman parte del paisaje botánico. No obstante, en esta ocasión la tensión se ha prolongado incluso más allá de la presentación de las cuentas, provocando rectificaciones y correcciones posteriores tras existir partidas en el departamento de Oltra que estaban asignadas de manera diferente a la que había estipulado la vicepresidenta, además de 'perder' 21 millones de euros en el proceso.
Al margen de las distintas versiones que han ido transmitiendo desde estos departamentos, lo que sí está confirmado por ambas partes es que Vicent Soler remitió por escrito a Oltra su compromiso de transferir los fondos que no se habían incluido en los presupuestos. Una prueba que indica el nivel de confianza existente en el Botànic, donde una vicepresidenta exige negro sobre blanco unas partidas al conseller de Hacienda, dado que no resulta suficiente con el compromiso verbal de su compañero del ejecutivo. Preguntada este viernes por esta situación en la rueda de prensa replicó: "Yo no me he peleado con el señor Soler, me he peleado por cada uno de los céntimos que debían ir destinados las personas más vulnerables de la Comunitat Valenciana".
Curiosamente, apenas unas horas después de hacerse público este incidente, se conocía que el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, celebraba una nueva reunión con el coordinador de Ciudadanos, Toni Cantó, que se saldaba con un acercamiento plasmado en que la formación naranja no presentará una enmienda a la totalidad de las cuentas del Botànic que deben debatirse en Les Corts. Unas negociaciones, las mantenidas entre Puig y Cantó, que no han agradado en Compromís, como tampoco han gustado los diversos acuerdos municipales que se han producido entre ambas formaciones en Torrent o Xixona.
En este contexto se enmarcan las manifestaciones de estos días de Oltra respecto a las medidas a adoptar frente al coronavirus. La vicepresidenta, que había mantenido una línea seguidista con las decisiones sanitarias emanadas desde Presidencia y la conselleria -también en manos del PSPV-, insistió esta mismo viernes en la necesidad de adoptar medidas "más estrictas". Pocas horas antes, el DOGV ya había publicado algunas de las nuevas restricciones decididas desde el Palau de la Generalitat sin previo aviso al departamento de la vicepresidenta, lo que terminó en esas declaraciones de Oltra que evidencian que, para la dirigente de Compromís, Puig sigue quedándose corto en materias relacionadas con el ámbito social, como la hostelería.
Como guinda al pastel de desencuentros de la semana, Oltra compareció en la tarde de este viernes en Les Corts para explicar sus líneas presupuestarias para 2021. Uno de las anécdotas de la sesión, que no deja de marcar la temperatura de la relación en el Botànic, se produjo en un intercambio dialéctico entre la vicepresidenta y la diputada de Ciudadanos María Quiles, cuando la parlamentaria naranja señaló que las partidas para construir residencias públicas de ancianos resultaban, a su parecer, insuficientes.
"Cuando el señor Cantó vaya a hablar con el señor Puig de los presupuestos, en lugar de hablar tanto de la colaboración público-privada y de que no se le suban tanto los impuestos a los ricos, dígale que dé apoyo a mejorar la red pública de residencias", zanjó Oltra.