VALENCIA. Los promotores prevén un repunte de la obra nueva en Valencia capital. Así lo recoge el Panel de expertos del sector inmobiliario de la Comunitat Valenciana en 2016, realizado por Socioestudios, en el que se ha entrevistado a 50 actores del sector inmobiliario, la mayoría promotores inmobiliarios.
En el informe se reconoce la reactivación del sector, teniendo en cuenta indicadores como el incremento de transacciones de obra nueva como de segunda mano, un incremento de los visados de obra nueva y que se haya detenido en los últimos tres años la caída en picado de los precios.
En Valencia, cuyo peso de la segunda residencia es menor que en Alicante, la mayor parte del mercado espera que haya un repunte de actividad en obra nueva fundamentalmente en la capital, tanto en venta como en alquiler. Esto se debe a que, desde el punto de vista de las transacciones efectivas, fueron pocas debido a la carencia de producto destinado a rentas medias-altas.
En la zona de costa, sobre todo en la de Alicante, se esperan mayores incrementos de precios en la costa, donde la mayor parte de panelistas prevén incrementos de precios incluso superiores al 20%. Mientras, Castellón va a la inversa. Y es además de reducir en el primer semestre de 2016 el volumen de transacciones de obra nueva respecto al mismo periodo en 2015, la previsión para el año que viene es que sea donde menos se incremente las transacciones en obra nueva.
En Castellón, un 40% piensa que se incrementará menos de un 10% y un 30% que se incrementará entre un 10% y un 20%. En Valencia estos porcentajes se incrementan hasta un 40% en el caso del 0 a 10% y un 37% piensan que se incrementará más de un 10%. El máximo se alcanza en Alicante donde el 56% de panelistas creen que se incrementará más de un 10% la actividad.
El informe observa una notable debilidad de la demanda, especialmente de la demanda de primer acceso de los jóvenes para la compra, debido a los bajos salarios e inestabilidad en el empleo. Esta situación condiciona una segunda debilidad para el sector, la financiación . Tanto al cliente final que muchas veces no la consigue por no tener estabilidad en los ingresos como al promotor, al que se le exigen más garantías y fondos propios para financiar la actividad.
La demanda de cambio también se ha vista debilitada, aunque no tanto, por la pauperización de parte de la clase media. También se detectan algunas debilidades referidas a la ausencia de planes de vivienda fiables y a los continuos cambios de normativa, entre las que se cita el tema de los avales.
A ello se añade una pirámide poblacional con descenso de personas jóvenes y abundancia de stock de segunda mano especialmente el destinado a rentas medias-bajas. También se indica la presencia de nuevos agentes en el mercado como las entidades financieras en situaciones de casi monopolio y con mayor capacidad financiera, de financiación y de bajada de precios frente al promotor tradicional.
También se apunta a la desaparición como objeto de actividad de una manera generalizada la generación de suelo urbano y la compraventa de suelo, bien por el poco atractivo del mercado, bien por la concentración del mismo en entidades financieras bien por la ausencia de financiación para el mismo.
Como fortalezas, la mayor parte del sector indica que la crisis y las dificultades de financiación ha eliminado muchos agentes oportunistas y especuladores y en la actualidad el sector contaría con un alto grado de profesionalización.
Demanda embalsada
Parte de los agentes indican la existencia de vivienda embalsada que no ha comprado queriendo haber comprado, bien por desconfianza en la situación económica o por la importante ausencia de producto de obra nueva en buena parte de los municipios.
El conjunto del sector también es receloso del actual marco normativo y legislativo sobre el sector, que entienden dificulta la actividad.
En cuanto a las necesidades de personal, la mayor parte de los panelistas prevén incrementos de personal acordes con los incrementos de actividad prevista, entorno aun 10% anual.