Desde pequeña, sabía que iba a ser profesora. Fue pionera a la hora de hablar de la inversión socialmente responsable (ISR), lo que le valió un cum laude y el reconocimiento de la CNMV
CASTELLÓ.- María Rosario Balaguer Franch (Betxí, 1973) tenía claro desde su niñez que su vida laboral se iba a encaminar hacia la docencia porque «ya soñaba con ser profesora; era mi ilusión desde siempre, es absolutamente vocacional para mí», apunta esta licenciada en ADEM y doctora por la Universitat Jaume I (UJI) de Castellón en Gestión Empresarial. ¿Por qué ADEM? «Porque es una titulación muy universal, con una gran salida profesional, y un amplio abanico de formación, con asignaturas muy diversas; además fue el primer año que la UJI impartía esta titulación», reconoce esta apasionada de la lectura —acaba de terminar Cómo hacer que te pasen buenas cosas, de la psiquiatra Marian Rojas, y está inmersa en la autobiografía de Lary León—; de la música —con Manolo García y David Bisbal entre sus favoritos—, y del deporte al aire libre —recarga las pilas en los Pirineos—.
Los años reafirmaron la decisión de decantarse por la docencia, que le apasiona y de la que afirma: «Una educación en valores es la mejor herencia que podemos dejar a la sociedad en la que vivimos. Reconozco que es todo un privilegio para mí formar parte del actual proceso educativo». Como privilegio fue que su tesis doctoral —La inversión socialmente responsable (ISR)— fuera calificada con sobresaliente cum laude y no pasara desapercibida para la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El organismo supervisor publicó buena parte de la defensa de quien en nuestro país la primera mujer que daba cancha a la ISR, cuando en España pocos hablaban de lo que hoy es poco menos que obligado. «Fue un gran reconocimiento a mi trabajo, se le dio una gran difusión y supuso una gran motivación para seguir trabajando con más ilusión, si cabe», dice.
Pero, ¿por qué eligió la ISR para su tesis doctoral? La respuesta de Balaguer, a la que le gustan los retos, es clara y concisa: «Me atrajo, especialmente, lo novedoso del tema en España; en mis inicios académicos la ISR era prácticamente una desconocida en nuestro país y apenas existía investigación. Había que dar a conocer la dimensión y magnitud que podía adquirir esta tipología de inversión, al poder actuar como palanca de cambio en nuestra sociedad; y, por supuesto, porque era, y es, un tema con el que me siento comprometida no solo a nivel profesional sino también a nivel personal».
Una tesis que fue premiada en la categoría de Accésit MSD-Forética para la investigación en ética empresarial. «Fue muy emotivo y especial para mí, sobre todo, porque recuerdo a mis padres más felices y emocionados que yo, de ver que se valoraba mi trabajo y esfuerzo»; también la Conselleria de Empresa reconoció su tesis publicando un manual monográfico sobre la misma.
Preguntada sobre el boom sostenible que vive España, Balaguer reconoce que no le gusta hablar de boom o modas «porque al fin y al cabo los valores intrínsecos que defiende la ISR, como pueden ser transparencia, rendición de cuentas, buen gobierno corporativo, integridad, honradez... son valores que todos conocemos y no los hemos descubierto ahora».
«Existe una mayor preocupación por la cultura financiera en toda la sociedad en general, sobre todo como consecuencia de la crisis que hemos sufrido»
Apasionada desde siempre de la vida sana, y más desde que tiene una pequeña de cinco años (Helena), a su juicio una de las principales barreras a las que se enfrenta el desarrollo de la ISR en España es «el déficit de educación financiera que existe todavía y también el peso de la tradición en las redes de comercialización y asesoramiento financiero de la banca». Pero a la vez reconoce que se ha avanzado. «En nuestro país sigue faltando información y cultura financiera pero ya se han puesto en marcha iniciativas verdaderamente importantes como Spainsif, primera plataforma en España para promover la ISR». A su juicio, y no le falta razón, esta iniciativa ya consolidada «supuso un punto de inflexión para el desarrollo de la ISR en nuestro país». En este sentido, la profesora subraya que «actualmente existe una mayor preocupación por la cultura financiera no solo entre los estudiantes sino en toda la sociedad en general, sobre todo como consecuencia de la crisis que hemos sufrido».
Asimismo, esta doctora que ha participado en un buen número de investigaciones y ha escrito otros tantos artículos de innovación educativa, recuerda que la rentabilidad de estos fondos ha sido ampliamente cuestionada pero «hay que dejar claro que la ISR no significa ‘dar dinero’ sino ‘cómo gestionar mi dinero’ para repercutir positivamente en la sociedad».
Y para terminar, saca pecho por la UJI, donde lleva casi dos décadas «viéndola crecer y consolidarse en lo que es hoy en día. En lo que a investigación se refiere es la tercera universidad tras las de Barcelona y Granada, con personal altamente cualificado y la quinta en producción científica de alto nivel de profesorado. Es todo un honor y privilegio poder formar parte de ella».
* Este artículo se publicó originalmente en el número 56 de la revista Plaza