Madoff: el estafador de guante blanco nacido en el corazón de Wall Street tiene su primer biopic

VALENCIA. La sociopatía es una enfermedad mental relativamente corriente hoy en día. El capitalismo ha servido como caldo de cultivo para que personalidades con esta patología pasasen relativamente desapercibidos convertidos en hombres de éxito. Actitudes como la codicia, el narcisismo hasta llegar a la megalomanía, junto a la ausencia de remordimiento y la visión distorsionada de la realidad, son algunas de las características de esta enfermedad crónica donde los sujetos pierden el respeto totalmente a las leyes y los derechos individuales que rigen nuestra sociedad. Estos enfermos aparentemente encantadores de cara a la galería con la otra mano son capaces de desplumar a cualquiera y dormir luego a pierna suelta. Rodrigo Rato, Miguel Blesa o Antonio Camacho, el Gerente de Gescartera, vienen automáticamente a nuestra mente. Y probablemente, si la justicia tuviese la oportunidad de trabajar con más eficacia, la lista se ampliaría de forma vertiginosa hasta provocarnos tal susto que tuviéramos que activar el protocolo de epidemia en España.

En Estados Unidos el sociópata de guante blanco por antonomasia nacido en el corazón de Wall Street es el archiconocido Bernard Madoff, el asesor financiero responsable del que se considera el mayor fraude económico de la historia del país. A través del llamado “esquema Ponzi”, un tipo de estafa piramidal, el villano más sorprendente de la historia del capitalismo se hizo con una red de clientes a los que desplumó la escalofriante cifra de 50 billones de dólares. Mediante una falsa fachada de exclusividad les animaba a invertir en sus fondos, pagándoles unos intereses muy favorables que en realidad procedían del propio dinero invertido, quedándose Madoff con el resto. Pasado un tiempo, la construcción matemática del esquema terminaba en un callejón sin salida como así ocurrió, momento en el que Madoff tuvo que confesar a su familia la verdad y ésta le delató ante las autoridades a finales del 2008. En la actualidad Madoff cumple una condena de 150 años.

ABC no es la única televisión interesada en rescatar del olvido a este ladrón de las finanzas. HBO acaba de producir un biopic similar

La historia de este delincuente con educación y prestigio acaba de estrenarse en Estados Unidos de la mano de la cadena ABC en dos emisiones especiales, protagonizada por un magnífico Richard Dreyfuss en el papel del encantador Bernie Madoff. No es la única televisión interesada en rescatar del olvido a este ladrón de las finanzas. HBO acaba de producir un biopic similar, The Wizard of lies, protagonizado por Robert DeNiro y Michelle Pfeiffer y dirigido por Barry Levinson (Rain Man), que está previsto se estrene entre finales de este año y principios del que viene. Cada una se basa en una referencia documental diferente: la de Dreysuss en The Madoff Chronicles, de Brian Ross, jefe de investigación de la propia cadena ABC, y la de DeNiro en el libro con el mismo título The Wizard of Lies de Diana Henriques, periodista de New York Times. 

Que fueran sus propios hijos los que terminasen destapando la trama y no las autoridades dice mucho de cómo podían ser las cosas dentro de su fmilia: un cúmulo de engaños. Cuando toda la verdad, no solo financiera sino personal, salió a la luz, tanto sus hijos como su mujer rompieron con este mago de las mentiras, y uno de sus hijos terminó quitándose la vida. Porque “el tío Bernie” como le llamaban sus allegados, estafó a su amante, a su secretaria, a sus mejores amigos, le puso los cuernos a su mujer durante años, y mintió a su familia al completo, a la que ocultó sus tejemanejes hasta que se encontró sin salida.

Los acontecimientos también nos dan bastantes pistas sobre la laxitud de las entidades de control financiero. El cúmulo de errores queda patente durante el desarrollo de la narración, con un Harry Markopolos, analista de inversión de la competencia, como único antagonista que intentó sin éxito denunciar durante años la estafa. “Nadie quiere que les expliquen el truco de magia”, presumía Madoff con cierta razón cuando esquivaba las investigaciones. Y más cuando el sospechoso era alguien respetable.

Madoff, un antihéroe más encantador que Underwood

El trabajo interpretativo de Richard Dreyfuss destaca como uno de los mejores de su carrera. Su perfecto papel como hombre amoral e intrigante, aunque de actitud agradable y siempre una sonrisa, dibuja a uno de los antihéroes más atractivos de la última generación seriéfila. Su mayor valor estriba en lo poco evidente que se hace en apariencia su villanía, a diferencia, por ejemplo, de un Kevin Spacey interpretando a un Francis Underwood que con solo mirarle a la cara denota maldad. La ambigüedad moral de ambos arranca desde dos posiciones diferentes: Madoff es encantador realmente, en sus momentos íntimos demuestra verdadero afecto y ternura hacia los suyos y se comporta como un niño que está jugando, mientras que Underwood finge ser encantador mientras segrega odio y superioridad.

Ambas producciones coinciden, por otro lado, en utilizar la voz que exterioriza sus pensamientos. En el caso de House of cards rompiendo la cuarta pared y hablándonos a cámara, mientras que en Madoff recurren a una voz en off que se asemeja a Uno de los nuestros para explicarnos las claves de su éxito, aunque en una de las escenas finales Dreyfuss también rompe la cuarta pared para despedirse de la historia.

El mundo de las finanzas está de moda

Al igual que en la década de los 30, después de la Gran Depresión, se pusieron de moda las historias sobre la grave crisis económica, estos últimos años proliferan las historias sobre el lado oscuro de los asuntos financieros tanto en el cine como en la televisión. 

En el cine se espera el estreno de Money Monster dirigida por Jodie Foster con un George Clooney haciendo de gurú de Wall Street. En Sundance se presentó el mes pasado Equity, con Anna Gun como analista financiera en otra crónica sobre la ciudad financiera de Manhattan.

En televisión Showtime emite en la actualidad con éxito Billions, con Damian Lewis (Homeland) como ambicioso inversor sin escrúpulos y Paul Giamatti (John Adams) como fiscal que le pisa los talones, en un drama sobre el mundo de las finanzas. Esta vez, eso sí, con un mecanismo de control financiero mucho más eficiente, y por tanto idealizado, que lo que nos muestra la verdadera historia sobre Bernard Madoff.