VALÈNCIA. La dirección nacional del PP no tiene ninguna intención de pillarse los dedos con los candidatos para las elecciones autonómicas de 2019. El caso valenciano, no es excepcional, aunque tiene sus singularidades: una gestora en el Cap i Casal y otra en el ámbito provincial han aflorado en apenas un año, lo que evidencia las dificultades que está sufriendo la formación en la transición del poder de las instituciones a la oposición en la Comunitat.
Esta circunstancia, además de las puntuales revueltas acaecidas debido a cuestiones orgánicas y la propia vehemencia de la presidenta regional, Isabel Bonig, en algunas decisiones dirigidas a defender los intereses valencianos -ocurrió con los Presupuestos Generales del Estado de 2017-, han hecho levantar la mirada en más de una ocasión desde Madrid con cierto aire de fastidio.
Con este escenario, no son pocos en el seno de la formación popular los que han analizado la crisis sucedida en la provincia de Valencia como una oportunidad por parte de Génova para tratar de poner algún tipo de cortapisa al crecimiento territorial de Bonig. Una maniobra que estaría destinada a dejar una puerta abierta a un cambio de cartel de cara a 2019 si el viento de los sondeos no sopla favorable o, simplemente, si en Madrid consideran que otro candidato puede obtener un mejor resultado que permita volver a tomar la Generalitat. Es decir, no dejar crecer demasiado a una líder que podría ser incómoda a medio y largo plazo.
Una posibilidad que desde el entorno de Bonig descartan, más aún cuando en el congreso regional se aprobó la prioridad de que la presidenta autonómica gozara de la prerrogativa de ser "preferentemente" también la candidata a la Generalitat. Ahora bien, el resquicio estatutario está abierto y eso permite una flexibilidad suficiente para que en un momento determinado la dirección nacional pudiera intervenir si lo creyera necesario.
Sobre esto fue preguntado este martes el coordinador general del PP, Fernando Martínez Maíllo, quien fue interpelado acerca de si la formación popular podría estar pensando en otros candidatos para la Generalitat en 2019. "Qué va. Confiamos en todos los presidentes autonómicos. Isabel ha tenido que asumir la presidencia en un momento muy complicado", respondió el dirigente, para añadir que la responsable regional está realizando un "magnífico trabajo en circunstancias muy difíciles". En esta línea, Maíllo recalcó que los candidatos para 2019 se decidirán "cuando toque" y emplazó la respuesta a la cuestión al año próximo.
Unas palabras que, a primera vista, indicarían el respaldo de Madrid a la actual presidenta regional, pero que para muchos dirigentes del partido siembran un poso de duda. No en vano este tipo de declaraciones fue el que se utilizó a finales de la pasada legislatura por los miembros de la cúpula nacional cuando eran preguntados sobre la candidatura del entonces presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, quien también tuvo algunos encontronazos con Génova durante su mandato. Finalmente, el castellonense encabezó la lista después de varias semanas en las que las dudas y las ambigüedades hicieron pasar un calvario al entonces jefe del Consell. Habrá que esperar para comprobar si la confianza que Génova vía Maíllo asegura tener en Bonig se concreta con el paso de los meses.