VALENCIA. El tránsito -de personas y capitales- en el centro de la ciudad es capaz de generar alguno de los mayores estrépitos gastronómicos (esa calle San Vicente...), pero también gratas sorpresas. Hace un par de semanas, en este ánimo semanal por comer bien sin superar los 12,90 euros, hablamos de Birlibirloque y hace no tanto de Domèstic. Las dos son propuestas del corazón de la urbe que, sabedoras de lo que el turismo les deba dar se lo dará por su autenticidad, saben que el público de oficina, el cliente fiel con el paladar gustativo mediterráneo, necesita tanto o mar reponer fuerzas en confianza.
Y en esa confianza, con un sabor a isla, playa y "a despensa de la abuela" lleva dos años abierto Mamá Delicias a un paso del propio Ayuntamiento de Valencia (Periodista Azzati, 5). El restaurante es un proyecto de Carlos Alberto Sánchez, el impulsor también de los -hasta ahora- tres restaurantes María Mandiles. De estos a Mamá Delicias, la conexión de su icónico diseño de interiores y el sentido de cocina de mercado son sus principales bazas para ser un auténtico exterminador de los ejecutivos Cheques Gourmet.
Qué comer
Mamá Delicias potencia desayunos, brunch y meriendas como la base de repostería y salados que convierte al restaurante en un espacio de restauración todo el día, siete días a la semana. Esta peculiaridad de abrir todos los días también le genera otro plus de fidelidad entre la clientela del barrio, pero en esa apuesta por las comidas de entre horas, deja espacio para sus menús de mediodía que es de lo que nos vamos a ocupar.