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socio director de la consultora Gomarq

Martínez-Pardo: "Si a las sicavs les pones trabas se irán fuera de España"

Economista, censor de cuentas, profesor, consejero independiente en Reig Jofre —antigua Natraceutical— y once años supervisando los mercados desde la CNMV

| 20/09/2015 | 1 min, 59 seg

VALENCIA. Conviene recordar que muchos accionistas son valencianos, por los orígenes de la empresa, que "han sido testigos en los últimos años de una profunda transformación culminada con la fusión con Reig Jofre". Tras la criba en el sector inmobiliario valenciano ya se están detectando oportunidades entre los grandes inversores donde el negocio fiduciario —tan utilizado en países como México, Colombia y Chile— podría desempeñar un papel relevante ahora que se está reactivando el negocio del ladrillo. Más allá del inmobiliario, la fiducia es una figura apta para negocios como la exportación o la mejora de la calidad crediticia de una compañía, separando sus activos, financiando proyectos, etc. "El negocio fiduciario podría servir para recuperar la pérdida de la confianza de los inversores en los agentes económicos y financieros. Aunque a algunos la fiducia les suene a testaferro, equivale a confianza (trust)".

"El regulador debería seguir apoyando las sociedades de inversión libre, porque son un producto con futuro"

Entre los muchos cargos que ostenta Martínez-Pardo está el de presidente de la Comisión de Ética y Práctica Profesional del IEAF, institución que trata de velar por el comportamiento ético de los analistas. "La actividad financiera se desarrolla en un terreno pleno de conflictos de interés donde los comportamientos deshonestos pueden encontrar oportunidades. De ahí que la clave esté en identificarlos, prevenirlos y resolverlos para evitar que la toma de decisiones esté condicionada por intereses personales". Habitual visitante de tierras valencianas, está al corriente del vuelco electoral en la Comunitat y de la implantación de la Economía del Bien Común. "Como idea me resulta muy sugerente y atractiva en un momento político como éste, pero también utópica porque harían falta varias generaciones para implantarla de verdad. En un proyecto europeo en el que estamos, donde hemos renunciado prácticamente a la soberanía nacional, se hace más complejo".

(El resto de la entrevista en el número 11 de la revista Plaza, ya a la venta).

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