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el tintero / OPINIÓN

Más allá de Despeñaperros

El próximo domingo se celebran las elecciones en Andalucía y todo presagia que pueden ser las primeras elecciones en España que abran un nuevo tiempo e introduzcan a una nueva formación en el panorama político español: Vox. Curiosamente, este partido extraparlamentario a día de hoy, fue el protagonista del debate televisivo de los cuatro candidatos oficiales a la Junta de Andalucía

28/11/2018 - 

En España celebramos elecciones locales, autonómicas, nacionales y europeas. Normalmente no todas a la vez aunque se está barajando un superdomingo en mayo donde acabaríamos con agujetas de tanto votar. En cualquier caso, las elecciones autonómicas demuestran otra desigualdad tan propia de la España de las autonomías, la mayoría de comunidades autónomas celebramos elecciones en la misma fecha, pero existen otras que no. Obviamente un adelanto electoral también supone celebrar en fecha distinta a la preestablecida la cita electoral. Susana Díaz ya convocó en marzo de 2015 elecciones adelantándolas un año, alegando desconfianza e inestabilidad con sus socios de gobierno.

Los cálculos dicen que tocaría votar en marzo de 2019 pero de nuevo la presidenta andaluza se ha adelantado y este primer domingo de diciembre, los andaluces votaran y decidirán si siguen siendo el único territorio de España, y probablemente de Europa que no cambia de partido gobernante durante 40 años. Pero las encuestas y la agitada e intensa campaña electoral parece que anuncian cambios. Prueba de ello, los multitudinarios actos de Vox, partido que tras su gran mitin en la plaza de toros de Vistalegre (Madrid) comienza a aparecer en casi todos los sondeos, y lo que más importa en política, en todos los telediarios. De hecho, el debate de los cuatro candidatos oficiales a la presidencia de la Junta de Andalucía, estuvo protagonizado por las constantes preguntas de Susana Díaz a los líderes del PP y C’s sobre si pactarían con Vox para desalojarla a ella del poder. En un tono que dejaba entrever que es un atrevimiento que pacten tres partidos de ámbito nacional que defienden la unidad de la nación; porque como todos saben los socialistas para desalojar a Rajoy han pactado con partidos mayoritarios y de ámbito nacional, ¡qué desfachatez! 

Estas elecciones son más que nunca una prueba a nivel nacional de cómo está cambiando el panorama electoral y el sistema de partidos, la total desaparición del bipartidismo dio paso a los cuatro partidos, a priori ubicado en los tradicionales bloques izquierda/derecha aunque con novedosos matices transversales [prueba de ello es como Ciudadanos en la propia Andalucía pactaron con el PSOE y en Madrid con el PP]. Pero parece ser que este domingo puede irrumpir una quinta fuerza nacional que si se replicara en las elecciones generales, generaría un nuevo diseño del parlamento que se asemejará al famoso arcoíris italiano, por la variedad de siglas y colores de las distintas formaciones.

El fenómeno de Vox que en tierras andaluzas ha encontrado un auge sorprendente, de hecho es casi la única formación que llena espacios abiertos y cerrados en sus mítines durante esta campaña, refleja claramente una reacción de parte de la sociedad española, de la misma forma que tras el 15M el surgimiento de Podemos fue una forma de canalizar un descontento generalizado contra la clase política y los casos de corrupción. Aquí no puedo dejar de recordar que la política de la mayoría de medios ha sido amplificar los del PP frente a la crónica corrupción del socialismo andaluz y el nacionalismo catalán que siempre aparecen casi como hechos puntuales. Lo cual es mentir y engañar sobre cómo es el mapa de la corrupción en España.

La situación actual dibuja un horizonte complejo, distinto y apasionante. Tras años de una aplastante superioridad no solo moral, sino mediática, política y sobre todo verbal (sí, la política también es la tertulia del bar), parece que lo que estaba latente en muchas personas pero en su casa, de puertas adentro, sale a la calle y tiene una voz que dice cosas que piensan hasta algunos líderes de partidos de izquierda. Porque el sentido común no es patrimonio de nadie, en cambio la dictadura de lo políticamente correcto y hasta el lenguaje inclusivo (una vez más desacreditado por la RAE en su último trabajo) sí que es patrimonio de una izquierda tremendamente sectaria y dogmática de la que no formaba parte el socialismo español hasta el advenimiento de Zapatero y que pretende continuar Sánchez. Parece que cada vez hay más gente harta de este absurdo sometimiento a las minorías radicales por activas y subvencionadas que estén, y más allá de Despeñaperros tienen la llave para que las cosas empiecen a cambiar y la sensatez vuelva a tener el hueco que se merece.

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