VALÈNCIA, (EP). El Oceanogràfic de la Ciudad de las Artes y las Ciencias de València recorre el mundo en la exposición de medusas más grande de Europa, con más de 1.000 ejemplares de decenas de especies diferentes que van de un centímetro a 2,1 metros de longitud. La muestra reúne animales de todos los océanos de la Tierra y descubre al público variedades menos conocidas como la medusa 'melena de león', la 'gran medusa huevo frito' de color amarillo o la medusa 'inmortal' que "vuelve a nacer".
Estos curiosos y gelatinosos seres marinos han tomado todos los hábitats del complejo a lo largo de 16 nuevos tanques llenos de más de 40.500 litros de agua a 23 grados. La exhibición, plato fuerte del Oceanogràfic para esta temporada, se ha inaugurado este jueves, estará abierta al público de forma indefinida y está coronada por medusas "falleras" realizadas con la técnica de la vareta y otras de plástico hechas a partir de botellas recicladas.
Con estos ingredientes, 'Medusas como jamás se habían visto' brinda la oportunidad de descubrir a estos animales compuestos por un 95% de agua y con 700 millones de años de historia. Junto a las medusas típicas del Mediterráneo, la muestra recoge otras variedades más especiales, como la 'melena de león', la más grande del mundo que puede alcanzar hasta 45 metros.
Otras inquilinas del Oceanogràfic son la medusa 'invertida' del Caribe, que vive y nada pegada al fondo marino con los tentáculos hacia arriba, o la conocida como 'inmortal'. Ésta se encuentra en fase de crecimiento y toma su nombre por su habilidad de volver a un estado de pólipo en una situación de "estrés" del medio, con lo que consigue "volver a nacer" y reproducirse.
Las medusas récord también se han trasladado a València, con algunos ejemplares de la más larga del mundo, 'crin de león'; la 'nemura', que es la más grande y alcanza hasta 220 kilos; o la más pequeña y venenosa, de solo un centímetro de longitud y tentáculos que pueden llegar a medir un metro.
Algunas también presentan curiosidades como cangrejos viviendo en su interior que se alimentan de parásitos de las propias medusas, peces que las utilizan como método de guarida, ocho brazos y sin tentáculos y picaduras letales para otros animales pero inofensivas para los humanos.
Cada especie posee una toxicidad y esperanza de vida diferente, de cuatro meses a seis años, y su alimentación varía. De hecho, hay medusas que llegan a comerse a otras. Una de las leyendas que da a conocer la exposición es que los 'ninjas' las secaban una vez muertas para utilizarlas como arma.
Los biólogos del Oceanogràfic han reunido en el complejo a medusas traídas de manglares y lagunas litorales del Golfo de México, las aguas de California y Canadá, mares lejanos como el Rojo y los de China y Japón, las costas de Australia y puntos de todos los océanos, sobre todo el Pacífico.
Aunque la gran mayoría vive en agua salada, los ejemplares de las llamadas ortigas de mar han sido ubicadas en un tanque que combina agua dulce y salada, lo que ha permitido juntar a dos especies en el mismo espacio.
La presencia española llega de la mano de la 'medusa huevo frito' y su hermana mayor, la 'gran medusa huevo frito', ambas con un característico color amarillo del que toma su nombre y que varía ligeramente según su alimentación.
Para reunir esta selección, el comisario de la exposición, Joan Domínguez, ha recogido ejemplares de todo el mundo con ayuda de los socios de Vancouver y el equipo del propio complejo valenciano, que ha aprendido a cuidarlas para la exposición. La responsable de Avanqua, Celia Calabuig, ha avanzado la intención del recinto de mantener la muestra "lo máximo posible" con novedades y "como mínimo" durante todo este año.
La exposición da la bienvenida al público con cinco figuras de 'cnidarios' realizadas por el artista fallero Manolo García --encargado de la falla del Ayuntamiento de este año-- con la técnica de vareta y tentáculos de metro y medio para simular un banco de medusas en natación. Acostumbrado a trabajar a gran escala, la realización de estas piezas ha supuesto un "reto" para el valenciano.
Las fotografías de medusas de Ángel Fitor toman el relevo a las 'falleras', con la muestra 'Agua viva' que recoge algunas de sus instantáneas de estos animales que han aparecido en publicaciones internacionales como National Geographic y documentales de la BBC inglesa.
La parte didáctica llega de la mano de un mural del ilustrador valenciano Paco Roca, que ha plasmado en un "maridaje" entre dibujo y ciencia la relación entre el hombre y el mar en un gran cómic instalado en el pasillo del edificio de acceso a la sala oval del Oceanogràfic. "El mar siempre ha inspirado al arte", ha relatado el artista.
Los paneles van desde el mito griego de la medusa hasta la llegada del buceo, y culminan con una representación de "la triste evolución del ecosistema marino" por la acumulación de desperdicios.
Otras viñetas circulares del historietista Sergio Bleda dan a conocer las características de las medusas a los más pequeñas con una historia protagonizada por el profesor Isaac y sus dos sobrinos Miki y Mariola, sobre el rescate de una tortuga. Los biólogos del Oceanogràfic han desvelado como curiosidad que algunas tortugas mueren porque confunden los restos de plástico con medusas.
Como colofón, la muestra ha instalado una vitrina con medusas 'de reciclaje' realizadas por Rosa Montesa a partir de los restos de botellas de plástico, con la intención de simular las colecciones biológicas de animales en formol.
Este final reivindicativo busca plantear al público una pregunta, como ha relatado uno de los responsables: "¿Cuál ese el legado que dejaremos a nuestros hijos? Depende de nosotros que las medusas acaben así o sigan viviendo".