VALENCIA. La Comunitat Valenciana vive 'enchufada' a la respiración asistida del Estado, como reconocen desde un lado y desde el otro. El déficit, inevitable mientras no se cambie el sistema de financiación autonómica, y el cierre de los mercados para la Administración valenciana al estar calificada su deuda como bono basura hacen que la única vía de financiación para la Generalitat desde 2011 sea la Administración central, vía Fondo de Liquidez Autonómico (FLA).
En estas circunstancias, el peso del Estado como acreedor de la Comunitat sube de forma imparable y ha superado ya el 67% del total de la deuda pública autonómica, según datos que maneja la Generalitat al cierre del tercer trimestre de 2015.
Lo peor es que la deuda absoluta también crece de una forma que parece inexorable. Los datos exactos los hará públicos el Banco de España durante los próximos días, pero el Ejecutivo de Ximo Puig estima que la deuda total se situará cerca de los 40.300 millones de euros a 30 de septiembre, frente a los 40.085 millones que tenía a 30 de junio. Esta cifra aumentará a buen seguro a final de año, ya que en diciembre se va a producir un nuevo préstamo del FLA por importe de más de 1.357 millones.
Según anunció este lunes el conseller de Hacienda, Vicent Soler, la llegada del sobrante del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA) permitirá abonar 112.078 facturas y concentrará 1.035 millones en pagos a Sanidad.
Con esta última inyección del Estado en forma de préstamo, es probable que la Comunitat Valenciana acabe 2015 con prácticamente el doble de deuda pública que hace cuatro años. La Comunitat cerró 2011 con 21.860 millones de euros de endeudamiento, según cifras del Banco de España, y podría cerrar el año en torno a los 42.000.
En términos de deuda/PIB regional, la situación es parecida, ya que pasará del 21,6% al entorno del 42%. Unos datos que demuestran la urgencia de una reforma del sistema de financiación autonómica, ya que el parche del FLA soluciona los problemas de liquidez a costa de engordar la losa de la deuda.
La única buena noticia de esta situación es que desde este año la Comunitat Valenciana -y el resto de las regiones que han acudido al FLA- no paga intereses al Estado, una situación que probablemente se prolongue hasta que haya un nuevo sistema de financiación autonómica. Esto, unido a que los tipos de interés se encuentran en mínimos históricos, ha permitido un ahorro para 2016 de unos 1.000 millones de euros en gastos financieros.
Militantes de Madrid, Aragón, Castilla La Mancha, Castilla y León, Galicia y Extremadura reclaman un sistema justo y multilateral