MADRID (EP). El 55% de los inversores españoles ha realizado o se ha planteado realizar modificaciones en su cartera como respuesta a acontecimientos políticos ocurridos en España en 2018, mientras que el 45% restante no tuvo en mente efectuar modificaciones al considerarse inversores a largo plazo, según la última edición del estudio 'Global Investment Survey' elaborado por la gestora Legg Mason.
Entre los que llevaron a cabo modificaciones, el 23% recurrió al asesoramiento profesional para determinar los ajustes que podría llevar a cabo, el 18% redujo el riesgo y el 15% aumentó su exposición a la renta variable, dado que consideraba que estos acontecimientos políticos podían resultar una oportunidad. Por último, un 14% declaró haber reducido su exposición a los fondos de inversión.
La encuesta también analiza el nivel actual de preocupación y confianza de los inversores españoles en relación con sus inversiones y oportunidades de inversión. A este respecto, si bien un 57% de los inversores españoles se muestra confiado, el 19% afirmó sentirse preocupado, lo que supone ocho puntos porcentuales por encima de la media europea (11%). Esto demuestra que los españoles son los inversores europeos que más preocupados están por sus inversiones.
Respecto a las temáticas que más les preocupan en relación a sus inversiones futuras, los encuestados nombraron, por orden, la inestabilidad económica en el mundo, la inestabilidad política en España y la inestabilidad política mundial. Junto con los italianos, los inversores españoles son los que más preocupados se muestran por la inestabilidad política en su país.
La 'Global Investment Survey' también analiza qué tipo de modificaciones realizarían los inversores en sus carteras en respuesta a problemas de índole financiera en general. A este respecto, nueve de cada diez inversores españoles ajustaría sus carteras, mientras que tan solo un 10% no efectuaría modificación alguna. Entre los inversores que ajustarían sus carteras, la estrategia más frecuente (31%) consistiría en incrementar la exposición a efectivo o equivalentes para reducir el riesgo, seguida de un cambio en la asignación en favor de otros activos, como los inmobiliarios (29%), o recurrir a estrategias de inversión multiactivo (28%). Del mismo modo, la encuesta proporciona información sobre las reacciones de los inversores ante acontecimientos concretos. Por ejemplo, en caso de que tuviesen que hacer frente a una drástica caída de los mercados bursátiles internacionales, como la que tuvo lugar durante la crisis financiera de septiembre de 2008, la reacción más frecuente sería retirar capital de las inversiones y asignarlo a activos líquidos (26%).
Por otro lado, en caso de que se produjera un aumento de la volatilidad, tal y como sucedió en febrero de 2018, la reacción más elegida sería incrementar la inversión en activos de menor riesgo, como la renta fija (26%). Esta estrategia también fue la más elegida por los inversores (23%) ante la hipótesis de que el valor de su cartera se incrementase en un 20%. En contraposición, el único caso en el que la reacción más frecuente consistiría en aumentar su exposición a activos de riesgo (23%) sería ante un periodo prolongado de tipos de interés bajos en España. Los resultados del estudio también dan a conocer la visión de los inversores sobre la volatilidad. Por ejemplo, el 31% de los inversores en España considera que la volatilidad del mercado es "positiva", mientras el 32% no considera que sea especialmente positiva o
negativa.
Por otro lado, el 33% de los inversores españoles, el porcentaje más elevado entre todos los países encuestados a escala global, junto con Italia, percibe la volatilidad como un factor "negativo", ya que considera que representa riesgo a la hora de invertir. Por último, solamente el 5% afirmó que no tenía conocimientos suficientes para determinar si la volatilidad es positiva o negativa.
El responsable de Legg Mason para España y Portugal, Javier Mallo, ha asegurado que resulta "interesante" observar que el 85% de los inversores españoles considera que los niveles de volatilidad aumentarán a finales de 2018 en comparación con el primer semestre del año. De ser así, ha apuntado a dos factores que serán "cruciales" para que los inversores puedan seguir identificando oportunidades: la diversificación de las carteras y la flexibilidad en términos de productos de inversión.