El síndic del PSPV valora la capacidad de diálogo de los portavoces de otros grupos aunque lanza un mensaje a Podemos: "Están haciendo un esfuerzo importante aunque falta mucha técnica jurídico-política de calidad"
VALENCIA. El portavoz socialista en Les Corts, Manuel Mata (Valencia, 1959), es uno de los dirigentes que Ximo Puig decidió poner en primera línea en la candidatura a Les Corts pese a que, en varias ocasiones a lo largo de los años, se había mostrado crítico con la actual dirección incluso llegando a competir con el jefe del Consell por el liderazgo del PSPV.
Abogado de prestigio, buen orador y con gran carisma en la tribuna (y fuera de ella), ha asumido con naturalidad el papel de liderazgo del grupo socialista en unas Corts Valencianes plurales y con necesidad de consenso. Además, según apuntan fuentes del partido, ha incrementado notablemente la comunicación con el presidente de la Generalitat, convirtiéndose en uno de los puntos de apoyo para Puig en esta legislatura.
-Ser síndic cuando estás gobernando suele identificarse con un papel más bien insulso. Sin embargo, la amplia pluralidad de Les Corts y la necesidad de consensos han devuelto interés a la cámara. ¿Cómo lo está viviendo?
-Antes era tan aburrido que había personas como Rafael Blasco que eran conseller y síndic a la vez y hasta le daba tiempo de robar. Para mí, la política en estado puro es la del Parlamento: por lo que tiene de laboratorio, generación de ideas e ir marcando caminos. Ahora es apasionante porque nosotros tenemos 23 diputados, lo que tiene el Consell tiene 42 y lo que son los apoyos en teoría al gobierno suman 55. Nosotros necesitamos 50 -donde se sitúa la mayoría absoluta- y ahí hay una geometría variable muy interesante. Muchas cosas se están sacando por unanimidad, algunas con complicidad de Ciudadanos o incluso del PP y la mayoría con el apoyo del tripartito. Eso es una labor de todos los síndics: sin la personalidad de Antonio Montiel, de Alexis Marí -antes de Carolina Punset- y sobre todo de Fran Ferri, no sería posible.
-¿No cree que en ocasiones Podemos presenta iniciativas que no están lo suficientemente pulidas pero que sirven para tomar la iniciativa?
-Creo que es una mezcla de adanismo y la permanente necesidad de querer reinventar la historia lo que les lleva en ocasiones a proponer lo que ya está o lo que es peor de lo que ya está. Luego entre los muchos caminos posibles vamos construyendo algunos avances entre todos pero ellos se ven en la necesidad de marcar un territorio que evidentemente existe porque si no, no tendrían el respaldo electoral que tienen. Creo que están haciendo un esfuerzo importante aunque falta mucha técnica jurídico-política de calidad.
-¿Quiere decir que priman más las ganas de adelantarse que otra cosa?
-En general, el daño que se está haciendo al sistema político es la simplificación. Eso en algunos países está desembocando en un apoyo desmedido a la ultraderecha y en otros en el respaldo a fuerzas que quieren estar fuera del sistema. Pero claro, Podemos quiere ser parte del sistema y al mismo tiempo ser crítico con el sistema: eso es una realidad que tiene un espacio interesante y que hay que oírla pero a la hora de concretar no son conscientes de la complejidad en todos los ámbitos. Por ejemplo, si tú pides que haya muchas incompatibilidades también tienes que garantizar desde lo público que esas personas lleven una vida digna. Porque si te dedicas a la política y luego vas a ser incompatible durante muchos años de algo tienes que vivir: ellos han tenido un problema porque nosotros no podemos tener dos salarios públicos lo cual está fenomenal. Bien, pero eso en Podemos también les ha generado problemas porque hay miembros de ese partido que son profesores asociados de la universidad y ni siquiera renunciando a los 500 euros que les pueden pagar pueden mantenerse.
-Se han copado en este periodo de sesiones las comisiones no permanentes: es decir las de estudio y las de investigación. ¿Tan necesario ve que la cámara se dedique a una labor que en muchos casos están haciendo los tribunales o también existe un punto de conveniencia política?
-Lo atípico es que en 20 años de régimen no hubiera comisiones de investigación. Hay que recuperar el tiempo perdido y es fundamental para el futuro. El futuro se escribe hacia delante pero solo se entiende hacia atrás y si no entendemos lo que ha pasado estas dos décadas corremos el riesgo de cometer los mismos errores. Las comisiones de investigación no son vengativas ni depurativas. Son el análisis de una realidad que fascinó a esta sociedad y a los medios de comunicación y que nos arruinó económica, moral e institucionalmente.
-No me niegue que no existe un intento de rentabilidad política...
-En realidad, todo esto tiene un punto de saturación. La corrupción ha sido de tal magnitud que cada nuevo caso no creo que tenga demasiadas consecuencias, se mezclan cosas... aunque pienso que queda mucho por descubrir.
-¿Quziá en Feria Valencia?
-Creo que Feria será el caso mayúsculo de corrupción del PP porque es donde menos información hemos tenido dado que la cúpula dirigente y su entramado económico y jurídico era ajeno a cualquier mecanismo de control. Se está hablando aquí de un sobrecoste que se puede situar cerca de los 1.000 millones de euros, de tarjetas 'black'...
-En la comisión de investigación, también está la gestión de IFA, el recinto ferial de Alicante.
-Sí, la deuda, los vínculos con Coepa... aunque no creo que tenga nada que ver en cuanto a magnitud de lo que sabemos de Feria Valencia.
-¿Qué pasos adelante pueden darse en la comisión de reforma del Estatuto y la ley electoral?
-La mayoría que hay en el Parlamento, excluyendo al PP, te permite hacer una gran apuesta por la regeneración política y luego hay una gran mayoría que puede apostar por las políticas sociales y que tengan reflejo en el Estatuto, como el suelo en el gasto social. Acordar que nadie tenga margen presupuestario para poder rebajar las necesidades sociales en Educación, Sanidad y servicios sociales.
-¿Y en cuanto a la rebaja del listón electoral? ¿Cuándo podría ver la luz?
-Eso es un compromiso electoral y una necesidad de la sociedad valenciana aunque algunos puedan tener la tentación de minimizar la cuestión porque ahora les ha ido bien. Creo que en menos de un año puede llegarse a hacer trabajando en la reforma de la ley electoral.
-¿También se abordará el desbloqueo de listas?
-La tesis en la que nos estamos moviendo, descartando sistemas como el delirio Camps de voto mayoritario por circunscripciones uninominales, es jugar con un sistema proporcional, con un listón más bajo, que las circunscripciones se adapten a la población sin sobreprimar en exceso a algunas provincias... y también, sí, estudiar mecanismos para desbloquear las listas.
-Otra de las cuestiones que está sobre la mesa en Les Corts es la reforma del Estatuto de los expresidentes. Hay aquí un tira y afloja con Podemos sobre si deben ser miembros natos del Consell Jurídic Consultiu así como ciertas dudas sobre la retroactividad de la reforma. ¿Cuál es la posición del PSPV?
-Podemos plantea que los presidentes no pueda tener ninguna prerrogativa y nosotros tenemos otra posición. En primer lugar, los socialistas opinamos que los expresidentes han sido votados por la mayoría de los valencianos y les tenemos que reconocer ese status. Deben estar siempre a disposición de la Generalitat para aportar su opinión y su experiencia y por eso deben ser miembros natos del Consell Jurídic Consultiu. En segundo lugar, si no tienen ningún ingreso público o privado podrían ser miembros del CJC con el salario que tiene cualquier miembro de este órgano. En tercero, aquellos expresidentes que por su cargo actual tengan prerrogativas de secretaría, asistencia, desplazamiento... no tendrán derecho a ello. Aquellos que no lo tengan, sí dispondrán de una o dos personas que le puedan asistir en sus contactos políticos institucionales así como la cobertura en desplazamientos. Además, como ser expresidente no es una garantía de bonhomía hemos introducido la cláusula de indignidad. De todas formas hay que ser conscientes de que solo hay un expresidente que cobra un salario y tiene las prerrogativas que es Francisco Camps y hay otro, que es Alberto Fabra, que ha solicitado despacho, personal de asistencia y transporte. Limitando a esos dos casos, creo que hoy no hay razones objetivas para revocarles lo que tienen pero en cualquier caso la ley lo que debe hacer es prever las situaciones y que la Generalitat sea la que tome la decisión. No obstante, no debemos hacer de esto una venganza y decir 'ahora vamos a por Camps'. Otra cosa es que, según lo que vayamos encontrando, podamos poner en marcha la causa de indignidad. En cuanto a la retroactividad tengo mis dudas pero tampoco me imagino a un expresidente pleiteando para que le den un despacho si le es retirado. Si todos fueran como Joan Lerma no hubiera pasado nada, igual que si Rita Barberá se hubiera ido hace ocho años ahora la gente iría saludándole por la calle.
-¿Percibe que haya bajado la crispación en Les Corts? Recientemente facilitaron la entrada del PP en el Consejo de la Transparencia, ¿este tipo de gestos son el camino?
-Impulsamos un cambio de la ley para que todos los grupos, incluido el PP, tuvieran un miembro dentro y, aunque ellos se opusieron porque consideraban que su candidato debía presidirlo, finalmente se les ha incluido. Nosotros en la oposición lo hemos pasado tan mal estos años que queremos abrir las puertas a todos.
-¿Cómo es la revisión de la Sindicatura de Comptes que se está realizando?
-Creo que es una institución que ha pasado dos etapas: una en la que se notaba cierta sumisión a la Generalitat y otra, que ya dura muchos años, en la que fue ganando independencia. El punto de inflexión fue el caso Blasco: cuando intenta que la Sindicatura dé el visto bueno a un expediente de ayudas reconstruido y manipulado y la Sindicatura no traga. Hay funcionarios de calidad allí y síndicos que están actuando objetivamente. Se puede mejorar algunas cosas aunque no en los términos que propone Antonio Montiel en su proposición de ley, que es muy mejorable.
-¿Cómo ve la relación con Compromís? ¿Es más sencillo llegar a acuerdos en Les Corts que la convivencia que se produce en el Consell?
-Hagamos una reflexión: ¿Por qué la izquierda siempre se fagocita? Pues porque tienen muchas cosas en común. Hay muchos militantes del PSPV que podrían estar en Compromís y viceversa. Son dos organizaciones cuyos mayores problemas de relación se producen en los pequeños municipios porque existen a veces animadversiones. La empatía personal es clave y creo que hay una relación muy empática entre Mónica Oltra y Ximo Puig. También la hay entre el síndic de Compromís, Fran Ferri, y yo y opino que entre la gran mayoría de diputados de los dos grupos. En el Gobierno, donde hay buena relación como en Cultura tampoco hay problemas. Y si existe algún problema en otro departamento con las relaciones personales inevitablemente se traslada a la gestión. No obstante, tras ocho meses de rodaje esto funciona infinitamente mejor de lo que pudiéramos pensar en junio de 2015.
Segunda parte de la entrevista: "Nunca volveré a presentarme para intentar ser alcalde de Valencia"