VALÈNCIA.
En contra de una incertidumbre inventada
Tenemos una muy vaga idea de las consecuencias de nuestros actos, si no me creen personalmente pregúntenle a la ex condesa de Bornos y de Murillo, doña Esperanza Aguirre y Gil de Biedma. Y es que nuestro conocimiento del futuro sería mucho menos fluctuante si nos rodeáramos de personas de recto proceder. Me refiero a que su conducta deshonesta no se considerara ni siquiera previsible, sino simplemente probable.
Ya que podemos precisar de una manera general y moderada determinadas cuestiones como la previsión meteorológica, no debería haber nada sujeto a la incertidumbre, ni siquiera nuestra esperanza de vida. Existe un cálculo de probabilidades exacto; pero desconocemos su desenlace final. En eso se basa tanto el éxito para el Estado de los sorteos de lotería, como el supuesto desconocimiento de desfalcos, desvíos de dinero, cuentas en Suiza e inversiones millonarias por parte de nuestra alta sociedad bicameral asimétrica representante.