VALÈNCIA. Cullera es una localidad volcada en el turismo. En la época estival, sus playas acogen a cientos de miles de turistas. Desde su ayuntamiento, se trabaja ahora para desestacionalizar el turismo. "Intentamos que cada semana haya un proyecto atractivo, no como antes que se podían concentrar tres en una semana y ninguno otras", dice alcalde del municipio.
Jordi Mayor reclama también más ayudas para atender la avalancha a la que se somete en verano Cullera. "El Patronato Provincial de Turismo, en esta nueva época, no nos está ayudando casi nada", se queja.
El trabajo del ayuntamiento se ve dificultado por el plan de ajuste hasta 2032 impuesto por el Ministerio de Hacienda, tras tener que solicitar un rescate por la desorbitada deuda del municipio. "En 2012, después de que el anterior gobierno prorrogara cuatro años los presupuestos, aparecieron 25 millones de deuda en facturas que estaban en los cajones. Por eso ahora nuestras inversiones están muy limitadas".
En esta entrevista, Jordi Mayor se refiere también al Manhattan de Cullera. El ayuntamiento ha iniciado los trámites para renunciar a ser agente urbanizador y que la iniciativa se desarrolle desde el ámbito privado. Según el alcalde, hay mucho interés "porque es un enclave privilegiado".
Jordi Mayor lo tiene claro: "No hay que tener miedo al urbanismo, pero no puede estar al servicio del interés privado y la especulación como ha ocurrido en toda la Comunitat Valenciana y, concretamente, en Cullera. El urbanismo debe estar unido al interés general, al consenso y al crecimiento sostenible".
El convenio pretende hacer el municipio atractivo para la instalación de empresas y posicionar a Llíria a nivel internacional y estatal para la captación de nuevas inversiones