VALÈNCIA. Si alguien merece el título de ilustre veraneante, esa persona es sin duda Mayrén Beneyto, la gran dama de la sociedad valenciana, durante más de dos décadas concejal de Cultura y presidenta del Palau de la Música. Una mujer que derrocha vitalidad.
Eres una mujer muy familiar y también muy social, ¿cómo eran los veranos de tu niñez?
Los recuerdo con mucho cariño, siempre íbamos en julio a Villajoyosa donde la familia de mi padre tenía una casa y en agosto a Beniarbeig, donde teníamos la casa de la familia de mi madre. Guardo muchos recuerdos estupendos, me viene a la mente cuando mi padre se ilusionó muchísimo con que su nieta, es decir, mi hija Irina con tan sólo seis años, fuera la reina de las fiestas de Moros y Cristianos en Villajoyosa, fueron unos años muy divertidos. Con el paso de los años se vendió esa casa que estaba en lo que ahora es el centro del pueblo, y algunos veranos fuimos a un hotel.
Entonces dividías tu verano entre Villajoyosa y Beniarbeig.
Efectivamente, en mi infancia sí pero como decía, tras vender la casa en la Villajoyosa nos instalamos definitivamente en Beniarbeig, una pequeña localidad en el interior de la Marina Alta donde ya veraneaban mis bisabuelos y con la que guardo estrechos lazos y un gran cariño porque tengo muchas raíces familiares. Primero la casa familiar era lo que hoy en día es Casa Santonja, lugar donde se celebran eventos, pero luego hicieron otra casa, justo al lado de la Fundación Santonja, espacio que se hizo para las escuelas y la banda de música.
¿Y ahí es donde ahora pasas tus veranos?
Efectivamente, la casa principal era de mis padres y la heredé yo, le hacía mucha ilusión a mi madre. Es una gran responsabilidad conservar el patrimonio familiar, pero estoy muy orgullosa, ahí se han criado mis hijos. De hecho, también me ocupo de la Iglesia y del panteón familiar, es algo muy laborioso, he tenido que restaurar gran parte del edificio y gracias a Dios ahora está muy cómodo, pero reconozco que es una gran satisfacción.
Como mujer que ha estado en política muchos años y con una gran actividad social, ¿te gusta recibir a los amigos durante el verano o ese tiempo intentas desconectar?
La realidad es que toda la vida me ha gustado recibir, siempre he tenido muchos amigos. Ahora recuerdo a la mayoría de las familias que han veraneado toda la vida en Dénia, con quienes más he compartido mis veranos, me vienen a la mente grandes amigas como Mairen Girona, Mª Consuelo Reyna, Celia Amorós, Amparo de Rojas, las Cañamas, los Gadea, los Merle. Ahora seguimos recibiendo y siempre estamos dispuestos a recibir amigos. Celebramos cumpleaños, hacemos fiestas en verano, hasta celebré allí mi boda con Ramón Almazán.
¿Tus veranos siempre han sido en Beniarbeig o has aprovechado para viajar?
Los años en los que me dediqué a la política, durante más de dos décadas, aunque siempre íbamos a Beniarbeig unos días, aprovechaba los veranos para hacer cruceros por todo el mundo y lo hacía principalmente para tener unos días de desconexión total y estar con mi marido y con otros matrimonios de buenos amigos.
¿Podrías contarme alguna anécdota de verano que recuerdes con especial cariño?
Recuerdo que en mi adolescencia hacíamos obras de teatro en La Jara, nos juntábamos todos los niños de las familias de la zona, que antes te mencionaba y ensayábamos una pequeña obra de teatro y un día actuábamos en el pequeño teatro del pueblo, y se cobraba entrada y todo. Fueron años muy bonitos, íbamos todos juntos por la mañana a la playa de Las Marinas y por la tarde había campeonatos de tenis o quedábamos en las casas. También recuerdo la fiesta del santo de mi padre el 24 de agosto, y mis abuelos siempre iban a por pescado fresco a la Lonja de Dénia para las celebraciones en casa.
¿Cómo es un día cotidiano de tu verano?
Me levanto sobre las 9h, desayuno, organizo la casa para saber qué necesidades hay y me voy al bar del pueblo a tomarme un café y una tostada con aceite que está exquisito, y ahí desconecto totalmente de las obligaciones que me genera la casa. Me gusta comprar en las tiendas de Beniarbeig y pasarme por el ayuntamiento. Luego o me voy a la playa un rato o salgo a navegar con mi hijo Alfonso y pasamos el día en el mar. Por las tardes, suelo recibir a amigas para merendar y muchos días organizamos cenas de verano en el jardín.
Como antes has recordado, fuiste durante más de 20 años concejal de cultura del Ayuntamiento de valencia, ¿cómo eran esos veranos?
Pues muy diferentes, estaba siempre conectada con las concejalías, me pasaba el día viajando, sobre todo visitando muchas fiestas representando al Ayuntamiento de Valencia, los moros y cristianos de Onteniente, las fiestas de la Alfábega en Bétera, en Liria y tantos municipios que celebran sus fiestas patronales durante el verano. Me gustaba visitar muchos municipios de la Comunitat y así conocer mejor y disfrutar de las bondades que ofrece nuestra tierra.
La vida social de verano respecto a la del invierno, ¿cómo la definirías?
Yo diría que es distinta, en invierno es más de compromisos y en verano es más de amigos. Mi casa está abierta siempre a recibir a gente, a amigos y amigos de amigos con quienes compartir buenos momentos. Me gusta especialmente organizar comidas y montar una mesa para cada ocasión como hacía mi madre, también renovamos siempre las flores, creo que es fundamental en una casa de verano. Entre las fiestas que damos, hubo una que hice con todos mis hermanos, la fiesta blanca, donde todos íbamos vestidos de blanco y fue muy divertida, antes de que se pusiera de moda el estilo adlib ibicenco.
Me parece apropiado, para acabar esta entrevista, recordar ahora que tanto se habla del poder femenino, que tú has estado en política desde los años 80 y has alcanzado altos cargos.
Fui la primera mujer directora general de Turismo en la pre-autonomía y he trabajado mucho con humildad y espíritu de servicio. Mi forma de actuar fue siempre muy discreta, empecé en UCD donde guardo muy buenos recuerdos junto a personalidades como Fernando Abril Martorell, recuerdo aquellas eternas negociaciones con Alfonso Guerra, también recuerdo a Manuel Broseta, José Luis Manglano o Emilio Attard y con los años y junto a la alcaldesa Rita Barberá tuve el honor de ser concejal de cultura y dirigir una institución tan importante para Valencia como el Palau de la Música.