VALENCIA. La Conselleria de Agricultura decidió hace más de dos meses la fórmula para la continuidad de Lafarge en Sagunto respetando la zona verde de Margas, contigua a la actual cantera de la cementera. La hoja de ruta del secretario autonómico de Medio Ambiente, Juliá Álvaro, es permitir que la enseña mantenga su actual explotación minera en la zona de Salt del Llop y, mientras tanto, preparar su traslado a El Piñal en un plazo de entre 10 y 15 años. Sin embargo, el dirigente de Compromís se ha encontrado con que el Ayuntamiento de la localidad está obstaculizando el proceso.
Así lo denuncian tanto la empresa como los sindicatos de la multinacional, que urgen al consistorio a que remita a la conselleria los informes requeridos para que esta tramite la preceptiva licencia de ocupación de monte público. El documento del consistorio, que ha de pronunciarse a favor o en contra de que continúe la explotación en Salt del Llop, no sólo no llega, sino que seguirá sin llegar a corto plazo, puesto que el ejecutivo local acaba de solicitar una nueva prórroga para prepararlo.
Ante tal escenario, Medio Ambiente estudia acelerar los trámites y pronunciarse sobre la ampliación sin contar con el informe del Ayuntamiento. Para ello ha trasladado una consulta a la Abogacía de la Generalitat en la que pregunta si puede proceder de esta manera. De la respuesta del organismo jurídico dependerá que el proceso se acelere o siga estancado a la espera de que se pronuncie el Gobierno local.
Como informó este diario, Álvaro daba por solucionado el asunto de la multinacional a finales del pasado mes de marzo. "El tema de Lafarge está resuelto", respondía entonces a Valencia Plaza sobre la situación de la cementera, cuya explotación arrastra un intenso conflicto entre la empresa y el ejecutivo local liderado por el alcalde de Compromís Francesc Fernández con el apoyo de ADN Morvedre y Esquerra Unida.
La intención de Lafarge -y el trato que llegó a firmar con el PP- era ampliar la explotación minera a la contigua zona de Margas, si bien Lafarge finalmente desistió ante la presión municipal y autonómica, un movimiento que, al menos por el momento, tampoco le ha servido para garantizar su continuidad en la zona de Salt del Llop dadas las trabas que sigue recibiendo por parte del Ejecutivo local.