VALÈNCIA. Tras semanas sin pronunciarse, Metrovacesa rompe por fin su silencio sobre su proyecto en el PAI de Benimaclet. Un desarrollo que quedaba en el aire después de que la concejalía de Urbanismo del Ayuntamiento de València, que dirige Sandra Gómez, rechazara su proyecto que incluye 1.345 viviendas y le pidiera cambiar algunos aspectos. Desde entonces, tanto PSPV como Compromís han mantenido públicas desavenencias sobre la senda que debe transitar este desarrollo urbanístico del norte de la ciudad. Un tiempo durante el que la promotora daba el silencio por respuesta. Hasta ahora.
Tras dejar que ambas formaciones exhibieran sus cartas, y después de reunirse este miércoles con Compromís, la compañía reclama a los socios del gobierno municipal "una postura clara y una hoja de ruta consensuada que posibilite avanzar en el desarrollo del proyecto". Y es que los diferentes planteamientos de PSPV y Compromís han enquistado la urbanización de unos terrenos, actualmente pasto de la degradación. Para encarrilar la situación, la promotora pide diálogo para llegar a una solución. Y es que, pese a las críticas a su proyecto y la parálisis en la que se encuentra, desde la firma están dispuestos a consensuar con la administración local valenciana.
"Metrovacesa se ha mostrado abierta en todo momento a las propuestas de mejora del desarrollo del PAI de Benimaclet y ha adaptado el proyecto inicial -que surgió de un proceso de participación vecinal- en sucesivas ocasiones, con el fin de atender las peticiones transmitidas por los representantes municipales", señalan fuentes de la compañía. En este sentido, defienden que su iniciativa "contempla la integración de los diferentes elementos con la huerta y el barrio de Benimaclet, conforme a los parámetros urbanísticos vigentes y ratificados por el propio consistorio municipal durante los últimos años".
No obstante, y a la vista del manifiesto rechazo que ha generado tanto por parte del gobierno local como por parte de algunos colectivos vecinales, muestran su "predisposición al consenso y el debate con las partes implicadas" con el fin de "encontrar el camino para avanzar en una actuación muy necesaria para dar respuesta a las necesidades del barrio de Benimaclet y la ciudad de València".
Cabe recordar que uno de los principales escollos es el número de viviendas que incluye la actuación y la necesidad de protección de la huerta. De hecho, la propuesta de Compromís va precisamente en esa línea: mayor protección de la huerta ya cultivada desclasificando más de un tercio del sector, de manera que se reducen las viviendas planteadas por Metrovacesa a casi la mitad además de rebajar las alturas de los edificios.
Por su parte, Urbanismo, área controlada por la socialista Sandra Gómez, planteó mantener la edificabilidad, pero sustituyendo una parte del suelo residencial por suelo terciario de valor añadido. El planteamiento del proyecto presentado por la empresa contenía un 13% de suelo terciario y el área de Urbanismo exigió a la firma que este porcentaje creciera hasta el 20%. No obstante, inadmitió el proyecto y ya ha anunciado que será el propio consistorio el que asumirá la tarea de diseñar y definir el futuro planeamiento urbanístico del barrio, organizando un nuevo proceso de participación vecinal.
Desde la compañía no se pronuncian al respecto, pero sí recalcan que "el respeto y la conservación de los elementos paisajísticos y patrimoniales relevantes, así como la necesidad de atender a la singular ubicación del ámbito de manera ejemplar, son plenamente compatibles con un plan donde todos los intereses tengan cabida sin que la administración deba asumir costes". Todo ello, "en la medida que se respeten los parámetros vigentes, y sin que sea necesario renunciar a la posibilidad de colaborar con la iniciativa privada".
Este martes representantes de la cotizada mantenían una reunión de trabajo con miembros de Compromís. Concretamente, con el vicealcalde Sergi Campillo y la portavoz orgánica de la coalición valencianista, Papi Robles. Se buscaba poner en común ideas y planteamientos de cómo encarar el modelo urbanístico para el barrio que deberá aprobar en un futuro el Ayuntamiento de València. Un encuentro, de más de dos horas, que ambas partes situaban en un contexto de cordialidad y en el que coincidían en la necesidad de tender puentes.
Con ese fin, la formación proponía la constitución de una mesa de diálogo y mediación donde estén representados los vecinos, el Ayuntamiento de València, a través de alcaldía y la delegación de urbanismo, y los propietarios del suelo -con Metrovacesa en primer término- con vistas a "avanzar en una propuesta de consenso que pueda satisfacer a partes iguales a todos los agentes implicados", señalaba Sergi Campillo, vicealcalde y concejal de Ecología Urbana.
"Desde Compromís hemos hecho ver la importancia del diálogo y del consenso en esta cuestión. Para nosotros es fundamental evitar un conflicto como, desgraciadamente, ya se vivió años atrás en el barrio del Cabanyal. La ciudad de València no puede permitirse de nuevo un proceso traumático como aquel. Es importante encontrar un punto de equilibrio entre todas las partes y desde Compromís haremos todo lo posible para que así sea", aseguraba Papi Robles, portavoz de la formación en el consistorio valenciano.
La formación defiende la importancia de los los cuatro procesos participativos que ya ha tenido el barrio respecto al modelo urbanístico a desarrollar, una perspectiva que quieren que se tenga en cuenta a la hora de configurar la configuración del barrio. "Los vecinos llevan muchos años realizando procesos participativos para expresar cómo quieren que sea el futuro de Benimaclet. Son unos procesos que tenemos que poner en valor y tener muy en cuenta y que nos deben servir para pasar ya a la siguiente fase, teniendo en cuenta todas las conclusiones extraídas", defienden.