VALÈNCIA. El Hotel SH Valencia Palace acogió el pasado martes un desayuno informativo que, partiendo del proyecto Mobility City impulsado por la Fundación Ibercaja, versó acerca de la movilidad del futuro en las ciudades. La cita estuvo organizada por la propia Fundación y Valencia Plaza.
A la cita acudieron el director del Proyecto Mobility City, Jaime Armengol; el CEO de la Asociación Valenciana de Startups, Nacho Mas; el CEO de MyrentGO y director de Relaciones Públicas de MOLO, Juan Bueno; la representante de Plug and Play Spain Paloma Mas; el fundador de La Pinada, Iker Marcaide; el CEO y cofundador de Journify, Ignacio Zaballos; el director de Expansión de Tier, Javier Ríos; el director general de HIVE en España, Xavier Fité; el cofundador de Cities Forum, Jaime Ruiz; el CEO de Green Urban Data, Alejandro Carbonell; así como la directora de marketing local de Yego en Valencia, Roberta Lo Porto. Asimismo, asistieron el secretario de la Asociación Valenciana del Vehículo Eléctrico, Álvaro Lorca; la directora en Movilidad Urbana Sostenible de MOVUS, Isabel Espinós; el director de Asuntos Públicos de Go Flash Andrea Vot; la manager ZE (vehículo electrónico) de Renault Retail Group Levante, Paloma López; y el responsable de relaciones institucionales y Desarrollo de Negocio en ITE, Nacho Casado.
Inició el encuentro el director del Proyecto Mobility City, Jaime Armengol, quien explicó detalladamente cómo se va a articular este plan, que se va a emplazar en el Pabellón Puente de la Expo de Zaragoza, diseñado por la prestigiosa arquitecta Zaha Hadid. Su objetivo es contribuir al desarrollo del sector de la automoción y la movilidad sostenible. Dividido en tres espacios, la Ciudad de la Movilidad pretende utilizarse como museo en una 'zona de experiencias'; como área de innovación, y como zona de ocio. Contará con grandes infraestructuras audiovisuales y lugares de reunión así como de formación.
Armengol subrayó la cooperación entre las administraciones y el sector privada para dar lugar a un espacio de tal calibre que, dijo, "puede beneficiar el discurso público de la nueva movilidad". Asimismo, dijo que pretende impulsar el cumplimiento de grandes objetivos, entendiendo la movilidad como "base de una economía globalizada", como "un servicio", y "como un eje transversal para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU". Insistió en la necesidad de la descarbonización y de colaborar para impulsar las ciudades inteligentes.
Abierto el turno de intervenciones, Andrea Vota, director de Asuntos Públicos de Go Flash, explicó que "la movilidad urbana está siendo un laboratorio importante" y que "la velocidad a la que van las empresas es muy diferente a la que van las instituciones". Vota relató cómo la compañía alemana ha estado tocando la puerta de diferentes ayuntamientos y la respuesta ha sido muy diversa. Precisamente por ello, reclamó una regulación de las nuevas formas de movilidad más homogénea. "La distorsión normativa no ayuda", recalcó. Según Vota, "el diálogo público-privado debe ser más fuerte". El propósito: adaptar la ciudad a los nuevos conceptos. "Las ciudades están diseñadas para los coches, todo son calles para los vehículos, y la mayoría de viajes son de corto recorrido y de una sola persona", lamentó.
Por su parte, el director general de HIVE en España, Xavier Fité, advirtió de que "los patinetes eléctricos ya están inundando las ciudades". Y es que, que no haya una regulación al respecto, no implica que el ciudadano no haga uso de esta nueva forma de movilidad, aseveró Fité. Ahora, València acaba de aprobar su nueva normativa de movilidad, que incluye la regulación del patinete eléctrico. Sin embargo, todavía no ha regulado el sector del 'sharing'. Según el director general de HIVE en España, "la inestabilidad política no está ayudando" y "los ayuntamientos están asustados por la regulación general que sacará la DGT".
Isabel Espinós, la directora en Movilidad Urbana Sostenible de MOVUS, lamentó que la normativa estatal de transportes data del año 1987. "La normativa no contempla ni la bicicleta ni el patiente", dijo, por lo que se está incurriendo en "una alegalidad". "Es lo que ha ocurrido: los servicios han empezado a operar sin estar regulados". Espinós cree que más que mirar a los ayuntamientos, hay que fijarse en el Ministerio. "Los ayuntamientos están viendo cómo capear el temporal, deberíamos estar llamando al ministerio para que regule la movilidad", sostuvo. Se quejó, por ejemplo, de que la ley no les reconoce como servicio de transporte, por lo que se ven obligados a pagar el 21% del IVA y no el 10% como un servicio de transporte.
La aportación de la directora de marketing local de Yego en Valencia, Roberta Lo Porto, se centró en cómo puede afectar el cambio de modelo de movilidad a las sociedades contemporáneas. Según Lo Porto, "una sociedad de movilidad compartida puede crear una sociedad más igualitaria". Continuó su intervención relatando que "la necesidad de tener un vehículo en propiedad está cambiando" y que "las nuevas generaciones lo han entendido". Para ella, la gente joven ya no está interesada en comprarse un vehículo privado, sino que está abierta a utilizar otros modos como el 'sharing'. Además, puso sobre la mesa la necesidad de "enseñar la importancia de la movilidad compartida, así como en las escuelas enseñamos la importancia del reciclaje".
Algo similar incluyó en su intervención el cofundador de Cities Forum, Jaime Ruiz, quien adelantó que "en poco tiempo vamos a dejar la era urbana del vehículo de automoción y en propiedad". Lamentó que "en los concesionarios no hay buenas opciones de vehículos eléctricos. Por otro lado, se mostró pesimista en cuanto a conseguir una armonía normativa: "No va a ser así y debemos acostumbrarnos". Para Ruiz, "las empresas innovadoras tienen la flexibilidad y el potencial para proponer nuevos sistemas de negocio, y eso hará que las ciudades maduren y se adapten; especialmente el ciudadano, que asumirá que hay una nueva forma de moverse".
El CEO de MyrentGO y director de Relaciones Públicas de MOLO, Juan Bueno, opina que "la gente joven no quiere un coche como lo quería antes" y que la prueba está en que "las matriculaciones en las autoescuelas han bajado". A su parecer, en ocasiones las instituciones van muy por detrás a la realidad: "El Ayuntamiento está regulando ahora los segways, que ya casi no están en las calles", dijo. Para Bueno, "la normativa debe ser no municipal, sino una normativa global que pueda tener matices".
El responsable de relaciones institucionales y Desarrollo de Negocio en ITE, Nacho Casado, por su parte, instó a las ciudades a adaptarse a "ese usuario que quiere ser sostenible". Las ciudades, cree Casado, han de facilitar las cosas a estos usuarios, deben ser lugares de pruebas piloto. "En València hay muchos espacios donde aplicar pilotos", explicó, para añadir más tarde que "hay proyectos ya en marcha para convertirla en una smart city que se están probando en unas zonas y más tarde pueden ser trasladados al resto de la ciudad". Puso como ejemplo Casado la fachada marítima del cap i casal. También habló de la necesidad de coordinar al Ayuntamiento de València con los del área metropolitana. "La gente se centra en el centro, pero en realidad los vehículos vienen de fuera, de los lugares donde el transporte público no llega".
Para Alejandro Carbonell, CEO de Green Urban Data, es imprescindible "regular la convivencia entre la gente y los vehículos, porque sino tenemos problemas: se apuesta por el carril bici, pero el la gente no lo acaba de compartir". Por ello, Carbonell cree que hay que poner en marcha "un sitio para aprender cómo se convive en la ciudad", para evitar así acabar "odiando la tecnología".
"Hay asociaciones que están a favor del patinete, pero hay preocupación por su convivencia, especialmente con su relación con las personas con discapacidades", alertó Javier Ríos, director de Expansión de Tier. "Las instituciones deben apoyar y facilitar esta convivencia" porque "si se muestran reacias, el ciudadano tiene inseguridad y no sabe cómo reaccionar ante este nuevo vehículo". Ríos pidió una "clara legislación sobre circulación y también sobre aparcamientos" para "poco a poco", ir "apartando a los coches de la ciudad y conseguir un espacio libre de ellos".
El fundador de La Pinada, Iker Marcaide, dio la razón a Ríos en otorgar importancia a la inclusión por parte de las infraestructuras. Especialmente a los niños, a las personas mayores y a las personas con diversidad funcional. "Las ciudades que son amables para los niños, son amables para todo el mundo", aseveró. Además, y al hilo, dijo que "el modelo de ciudad debe ir de la mano con el modelo de moviliad", por lo que es relevante "pesar en cómo creamos ciudades" para dar lugares a urbes compactas y más eficientes. Ahora bien, concluyó en que hay que atender también a "cómo gestionar los procesos de cambio".
Paloma Mas, representante de Plug and Play Spain, apuntó que "al final, las empresas siempre estan atentas a lo que necesita el usuario", pero añadió que "hay que acercar esa innovación de la parte privada a las instituciones, si no, se va a acabar la innovación". Se refirió Mas al proyecto de Mobility City como un buen ejemplo de cooperación entre administraciones y empresas privadas. Respecto a los cambios en las políticas de movilidad en las ciudades que se han puesto en marcha en los últimos años, y en referencia especialmente a València, Mas valoró positivamente el camino que se está siguiendo, aunque admitió que "se puede criticar la falta de organización".
A juicio del secretario de la Asociación Valenciana del Vehículo Eléctrico, Álvaro Lorca, la movilidad compartida "es una solución", pero no "la solución final". Aunque cree que sí que "está ayudando a los usuarios", opina que "no debemos olvidar que las generaciones que vienen sí que querrán tener su propio vehículo propio". Quizá no será el automóvil tradicional, quizá será un patinete eléctrico o una moto eléctrica. Eso sí, Lorca dijo que esta transición "debe ser lenta".