VALÈNCIA. El presidente de la Diputación de Valencia, Vicente Mompó (Gavarda, 1981), fue uno de los dirigentes políticos que estuvo presente el pasado 29 de octubre en la reunión del Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi), donde participaron dirigentes políticos de distintas Administraciones Públicas y diferentes expertos en Emergencias de diferentes cuerpos de seguridad.
Mompó relata los diferentes pasos que dio durante la jornada de la tragedia y, sin esquivar ninguna pregunta, reflexiona sobre los protocolos existentes, la falta de información y el papel de las distintas Administraciones en el día de la catástrofe que dejó 223 víctimas mortales.
- ¿Se ha arrepentido de ir al programa Salvados, de La Sexta?
-No. Nunca voy a dejar de ir a los sitios que me inviten, como tampoco voy a dejar de contestar las preguntas que me hagan. Hay programas complicados. Cuando tú haces una entrevista de casi dos horas y luego te la resumen en 50 minutos... Hay muchas cosas que se pierden en el camino. Pero, insisto, creo que hice lo que tenía que hacer y los políticos estamos para dar la cara. Si de algo estoy contento, o puedo estarlo, a pesar de la situación, es porque creo que nadie de la Diputación se ha escondido ni un solo segundo desde que ha empezado todo este desastre y lo vamos a continuar haciendo.
- ¿En qué momento del día 29 de octubre se dió cuenta de que debía cambiar su agenda e ir al Cecopi?
-Recuerdo que estábamos en la comisión de diputaciones de la Federación Española de Municipios y Provincias en Ciudad Real. El lunes por la tarde, regresábamos hacia Valencia. Nos llamó una compañera del equipo, y nos dijo: "¿Habéis visto las previsiones meteorológicas? Da mucha agua para mañana". Pensamos que tal vez no sería necesario cancelar la agenda para el martes, pero decidimos llamarnos a primera hora de ese día y decidir qué hacer. Yo, como alcalde de Gavarda, un pueblo afectado por la Pantanà del 82, siempre me gusta estar en el municipio cuando se prevén tormentas. Me gusta bajar al núcleo histórico y recorrer el término municipal para revisar cómo está todo. Decidimos que seguramente cancelaríamos la agenda prevista para ese día, pero acordamos llamarnos a primera hora para hablar de ello. No recuerdo la hora exacta, pero finalmente decidimos cancelar todo. Fui a Gavarda y me quedé unas horas arreglando cosas. A las 7 de la mañana llamé al operario municipal y estuve con el concejal de Agricultura revisando las zonas afectadas por el barro que bajaba del barranco en el pueblo. Sobre las 10:30 horas, me llamaron preguntando cuánto me quedaba para terminar. A las 11 nos fuimos hacia Utiel, tomando una carretera más alejada de Gavarda. En L'Alcúdia, el helicóptero del Consorcio de Bomberos sobrevolaba la zona. Al llegar, los bomberos estaban operando. Subimos a uno de ellos para ver lo que estaba ocurriendo.
"Íbamos a ir a Utiel, pero Mascarell me llamó y me dijo que acudiese al Cecopi"
El agua ya había superado el cauce y arrastrado vehículos. Cuando terminamos en L'Alcúdia, decidimos regresar a casa. A las 15:30 o 16:00 horas, salimos hacia Utiel, pero en la carretera entre Carlet y Alginet vimos volcar camiones. La situación era peligrosa, pero gracias al coche de bomberos y las luces del operativo, pudimos avanzar. Un compañero revisó los camiones volcados y los coches atrapados. El diputado de Medio Ambiente, Avelino Mascarell, que iba con otro vehículo y con la intención de acudir también a Utiel, salió por la costa y no fue afectado por el temporal. Pero, ante lo que se avecinaba, se dirigió directamente al Cecopi. Me llamó y me aconsejó que fuese al Cecopi en lugar de a Utiel dadas las circunstancias. Un poco más tarde de las 17 horas, ya estábamos todos allí.
- ¿Considera que la Generalitat pecó de falta de previsión el día de la Dana?
-Creo que, tanto el Gobierno de España como la Generalitat y todas las instituciones, no percibieron realmente lo que estaba sucediendo. Quiero aclarar que yo tampoco lo percibí en ese momento. Actué como alcalde de Gavarda, responsable político de la Diputación y ciudadano de La Ribera. Si hubiese sido de otra zona, como Castellón, Alicante o La Safor, quizás no habría hecho lo mismo, porque mi implicación personal está vinculada a mi región. Como presidente de la Diputación tengo que velar por toda la provincia, pero mi reacción fue desde mi perspectiva local.
"Sigue siendo difícil entender cómo, con los recursos disponibles, no se pudo alertar con más antelación"
Cuando estuve en L'Alcúdia al mediodía y más tarde en Utiel, viendo lo que ocurría, ni yo ni ningún político ni profesional de emergencias imaginábamos que la situación se agravaría tanto, como lo que sucedió más tarde en l'Horta Sud. En ese momento parecía algo que hemos visto otras veces: un río o barranco desbordado afectando unas casas. Incluso al ver vídeos de coches atrapados en Utiel, pensamos que era algo grave pero dentro de lo común. No creímos que la situación derivaría en lo que ocurrió después. Esa falta de previsión no fue solo mía, sino también de instituciones como el 112, bomberos, el Ejército, la Aemet y la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ). Estoy convencido de que nadie actuó con mala intención o ignorancia deliberada; simplemente, la magnitud de lo que estaba por venir era difícil de prever en ese momento.
- Durante la reunión mantenida en el Cecopi, ¿el presidente de la CHJ no mencionó nada sobre el riesgo de desborde en el Barranco de Poyo?
-A las siete de la tarde se dijo que el pantano de Forata iba a colapsar. Recuerdo ese momento perfectamente, aunque al final no ocurrió nada con Forata, y fue el Barranco del Poyo el que arrasó l’Horta Sud. En ese momento, se planteaban distintas posibilidades, pero nadie parecía tener certeza absoluta. Se discutió mucho sobre cómo actuar, incluyendo la posibilidad de enviar mensajes de alerta. Esos mensajes, sin embargo, tienen un protocolo que requiere autorización y cuidado para evitar causar pánico, lo que podría haber generado más problemas. Lo que sí quedó claro es que la situación era confusa y que las decisiones se tomaron basándose en la información disponible, aunque esta resultó insuficiente. Es cierto que estaban presentes las principales autoridades y expertos en emergencias, pero incluso ellos no anticiparon la magnitud de lo que sucedió. A pesar de ello, sigo convencido de que, si alguien hubiera podido prever con certeza lo que iba a pasar, se habrían tomado medidas más contundentes. La falta de información clara y oportuna generó dudas y cuestionamientos tanto durante la emergencia como en los días posteriores. Sigue siendo difícil entender cómo, con los recursos disponibles, no se pudo alertar con más antelación.
- ¿Cree que se hubiese tomado una decisión como la de enviar la alerta ES-Alert sin que el presidente hubiera estado presente en el Cecopi?
-Creo que si el presidente de la Generalitat pudiera retroceder en el tiempo y decidir si asistir al Cecopi a las cinco de la tarde, estoy seguro de que habría elegido ir. Su presencia, o la de cualquier otra figura relevante que no estuviera en el Cecopi, habría cambiado las cosas. Esto es así porque la interacción directa influye en la toma de decisiones, aunque no sabemos si habrían sido mejores o peores, pero sin duda diferentes.
"si no se ha decretado emergencia nacional con esta dana, ¿cuándo se hará?"
Lo importante es que las decisiones en ese momento se tomaron con la información disponible, no con lo que sabemos ahora. Si bien respeto mucho a Carlos (Mazón) y a otros políticos, en situaciones de emergencia confío más en los profesionales especializados. Ellos son la élite en este ámbito, y si alguno de ellos hubiera advertido a la consellera Salomé Pradas con certeza sobre un riesgo crítico a las seis de la tarde, se habrían tomado medidas drásticas de inmediato. Sin embargo, esa advertencia no llegó en ese momento.
- ¿Sería razonable que el presidente de la Generalitat dimitiese ante esta situación?
-Esta situación puede justificarlo todo. Me pregunto muchas veces, si no se ha decretado una emergencia nacional en esta ocasión, ¿cuándo lo haríamos? Si con lo ocurrido en Valencia no se declara, ¿qué más tendría que pasar para que se considere? Es evidente que es necesario repensar los protocolos y los planes de actuación con lo que sabemos ahora. En cuanto a la dimisión, no creo que esta situación sea motivo para que el presidente de la Generalitat renuncie. Como responsable político, su obligación es afrontar la crisis, liderar la reconstrucción y tomar las decisiones necesarias para salir adelante, tal como la ciudadanía espera de él. Carlos (Mazón) está trabajando en ello, y eso es lo que debería seguir haciendo: capitanear los esfuerzos para superar esta situación. La Dana ha superado a todos, no solo a Carlos. Me parece injusto que siempre se cuestione su continuidad y no la de otros responsables, como el presidente de la CHJ; la delegada del Gobierno; una ministra valenciana y que quiere optar a dirigir el Consell, pero que tampoco ha dado señales de vida o, incluso, el presidente del Gobierno. Es evidente que esta crisis nos ha desbordado a todos los niveles. Carlos ha dado la cara desde el primer día. Es cierto que le ha perseguido el tema de la comida, pero estuvo presente desde las siete de la tarde, aunque quizás algunos errores de su equipo hayan complicado las cosas. La crítica constructiva debería enfocarse en mejorar la gestión futura, no solo en señalar culpables.