La vicepresidenta del Consell insiste en que no renunciarán a reclamar la deuda histórica valenciana y avisa a la presidenta de la Junta de Andalucía de que a su comunidad se le ha reconocido esto en alguna ocasión
VALENCIA. La tensión entre los barones del PSOE motivada por los pactos para la investidura de Pedro Sánchez se traslada más allá del partido y se hace extensiva a otras instituciones. El Ejecutivo valenciano se ha visto inmerso en este clima de tensión dado que recientemente algunos dirigentes socialistas como Susana Díaz, presidenta de la Junta de Andalucía o César Luena, secretario de Organización, han manifestado una postura contraria a las líneas del Consell de PSPV y Compromís en lo que respecta a la deuda de la Comunitat. Las tensiones en el seno del PSOE afectan a las demandas del Gobierno valenciano, que ha hecho de la reivindicación de la deuda histórica uno de sus pilares.
Algunos barones socialistas interpretan como una amenaza la exigencia de Compromís en las negociaciones con Sánchez de una renegociación de la deuda histórica valenciana. Sin embargo, la revisión de esta cuantía no ha sido exclusiva de Compromís, sino que forma parte de las exigencias del Ejecutivo autonómico al central desde que se formó el gobierno con la firma del Pacto del Botánico y viene siendo un tema arrastrado desde hace años.
En concreto, el gobierno de Díaz, a través de su consejera de Hacienda, lanzó un aviso tanto a su partido como a la formación de Mónica Oltra sobre esta revisión. La responsable de Hacienda manifestó que estarán "permanentemente alerta" a que se produzcan "debates bilaterales en los que Andalucía pueda salir perjudicada o no beneficiada en la misma medida".
La actitud de la presidenta andaluza ha ofendido a Compromís, cuyos dirigentes, en especial Joan Baldoví, manifestaron que las reivindicaciones valencianas no se realizan para perjudicar a nadie. Más allá de las cuestiones de partido, este malestar se ha trasladado al Consell, ya que, además, pone en una situación complicada al president Ximo Puig al proceder estas declaraciones de su propio partido.
Oltra se mostró contundente sobre esta cuestión tras el pleno del Consell. La vicepresidenta recordó que "la deuda histórica es una reivindicación del Gobierno, de les Corts y de la sociedad valenciana. Es una implicación de todo un pueblo y no condiciona los derechos de otros pueblos".
Lanzó también un mensaje a la dirigente andaluza, que ha tomado protagonismo en las negociaciones del PSOE: "a lo mejor a Andalucía eso le conviene y a lo mejor debemos estudiar las cosas antes de
pronunciarnos en contra" dijo Oltra en referencia al modelo de financiación que reclama la Comunitat, otra cuestión que hace saltar las alertas en algunos dirigentes socialistas.
La vicepresidenta volvió a explicar que la deuda histórica es consecuencia de un sistema de financiación "injusto" y que debe modificarse, "sin perjudicar a nadie" pero que el daño debe ser reparado. Asimismo, le recordó a Diaz -sobre la deuda histórica- que "Andalucía si que sabe de eso porque se lo han reconocido en alguna ocasión, de esa parte tenemos el mismo derecho que otras comunidades autónomas a reivindicarlo".
Además, Oltra lanzó una advertencia al president para el próximo domingo, en el que se reunirá con su homóloga andaluza con motivo del Día de Andalucía en Valencia. "Seguro que tienen muchas cosas que contarse", comentó la vicepresidenta.
Otro barón socialista que se muestra en desacuerdo es el presidente de Aragón, Javier Lambán, quien afirmó que él sería "el primero en levantar la voz" si se acordara con Compromís abonar la deuda histórica valenciana porque "sería absolutamente intolerable".
A las declaraciones del Ejecutivo andaluz se suman las del secretario de Organización del PSOE, que en una entrevista negó que se hubiera puesto sobre la mesa la renegociación de la deuda valenciana como condición para un pacto de investidura. Luena afirmó además que las negociaciones se habían realizado en coordinación con la dirección socialista valenciana, poniendo en un aprieto al jefe del Consell, Ximo Puig.
En cualquier caso, ni Compromís ni el Ejecutivo valenciano tiene pensado renunciar a la exigencia de la renegociación de la deuda histórica. "Ningún gobernante pone en peligro las relaciones institucionales por cuestiones internas del partido, porque eso sería una irresponsabilidad muy grande" sentenció Oltra.
Cada vez hay menos esperanzas de que los resultados de este domingo puedan evitar las terceras elecciones