Montón tiene la oportunidad de legislar sobre el uso de la homeopatía en España. Como consellera, declaró la guerra a las pseudoterapias
VALÈNCIA. El nombramiento de Carmen Montón como ministra de Sanidad le obligará a luchar en varios frentes pero uno de los temas en los que podría sumar puntos (sin necesidad de gastar dinero) es en el de la lucha contra la pseudoterapias. Su llegada al cargo no podría haber sido en mejor momento, apenas unas semanas después de que su antecesora,, Dolors Montserrat aprobara una polémica orden para regular estos productos en España. La orden, muy generosa con la industria, incluía de facto una amnistía de más de 44 millones en tasas no pagabas a las empresas de homeopatía.
Montón ha predicado con el ejemplo. En julio de 2017 adoptó una medida inédita en España: remitió a los centros públicos valencianos una carta en la que recordaba que los galenos debían "diferenciar claramente entre los productos que cuentan con un respaldo de medicina basada en la evidencia respecto a todos aquellos productos y prácticas que no han demostrado su eficacia". La decisión iba contra todas las pseudoterapias y no solo la homeopatía.
Además, Montón remitió una carta a la entonces ministra en la que le solicitaba que iniciara los trámites para pedir a la Unión Europea la modificación de la directiva 2004/27/CE (que da a los productos homeopáticos la denominación de “medicamentos”) y la supresión del artículo 50 del Real Decreto 1/2015 (que regula estos productos en España). Pocos días después, Montó lideró a las autonomías que se opusieron a la pretensión del ministerio de regular el uso de los medicamentos homeopáticos en España, aunque sin éxito.
En esta lucha contará, además, con el apoyo de Ciudadanos ya que el diputado y médico Francisco Igea se ha mostrado muy beligerante en este tema. En mayo del año pasado remitió una pregunta parlamentaria a la ex ministra popular en la que le consultaba sobre «¿qué medidas piensa llevar a cabo el Gobierno para proteger la salud de los pacientes de daños reales producidos por las pseudoterapias sin evidencia científica?». Izquierda Unida tampoco debería ser un problema: fue el primer partido en incluir en su programa un pronunciamiento en contra de las pseudoterapias, aunque la formación deberá convencer a sus socios de Unidos Podemos de que ha llegado el momento de apostar por la ciencia. No es imposible: ayer mismo, el círculo Podemos Ciencia-IDI mostraba su apoyo a Montón en esta lucha por defender a los ciudadanos de la superchería médica y Equo se ha pronunciado públicamente en contra en alguna ocasión, aunque no está claro que sea el sentir mayoritario entre sus votantes.
Montón también sumará en esta lucha el concurso de la Organización Médica Colegial y de la Real Academia de Farmacia entre otras instituciones científicas.
Si Montón sigue adelante en Madrid lo que comenzó en la Comunitat Valenciana, podrá aprovecharse de que la homeopatía se empieza a cuestionar en muchos países europeos (Inglaterra la ha expulsado de sus sistema público y en Francia, su gran bastión, cada vez hay más voces críticas) y la Unión Europea estudia revisar su legislación al respecto (a instancias, precisamente, del PSOE). Si la saca de las farmacias y del sistema público nacional no es exagerado decir que será titular en diarios de toda Europa.
Tras un tímido intento de poner coto a las pseudoterapias, el gobierno de Pedro Sánchez se olvidó de su compromiso, justo en vísperas de una pandemia que demostró lo importante de la tarea. La APETP es una ONG que intenta llegar donde no lo hacen las autoridades, pero el cometido no es nada fácil: demasiado dinero en juego