VALÈNCIA. La modificación de la ordenanza de ruido en la ciudad de València se ha hecho de esperar durante un largo tiempo. De hecho, lleva más de cinco años en tramitación dentro los despachos municipales. Una normativa que se adapta a las nuevas exigencias del entorno y que introduce restricciones a determinados supuestos como por ejemplo las terrazas de la hostelería, la implantación de recintos feriales o la celebración de conciertos y otro tipo de fiestas en el espacio público. Pero en estos momentos, la concejalía encargada de Contaminación Acústica, dirigida por Giuseppe Grezzi, alega que ya se está "ultimando" la redacción del documento. En este sentido, dispone de una versión casi definitiva a la espera de que las áreas implicadas emitan sus preceptivos informes.
Uno de los asuntos más disputados por los sectores afectados es el de las terrazas de la hostelería, que en esta nueva normativa disponen de un punto y regulación propia, algo que no no sucedía así en el caso de la anterior ordenanza que todavía sigue vigente en la ciudad de València. Así con todo, se introduce de forma concreta cuáles podrían ser las posibles penalizaciones en caso de que los negocios sobrepasen los límites de ruido a los que están sujetos.
Las principales novedades son dos: por una parte, recae sobre los vecinos del entorno la responsabilidad de trasladar quejas y denuncias a los agentes del orden. Algo que ya causó cierto malestar entre los profesionales del sector al considerar que se podría incurrir en conductas "arbitrarias". Del mismo modo, también señalaron en su momento que la Policía Local "no tiene los medios ni la capacidad técnica" para realizar este tipo de mediciones, por lo que temen que esto pueda afectar al desarrollo de su actividad normal.
Sin embargo, el nuevo documento sobre el que se está trabajando reza: "El Ayuntamiento podrá imponer medidas correctoras para garantizar el derecho de los vecinos al descanso, siempre y cuando a raíz de una denuncia la Policía Local constate y acredite en su acta que la actividad de la terraza causa la injerencia acústica denunciada". Todo ello, claro, partiendo de la base de que finalmente se haya admitido a trámite la sanción impuesta por parte de los ciudadanos u otros agentes implicados.
Lo que lleva directamente al siguiente epígrafe, que es el de la descripción explícita de las sanciones. A este respecto, la normativa pendiente de aprobación impone lo siguiente: ante el primer toque de atención, el establecimiento denunciado deberá acortar su horario de terraza durante una hora. Es decir, que si antes cerraba a la una de la madrugada ahora tendrá que hacerlo a las doce. En la segunda amonestación, dos horas. Y en la tercera, se le retirará el derecho a montar terraza durante al menos un año completo, sin importar que el negocio cambie de titularidad. La pena en el caso de los negocios que hayan recibido dos denuncias se levantará si durante el año siguiente no vuelven a registrar una tercera, por lo que podrán volver entonces a su calendario habitual.
Otra de las grandes novedades es la que tiene que ver con los recintos feriales, que por primera vez reciben también mención directa dentro de la ordenanza de ruido. En este sentido, lo que establece la normativa es que recibirán la consideración de "espacios de ocio", por lo que se regirán por sus mismas reglas. Así, cabe la posibilidad de que se prohíba la actividad de este tipo de negocios en las inmediaciones de centros escolares, sanitarios o zonas saturadas, todo ello con el objetivo de garantizar la comodidad de los usuarios.
Las celebraciones en la vía pública tales como conciertos, verbenas y demás se mantiene más o menos igual con respecto a la normativa anterior. Sin embargo, sí que se introduce un nuevo supuesto, el cual ha sido puesto en duda por la concejalía de Espacio Público que dirige la edil Lucía Beamud: la posibilidad de limitar la concesión de licencias a una por mes en aquellas zonas especialmente saturadas por este tipo de eventos. En este sentido, el área de Beamud no puso tanto en duda el fondo sino el procedimiento. Y es que, considera que la normativa no es lo suficientemente específica a este respecto, lo que podría dar lugar a confusión.
Así, pidió que se explicara de manera explícita cómo se iba a proceder a la delimitación de estos departamentos, o que se explicase en todo caso cuáles son las áreas que podrían estar sujetas a este tipo de normativa. Sin embargo, por el momento, el documento que baraja Contaminación Acústica todavía no ha especificado si toda la ciudad de València se dividirá en distritos sonoros o si, por el contrario, se precisará cuáles son los barrios más afectados por este tipo de ruido y, en consecuencia, susceptibles a esta nueva norma.
Otra de las consideraciones que puso encima de la mesa la concejalía de Espacio Público fue la posibilidad de relajar las limitaciones en cuanto a los disparos pirotécnicos que tienen lugar en la ciudad de València. Primordialmente, por las dificultades que plantea el control de los supuesto que se incluyen en la anterior ordenanza. En este sentido, lo que proponía tanto el viejo como el nuevo documento era librar de las limitaciones sonoras a todos aquellos eventos que fueran organizados o bien por el Ayuntamiento o bien por las comisiones falleras durante los días de Fallas.
Sin embargo, el departamento de Beamud entiende que este reglamento es de difícil aplicación, por lo que propuso ampliar la medida a todos los espectáculos pirotécnicos "independientemente de su promotor o fecha de disparo". Lo que en la práctica supondría, en definitiva, ampliar la lista de personas con permiso para usar la pólvora en la calle, al tiempo que sería también la normativa más laxa en cuanto al marco temporal por eliminar el límite de la fiesta fallera.
A este respecto, llama la atención que el texto todavía está marcado en rojo como punto de atención dentro del documento interno que maneja el área de Grezzi. De hecho, concurre con un apunte informal debajo de la que se supondría que tendría que ser la normativa: "Ojo al comentario de Dominio Público", reza. Así, se entiende que la concejalía todavía está valorando la propuesta, y que la legislación en este sentido podría cambiar en caso de que finalmente se admita como válida la puntualización. Lo que a la postre supondría, después de todo, una relajación muy sustancial de la ordenanza.
No cambia mucho, por el contrario, la normativa en cuanto a las Zonas Acústicamente Saturadas (ZAS) de la ciudad de València. En este sentido, pocos son los cambios que se introducen al respecto, puesto que se mantienen las limitaciones en toda aquellas áreas especialmente afectadas por el ruido nocturno. Así, la normativa sigue contemplando reducción de horarios o limitación de licencias a todas aquellas nuevas actividades en la vía pública que podrían contribuir a potenciar el problema.
Cabe recordar que actualmente hay cuatro ZAS declaradas en València: la más reciente de todas ellas es la del barrio del Carmen, aunque también hay otras como Xúquer, Woody o Sant Llorenç, al tiempo que todavía está en duda la que se pidió para Ruzafa. Sea como sea, y por norma general, estas áreas requieren el cierre de terrazas a las 12:30 de la noche en invierno y la 1:00 de la madrugada en verano.