VALÈNCIA. El número 45 de la calle Dènia, donde antes se encontraba la galería Plastic Murs, vuelve a tener vida cultural. En esta ocasión, como sede de Escuela Selecta de Escritura, el espacio de creación y experimentación literaria y artística impulsado por Kike Parra y la premio Tusquets Bárbara Blasco. Además de ejercer de directores de esta escuela independiente, Parra y Blasco imparten clases y tutorías. El claustro completo está formado por Alberto Torres Blandina, Elisa Ferrer, Lola Andrés, Bibiana Collado, Rodrigo Blanco Calderón, David Pascual (Mr. Perfumme), Marta Fornés y Fernando Ros Galiana.
“La idea de la escuela empezó gracias a Paco Florentino, un alumno que tuve, que me encantó. Hacía ocho o nueve meses que había tenido un accidente de moto e iba en silla de ruedas. Le planteé hacer un ejercicio de mezcla de realidad de ficción, y en vez de contar que había tenido un accidente de moto, nos contó que trabajaba de hombre bala en un circo, y una vez le salió mal la historia. Es una persona con mucho humor y muchas ganas. Ha sido alumno nuestro varios años y él tuvo la idea. Nosotros también lo habíamos pensado, pero fue él el que nos hizo lanzarnos y nos apoyó”, explica Bárbara Blasco, autora de las novelas La memoria del alambre, Dicen los síntomas y Suerte, editadas en Tusquets y Contrabando, respectivamente.
La elección de Ruzafa atiende a la relación que ambos autores guardan con el barrio. “Nos pareció desde el principio que Ruzafa era el sitio. Porque vivimos en Ruzafa, y al barrio le va el aspecto cultural, entre tanto bar”. Un gesto que pretende contrastar con la turistificación anidada en el barrio.
Kike Parra, autor de Ninguna mujer ha pisado la luna y Me pillas en mal momento (Relee), cuenta que buscaban para València una escuela a la que les hubiera gustado asistitr, tanto dando clases como recibiendo. “Me gustaría, no que el barrio se implicara, porque no es la palabra, pero sí que supiera que aquí hay una escuela de escritura, que también es un sitio donde puede haber otras disciplinas. Un lugar de encuentro vinculado con el arte”.
A los mencionados escritores, ampliamente conocidos en la escena de las letras de València, se suman, como estrellas invitadas, la escritora e historiadora del arte María Bastarós, autora de la novela Historia de España contada a las niñas (Fulgencio Pimentel), el libro de relatos No era a esto a lo que veníamos (Candaya) y los manuales de historia Herstory: una historia ilustrada de las mujeres, y Sexbook: una historia ilustrada de la sexualidad (Lumen); Sabina Urraca, autora de Las niñas prodigio (Fulgencio Pimentel) y Soñó con la chica que robaba un caballo (Lengua de trapo); Almudena Sánchez, que publicó Fármaco (Random House) y La acústica de los iglús (Caballo de Troya); Rosario Villajos, autora de La muela (Aristas Martínez), el cómic Face (Ponent Mon) y Ramona (Mrs. Danvers); Antonio Tocornal, autor de Bajamares (Insólitas) y La noche en que pude haber visto tocar a Dizzy Gillespie (Aguaclara), entre otros libros; Paco Inclán, autor de los libros de relatos Tantas mentiras, Incertidumbre y Dadas las circunstancias, publicados por la editorial Jekyll & Jill; Lidia Caro, autora de Hijas de algo (Festiu) y Los años que no (Barrett) y Salva Alemany, autor de Éire, Alacrán, Una mirada perdida y Lapsus, todas editadas por Amarante.
Hay en el mundillo cierta sensación de que, para el tamaño que tiene la ciudad de València, la oferta en cuanto a talleres y cursos de escritura es escasa. “Llevamos diez años dando clases y sabemos gente interesada por la escritura hay. Porque vivimos hoy en día más cerca de la palabra que nunca, pero no sé porqué, en València no hay grandes escuelas”. Parra matiza: “Sí que hay gente que tiene sus talleres, pero ves que los escritores importantes no entran en esas redes, y al final se quedan un poco al margen”.
“Aunque queremos alejarnos de modelos de talleres que derivan al coaching, creemos en el poder de la escritura para mejorar la vida de cualquiera, ya sea escritor, o no tenga ningún interés en la escritura pero quiera simplemente mantener la mente en forma, conocerse mejor y ensanchar la imaginación. Queremos que sea una escuela de escritura seria. Esto quiere decir que hablamos solo de escritura. Con el nombre de ‘Selecta’ planteamos un juego, un poco de guasa. Porque no somos tan serios ni pretendemos que el público lo sea, pero sí que queremos recuperar el prestigio antiguo que tiene la escritura. Parece que el trabajo intelectual está desprestigiado”.