VALÈNCIA. “Un chiste bueno no envejece, siempre hace reír. Pase lo que pase y a cualquier público”, esta frase la firma el dúo de humoristas Facu Díaz y Miguel Maldonado, que llevan suscribiéndose a estas palabras desde hace ahora 10 años. Para soplar las velas han preparado una gira única que solo pasará por siete ciudades españolas y que arranca en València el próximo 15 de febrero, con un espectáculo en La Fonteta organizado por La Rambleta. Sobre el escenario y con Diez años: el tour reflexionan sobre el humor “que no envejece y se renueva” y sobre cómo han mutado los temas que llevan tratando desde 2015. Lo hacen con una clave única que les distingue como humoristas y que les ayuda a mantener el ritmo con un humor “que no caduca”.
Para ello recurren a la autoficción y a los diálogos abiertos con el público para hablar sobre actualidad y lo que les rodea. “Nos dejamos llevar por la intuición y lo que nos pide el público mientras añadimos chistes nuevos al listado de los de anteriores épocas”, explica Díaz, “trabajamos en renovar los gags y en repetir los que siempre solemos hacer a modo de remember. Muchos de ellos no necesitan ni un contexto ni una explicación porque ya los hemos ido trabajando mucho con el tiempo”.
Apostando por un diálogo trabajado con cariño “y mucha cabeza” consideran que es sencillo hacer humor sin ofender a nadie, siempre y cuando sepan adaptarse a lo nuevo: “El humor va mucho de la calidad humana, hay que intentar hacerlo lo mejor que se puede y adaptarse a quienes escuchan el espectáculo”, explica Maldonado, quien apunta que a lo largo de los shows han descubierto que la comedia tiene más que ver con ellos mismos que con lo que les rodea.
A lo largo de una década de humor, ambos confiesan haber descubierto que su truco es entenderlo como la música: una porción adecuada hace que la gente quiera volver a escuchar cosas que en su momento le gustaron, y excederse lleva a que un chiste se aborrezca. “La ventaja de esta gira aniversario es repasar chistes que han triunfado en el pasado y a la vez incorporar temas nuevos. Nos gusta escribir comedia con los mismos filtros que aplicamos en nuestra vida y nuestro día a día”, apuntan los cómicos, quienes no comprenden que a día de hoy haya algunos que se excedan con ciertos colectivos en sus discursos, tal y como lo contempla Maldonado: “Si eres una persona decente, deberías hacer un humor decente, y por desgracia hay personas no tan decentes a las que se les da un micrófono”.

- Facu Díaz y Miguel Maldonado -
- DAVID HERRANZ
Desde el 2015, y gracias a su público, han comprendido que no hay una clave exacta para hacer reír aunque contemplan que los chistes de “miserias” y los monólogos en los que se abren en banda son los que mejor suelen funcionar, ya se trate de “ruinas” de política, personales o del mundo que les rodea. Una autoparodia y un diálogo que ha ido evolucionando, insisten, con una audiencia que ha crecido junto a ellos y que ha permitido que el humor sea su trabajo llevándoles desde la televisión -en programas como Late Motiv de Andreu Buenafuente o No Te Metas en Política- a las tablas del teatro, donde realmente han encontrado su lugar.
“El teatro es el lugar perfecto para conectar con los públicos y ver quién nos sigue. Nos gusta ver que viene gente más joven, más mayor… que hay caras que se repiten y que no somos la fase de nadie -comenta Maldonado- sino que la gente ha ido creciendo y evolucionando con nosotros”. Para el dúo ver estas caras que les rodean -sean nuevas o viejas- es lo que les motiva a creerse merecedores de los aplausos en directos, por los que merece la pena tirarse horas y horas creando antes de que suba el telón. “Cuesta mucho parir un show y es muy satisfactorio ver como funciona y crece a lo largo de una gira de un año. Tenemos unos cimientos que lo sustentan y de ciudad en ciudad vamos puliendo y cambiando el discurso, es algo que solo te puede dar el directo”, explica Díaz, “subirnos al escenario de un teatro también nos permite encontrarnos con las personas que nos ven en internet y es muy interesante ver como entre las butacas se genera comunidad”.
Con el directo, sin pantallas y guiados por las carcajadas, Díaz y Maldonado confiesan que se pueden imaginar “unos cuantos años más” hasta poder verse retirados por un tiempo de la vida pública. Díaz en un jardín, en su casa, tranquilamente y desconectando del mundo digital; Maldonado, siguiendo como está ahora junto a su compañero, haciendo reír, aunque sea a un pequeño público. Un futuro común, contradictorio, que tal vez pueda resolverse con un pequeño monólogo sobre el futuro incierto ante un público que se mantenga fiel a las bromas de Díaz y Maldonado, dos “enhumorados” que celebran diez años de casados un día después de San Valentín entre risas, con un enorme público y en un gran teatro.