VALÈNCIA. El gobierno municipal de València, conformado por Compromís y PSPV, consiguió sacar adelante el pasado jueves una modificación del presupuesto del Ayuntamiento con el fin, entre otras cosas, de dedicar parte de los ahorros municipales a dar ayudas y ejecutar transferencias a algunos organismos dependientes del consistorio para salvar su situación financiera. Unos gastos corrientes que, a juicio del interventor municipal, no se pueden financiar con los ahorros del Ayuntamiento.
El quid de la cuestión reside en que la Ley Montoro sólo permite gastar los ahorros de años anteriores en pagar la deuda con los bancos, con los proveedores y las inversiones financieramente sostenibles. Pero con motivo de la pandemia, el Gobierno central suspendió las reglas fiscales el año pasado y, con ello, desbloqueó el uso de este dinero, ampliando presuntamente el abanico a lo que destinar los ahorros consistoriales.
Sin embargo, no quedó demasiado claro porque ya entonces el interventor municipal advirtió, en contra de lo que informaba constantemente el Ministerio de Hacienda, de que la simple suspensión de las reglas fiscales no implicaba el permiso para los Ayuntamienos de disponer libremente de los remanentes, sino que era preciso la aprobación de una norma legal que suspendiera expresamente el articulado de la Ley Montoro que constituye el corsé de los ahorros municipales.
La postura del habilitado nacional es la misma que en otoño sostenía la coalición valencianista que lidera Joan Ribó, a diferencia del criterio sostenido por el PSPV de Sandra Gómez, para quien los ahorros locales sí se habían desbloqueado como aseguraba el Ministerio. La discrepancia llegó a tal punto de que a finales del año pasado Compromís aprobó en la Junta de Gobierno Local, con el rechazo expreso de los ediles socialistas, dedicar los ahorros de 2019 a pagar la deuda bancaria contraída con el BBVA. Los socialistas votaron en contra al abogar por dedicar los entonces 32 millones de euros de ahorros a la reactivación económica.
Este año, el dilema ha vuelto a estar encima de la mesa: ¿se puede dedicar el ahorro municipal del año pasado a gastos corrientes más allá de pagar deuda? Pero en este caso, sin haber cambiado las disposiciones legales, sí ha cambiado la decisión de la coalición valencianista, que lejos de oponerse a la propuesta de la concejalía de Hacienda, dirigida por el socialista Borja Sanjuán, como hizo en otoño, se ha sumado a esta postura: ahora los ahorros municipales sí pueden dedicarse a gastos corrientes como ayudas y otras transferencias.
Así pues, pese a que, como constata el interventor municipal, no ha habido ningún cambio legal respecto al año pasado, si en 2020 debía dedicarse el remanente mayoritariamente a saldar la deuda bancaria, este año se ha asumido la libre disposición del ahorro municipal sin dicha restricción.
Este viernes, el vicealcalde por parte de Compromís, Sergi Campillo, defendió el viraje de su formación política y dijo que el gobierno municipal "entiende la situación tan dramática que están pasando vecinos" y justificó la necesidad de destinar dinero a servicios sociales ante la "multiplicación" de las peticiones de ayudas.
En este sentido, Campillo aseveró que Compromís "pone por encima de todo el bienestar de las personas", pese a que meses atrás tomó la determinación de invertir el ahorro municipal en pagar deuda bancaria y no en ayudas a la reactivación económica. Y preguntado precisamente sobre este cambio, el vicealcalde de la coalición valencianista sostuvo que ahora se está "en momentos diferentes" que "requieren de tratamientos políticos diferentes". Una explicación que, a juicio de Campillo, resulta "fácil de comprender".