VALÈNCIA. Cuando en marzo de 2019, Ximo Puig adelantó un mes las autonómicas para situarlas (junto a las generales) el 28 de abril y no el cuarto domingo de mayo con las locales, más allá del enfado de sus socios de Compromís, todo el mundo tuvo claro que entre sus facultades estaba la de disolver anticipadamente Les Corts y adelantar los comicios.
Ahora, borrado ya del argumentario la importancia de tener un calendario propio que se esgrimió entonces, la idea del president, es la contraria: volver a 'atrasarlos' un mes para que vuelvan a ser con las municipales. ¿Puede 'alargar' su mandato esos 30 días? Puede, pero puede que por muy poco.
Como explica a este periódico el profesor de derecho administrativo Andrés Boix, una combinación de dos artículos da a Puig ese margen. El primero está en el Estatut d'Autonomia. Es el artículo 23. "Les Corts son elegidas por cuatro años. El mandato de sus Diputados finaliza cuatro años después de las elecciones o el día de la disolución de la Cámara por el President de la Generalitat en la forma que establezca la Ley del Consell", se afirma. Ahí está la clave principal, porque la disolución del parlamento valenciano podría estirarse hasta el 29 de abril de 2023 si así lo quisiera Puig.
El segundo artículo que define los tiempos de las elecciones está en la ley electoral valenciana. Su Título III contiene un único artículo, el 14, para definir cómo debe ser el decreto del president que llame a las urnas y su apartado c concreta que los comicios serán "en un plazo no inferior a cincuenta y cuatro días, ni superior a sesenta, contados desde la publicación de la convocatoria".
De esta manera, como las locales (y las autonómicas sin calendario propio) serán el cuarto domingo de mayo de 2023, es decir el día 28, y hay establecido un plazo mínimo de 54 días previo, Les Corts podrían estar activas hasta el 4 de abril de 2023. A Puig, por tanto, en ese caso le 'sobrarían' unos veinte días.
Pero hay una tercera norma que es la ley electoral general española, que en su artículo 42.2 establece que el decreto de convocatoria de las nuevas elecciones en el caso de que no haya adelanto electoral de tiene que hacer como muy tarde 25 días antes del final del mandato. Eso haría que el decreto de Puig podría publicarse como muy tarde el 3 o el 4 de abril (según si se toma el 28 o el 29 de abril como el inicio y el fin del mandato). También esas fechas le permiten (con el plazo de entre 54 y 60 días) ir con las locales en el último domingo de mayo pero ya con muchos menos días de margen.
Así pues, Puig tiene en su mano situar las elecciones con las locales, un escenario que en el Palau de la Generalitat leen ahora como el más propicio y que también gusta en Compromís. Menos favorable parece para Unides Podem EU (la otra pata del Botànic), que parece que podría tener más tirón junto a unas generales. Pero, ahora mismo (visto lo que ha ocurrido esta semana todo puede cambiar en días), la idea de Puig no es volver a unir su destino al de Pedro Sánchez.
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