La reunión más esperada, sin foto
La reunión más esperada, sin foto
VALÈNCIA. El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, líderes respectivos de PSPV y Compromís, mantuvieron este miércoles una reunión en el Palau que venía precedida de un escenario de tensión en el seno del Botànic.
Desde el rifirrafe acaecido con el diseño de los Presupuestos de 2021, en los que se produjo un conflicto con las partidas de la conselleria de Oltra, la vicepresidenta ha mostrado en público sus discrepancias con determinadas decisiones de Presidencia, como por ejemplo en lo referido a algunas medidas sobre la covid-19 no lo suficientemente restrictivas a juicio de la líder de Compromís.
En este tiempo, concretamente un mes, Oltra ha reiterado públicamente que desde el conflicto presupuestario no había mantenido una reunión con el presidente Puig. Mientras el jefe del Consell ha tratado de evitar el cuerpo a cuerpo, algunos compañeros del PSPV y del Ejecutivo, han afeado a la vicepresidenta sus pronunciamientos públicos.
La reunión más esperada, sin foto
Ante tal situación discordante entre los principales socios de gobierno, la pasada semana se acercaron posturas desde ambos sectores para llevar a cabo la reunión que tuvo lugar este miércoles.
Una cita que, a tenor de lo visto, podría considerarse una reconciliación aunque solo a medias. A la salida, Oltra definió la cita como un encuentro de "germanor" y destacó dos acuerdos adoptados: la recuperación de las reuniones de la Mesa Interdepartamental para la Prevención y Actuación ante el coronavirus (de la que la vicepresidenta forma parte y no se convoca desde el 23 de marzo) y la incorporación de su conselleria y del área de Educación -también liderada por Compromís- en el Centro de Coordinación Operativa Integrado (Cecopi) creado por Puig y desde donde se han tomado importantes decisiones como el cierre perimetral o el toque de queda. Desde el entorno de Oltra, justifican esta entrada en que las citadas consellerias ostentan "importantes responsabilidades" en la acción del Gobierno en la lucha y prevención de la pandemia, como son "el ámbito sociosanitario y el educativo".
No obstante, lo que no dijo Oltra en su atención a los medios fue otra de las propuestas que puso sobre la mesa al presidente Puig: cambiar la manera de elaborar los presupuestos de la Generalitat, un foco de conflicto anual entre los socios del Botànic. Así, según un comunicado de la Vicepresidencia, la reivindicación de la coalición valencianista para por abandonar la "elaboración de presupuestos radial" donde la Conselleria de Hacienda -dominada por el PSPV- "acuerda por separado" con cada área "hasta dar con el resultado final".
Oltra pide que la conformación del documento presupuestario "tenga primero el acuerdo de los partidos que componen el Pacte del Botànic" y que, por tanto, el acuerdo "marque la fecha de presentación y no al revés". Una postura que, lógicamente, supondría una mayor incomodidad a Puig puesto que perdería la ventaja que supone el control del que dispone su partido a la hora de elaborar las cuentas aunque se realice una negociación previa. En la otra orilla, desde Presidencia, optaron por no hacer comentarios sobre una reunión que ya habían calificado previamente como "privada" y de la que no se difundieron imágenes ni se reflejó en la agenda de Puig.
Mientras esto ocurría en el Palau, se celebraba en la otra punta del centro histórico, concretamente en la sede de Compromís, la reunión de la comisión de seguimiento del Pacte del Botànic, en la que participan todos los socios del Consell (los ya citados además de Unides Podem).
En este encuentro, Compromís también puso sobre la mesa, tal y como había hecho Oltra ante Puig, la necesidad de cambiar la manera de elaborar los presupuestos para que salieran de un acuerdo previo del Botànic en su conjunto. Una posición que encontró la sintonía de Unides Podem pero no así de los representantes del PSPV, que defendieron que los presupuestos se conforman a través de un procedimiento de participación con todas las consellerias, por lo que mostraron sus reticencias a este planteamiento e instaron a la propuesta de un modelo alternativo de alguna institución conocida donde se diseñaran las cuentas desde fuera del gobierno.