VALÈNCIA. Oven pide ayuda. Después de los vaivenes de cierres y reaperturas de este 2020, y teniendo en cuenta el contexto actual del ocio nocturno, el club se ve abocado a la solidaridad o su clausura definitiva.
"Tras casi un año cerrados por culpa de la crisis sanitaria, nos hemos visto obligados a recurrir a nuestro público lanzando una campaña de crowdfunding a través de la plataforma GoFundMe para salir a flote y evitar nuestro cierre definitivo", explica el club en un comunicado.
"Desde hace ocho años, el club se ha convertido en hogar de deejays nacionales e internacionales, hasta que cerramos tras la pandemia por las restricciones. Sin embargo seguimos haciendo frente a los pagos cada mes y se han agotado nuestro ahorros. La campaña no sólo va dirigida a las personas cercanas al club, sino también para aquellos que no han estado y que quieren colaborar para que el club no desaparezca para siempre" concluyen.
Una campaña similar ya salvó La Residencia, el centro social, que logró recaudar más de 10.000 euros, cuatro veces más que el objetivo que se fijó. "Quienes habéis pasado por allí seguro que podéis entender de lo que hablamos, ya que el sentimiento de comunidad que se ha creado alrededor de La Residencia es grande y fuerte, muchos lazos establecidos, muchas cosas y muchas horas allí vividas y una unión muy especial", destacaban en su campaña.
En el lado contrario está La3, otro club de la ciudad de València, y del mismo grupo empresarial que Oven, que anunció su cierre definitivo hace unas semanas. "Cuando tienes 0 impulsos para mantenerte, 0 previsiones de cuándo y cómo podrás volver a abrir, y tienes que continuar atendiendo a gastos comunes e impuestos, es imposible seguir", explicaba entonces su responsable, Óscar Iglesias, que auguraba "otros cierres".
Las nuevas restricciones aprobadas por el Consell limitan el ocio nocturno otra vez, en tanto en cuanto, forman parte del sector hostelero. Por su parte, las salas de concierto pueden abrir siempre que estén reconocidas como tal a través del Institut Valencià de Cultura y no abran con servicio de barra, lo que de facto supone un agravio suficientemente grande como para decidir (voluntariamente) no continuar con su actividad.