VALÈNCIA. El pasado mes julio expiró el mandato de los 21 miembros del Consell Valencià de Cultura (CVC). Después de diez meses de retraso para acometer la renovación del órgano, esta semana Compromís planteó la necesidad de retomar esta cuestión y fijar un plazo máximo para que los grupos parlamentarios presenten a los candidatos que les corresponde atendiendo a la representación parlamentaria de cada uno.
Así, los partidos en Les Corts mantienen conversaciones sobre posibles nombres para ocupar un puesto en esta institución. Y si en marzo sonaban los nombres del diputado Fernando Delgado y del ya exparlamentario de Podemos, Marc Pallarés, ya hay un tercero encima de la mesa. Es el concejal de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Ribarroja, Francisco Caparrós Durán.
Caparrós se dedica desde 1964 a la fotografía artística. Ingresó en 1973 en Bellas Artes y algunas de sus obras han sido expuestas en l'Institut Valencià d'Art Modern (IVAM), como por ejemplo Paco Caparrós. Jerográficos Fotográficos, que más tarde sería trasladada a Cascais, Portugal. La obra reunía 22 fotografías de la ciudad de Nueva York con las que el autor perseguía poner de relieve cómo "el exceso de información en las grandes ciudades genera dispersión mental y espiritual", tal y como explicó en su momento.
La trayectoria creativa del fotógrafo Paco Caparrós se manifiesta en Personas, Paisajes, Bodegón experimental (1967), El movimiento y la luz (1973), Mensajes cifrados (1975), Desde el cielo (1976), Los cuentos del agua (1979), Naturalezas vivas (1980), Interiores de paisaje (1981), Casi silencio (1990), Invasión clip (1995), Good Morning America (1989), Nueva York mirada perdida (1990).
Con esto, ya serían cuatro los nombres de candidatos hombres a proponer para el órgano, ya que la intención de los grupos parlamentarios es mantener a Santiago Grisolía al frente de la presidencia de este órgano. No obstante, fuentes parlamentarias aseguran que la paridad -que están obligados a cumplir tras la reforma de la norma de los órganos estatutarios- no tendría por qué peligrar. La intención es realizar una lista de aspirantes ordenados por orden alfabético de manera que se pongan todos los nombres sobre la mesa -aunque se exceda del número máximo- para que los partidos negocien los aspirantes y que todos sean de consenso antes de llegar a la votación al pleno. Es decir, quieren acudir a esa cita con una lista ya cerrada y paritaria.
Conviene recordar que la ley que regula la institución sólo especifica que los consejeros deben ser electos por dos tercios de la Cámara -66 diputados-, pero no describe si las propuestas las deben hacer los partidos atendiendo a su representación parlamentaria o si podrían optar por presentar 21 candidatos de consenso. Así pues, a priori el método por el que apuestan en los últimos días es por el de negociar la veintena de nombres.