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RIOT COMEDY FEM 

Penny JayG: “Las humoristas millennials debemos mucho a las de las generaciones anteriores”

15/07/2021 - 

VALÈNCIA. Desde que echó a andar hace tres años, el proyecto Riot Comedy Fem ha pasado de ser una modesta noche de micrófono abierto en un bar de Madrid a convertirse en una especie de fenómeno social que llena salas de todo el país con un tipo de comedia que su impulsora, Sara García (Madrid, 1990), define como “femenina”. 

¿Qué es exactamente el humor femenino? Según nos explica Penny JayG, “el hecho de que varias mujeres se junten y se suban a un escenario para hablar de lo que quieran en un entorno seguro, ya es un acto feminista. Decidí denominarlo femenino porque cada mujer tiene derecho a utilizar su voz como prefiera. Yo tengo un discurso más abiertamente feminista, pero las mujeres cómicas tratamos infinidad de temas distintos, desde una cita con un chico hasta la muerte de un padre”. 

En la actualidad, los directos de Riot Comedy Fem tienen dos vertientes diferenciadas. Por una parte están las Petit, que son noches de stand up comedy en las que humoristas tanto noveles como veteranas se suben al escenario para probar textos nuevos. En València -ciudad en la que este proyecto ha tenido muy buena acogida desde el principio, estas sesiones tienen lugar en la sala El Loco. Por otra parte, está el show Riot Comedy, conducido por Penny Jay G, en el que se ponen en escena monólogos ya más rodados de ella misma y otras comediantes profesionales. La actriz y humorista de origen guineano Assaari Bibang y la valenciana Saray Cerro serán quienes acompañen a Sara el próximo 1 de agosto dentro de las sesiones A La Fresca de La Plazeta de València (Avenida Primado Reig, 8).

“A las Riot Comedy Fem les debo mi introducción en la comedia -nos cuenta Saray Cerro, a quien conocemos también por su trabajo de guionista y reportera en espacios de À Punt como Podríem Fer-ho Millor o Plis Play-. Yo había consumido mucha comedia y había asistido a muchas jams, pero nunca me había subido a un escenario porque era un espacio en el que, como muchos otros, predominaban hombres o no veía que hubiese un público receptivo a lo que yo pudiese contar. Cuando llegó a València la convocatoria de la Riot, es cuando muchas vimos la oportunidad de estrenarnos en un lugar seguro y cómodo. Es decir, ante un público que ya sabías que es feminista, respetuoso con el colectivo LGTBIQ y antirracista. Lo intenté, me envalentoné, y cogí fuerzas para seguir intentándolo en otros espacios menos específicos”. 

“Fuera de las Riot por supuesto que me he topado alguna vez con algún espectador que se ha molestado. No por hablar de temas directamente feministas, sino por ejemplo por ser una chica y hablar de caca y de sexo. No por ser mujer y cómica tengo que hablar de la menstruación o del aborto. Sea lo que sea de lo que hable, aunque sea de la comida de los aeropuertos, siempre lo estaré haciendo desde una perspectiva de género. Y sí, hay determinadas generaciones y contextos en los que sigue resultando incómodo, pero es lo que tenemos que hacer, y lo seguiremos haciendo. Esta revolución no se para. Cada vez somos más, y somos mejores, y gracias a proyectos como la Riot Comedy Fem se está haciendo posible”.

Nadie se mete en la comedia pensando que solo hará amigos

Sara García llevaba cinco años trabajando en el sector de la publicidad cuando descubrió que su verdadera vocación era la comedia. “Me di cuenta de que me pasaba gran parte de mi tiempo consumiendo comedia en internet. Me impactaron mucho monologuistas como Iliza Shlesinger y su forma tan brillante de hablar de lo que significa ser una mujer hoy en día y de problemas como el acoso. Pero desde luego, a nivel nacional, para mí la máxima referente es la valenciana Patricia Sornosa. Tiene el mejor show del país a nivel expresivo, técnico y artístico. A ella le debo mi gran despertar. Alguna vez se ha subido a la Petit de Riot Comedy. Ojalá pueda hacer más proyectos con ella en el futuro”.

Penny JayG empezó fuerte. Pasó en muy poco tiempo del anonimato a un nivel de exposición pública importante. Sus primeros monólogos coincidieron con la gran ola feminista de 2018, y los ánimos estaban a flor de piel. Hizo llorar con su análisis ácido y cabreado sobre el juicio de La Manada. Señaló casos de acoso por parte de cómicos a mujeres de la profesión. Fue a La Resistencia y le recriminó a Broncano la escasez de colaboraciones fijas de mujeres en su programa. La suya fue una crítica enunciada de forma directa pero constructiva, lo que no evitó que se le abalanzara una horda de haters en las redes sociales durante las semanas siguientes. Pero no paró. Su actividad en las redes sociales se centra muchas veces en señalar a personajes conocidos cuya naturaleza de “señoros” disecciona en clave de humor, pero sin ocultar en ningún momento que para ella el humor es indisociable de la lucha política y la ideología.

Reconoce que debajo de esa coraza hay daños sin evaluar. “Mi discurso llegó, dolió y afectó. He recibido toda clase de insultos y he sufrido el rechazo de una parte importante de la profesión. He sido vetada en muchos sitios por haber señalado el acoso y los abusos de poder por parte de cómicos. Pero lo voy a seguir haciendo, porque creo que es un problema que se ha pasado por alto demasiado. Todo eso era de esperar, no puedo decir que me sorprenda, aunque creo que nadie está preparado para una sobreexposición tan repentina a las redes sociales. Ahora estoy empezando a escribir un libro para entender todo lo que ha pasado y analizar cómo me ha afectado psicológicamente. Si cualquiera ya se raya un día entero si nota que una compañera de trabajo la ha mirado mal, imagínate lo que ocurre cuando eres activista en la era de las redes sociales, en la que la gente piensa que puede amenazarte de muerte o con violarte porque está protegido por el anonimato. He vivido algunos episodios con mucho nerviosismo, pero soy una mula, y no puedo callarme ni echarte”.

Foto: Akane Mayo

Penny JayG recuerda lo difícil que le resultó al principio conseguir que las salas de teatro cediesen el espacio para las noches de micro abierto de Riot Comedy Fem. “En tres años la cosa ha cambiado mucho, pero en 2018 todavía estaba muy presente el cliché de que las mujeres no llenábamos salas. Mucha gente me dijo que no duraríamos más de un año, y ya llevamos tres, y haciendo sold outs. A pesar de todo, siguen ignorándonos en muchos espacios”.

El boom de las humoristas millenials

La realidad es que asistimos a una eclosión de humoristas millennials que trabajan desde todos los ámbitos, ya sea stand up comedy, podcasts o cómic. Hablamos de Eva Soriano, Henar Álvarez, Martita de Graná, Carolina Iglesias y Victoria Martín (Estirando el chicle), Abi Power, Ana Cardo, Moderna de Pueblo y un larguísimo etcétera-, e incluso de chicas más jóvenes todavía, como Ángela Henche y Albanta San Román, del podcast Keep it cutre. Se le suma a todo ello el éxito arrollador de podcasts conducidos por mujeres de una generación anterior -como Deforme Semanal, con Isa Calderón y Lucía Lijtmaer-, así como la sólida trayectoria de humoristas de stand up como Patricia Sornosa, y de inmediatas antecesoras como Silvia Abril o Eva Hache. Todo esto sin hablar del enorme listado de actrices cómicas excepcionales que siguen en activo en España, como Yolanda Ramos o Belén Cuesta (por citar dos).

¿Existe un humor millennial? ¿Qué puntos en común tiene con el de las generaciones anteriores? “Hay diferencias, pero relacionadas con el tipo de experiencias y de cultura pop que hemos vivido unas y otras, y que obviamente son las que aparecen en nuestro trabajo. Yo me siento más cerca ahora mismo de Isa Calderón que de Silvia Abril, pero no voy a negar que Abril ha sido un referente para mí y la he seguido durante años. Las nuevas generaciones debemos muchísimo a todas las humoristas que vinieron antes que nosotras. Y es increíble poderlo decir. Porque si esta pregunta me la haces hace seis años, igual no podría desarrollar la respuesta de la misma manera”. 

La Chocita del Loro

A pesar de que las jóvenes humoristas triunfan en la radio, en las redes y llenan escenarios, al parecer hay círculos en los que se considera que las mujeres siguen sin tener ninguna gracia. Al menos eso es lo que se deduce de los controvertidos comentarios que realizó recientemente la directora de La Chocita del Loro de Madrid para justificar la escasez de mujeres que pasaban por este conocido escenario. 

“No me dolió especialmente que ese comentario lo hiciese una mujer. Ser mujer no te quita el machismo de encima. Igual que ser gay no evita necesariamente que seas machista, racista u homófobo. De hecho, decir que eres feminista no te convierte tampoco en feminista. Por eso, cuando hombre dice que no es machista, me río. Y por eso mi cuenta preferida de Instagram es @mememasculinidad. Somos lo que nos han inculcado, y lo que tenemos por delante es un ejercicio de deconstrucción constante. Dicho esto, creo que la gerente de La Chocita del Loro es una persona que no ha ido a ver comedia más allá de lo que tiene en su propia casa”.

¿Es demasiado optimista pensar que la comedia puede contribuir a cambiar las cosas? “Si creyese eso no llevaría tres años trabajando en esto. La comedia es una de las herramientas más potentes que tenemos para acabar con los clichés que nos han impuesto a las mujeres. Cuando salgo fuera del espacio seguro de Riot Comedy y actúo para un público más mainstream, noto que sigue asustando que una mujer hable en primera persona de cómo es su realidad. Pero poco a poco vamos acabando con eso. Y falta poco. No es una cuestión de qué temas nos dejan tocar y cuáles no. Lo que falta por conquistar es que podamos estar. El cambio está a la vuelta de la esquina, y no hay vuelta atrás.”.

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