València a tota virolla 

Pep Sorribes, enfermo de ciudad, a la carga: los 25 dardos para desgranar València

Jefe de gabinete del exalcalde Pérez Casado, mente totémica en la reflexión de la urbe metropolitana, Sorribes encara a la ciudad y a sí mismo con esta batería de miradas.

25/11/2017 - 

VALÈNCIA. La conversación con Josep Sorribes enfrenta a un tipo que no parece ser de este tiempo, tampoco de uno pasado y no se sabe si de uno por venir, una personalidad temblando por encima de las ciudades, con un don telúrico. Sorribes pasea pero lo hace a un ritmo distinto al de los viandantes. Circula a la vera de andamios catedralicios que confieren a los dominios de la Iglesia aspecto de una escena de Los pilares de la Tierra, versión punk. Posa delante de kioscos de souvenirs y quienes atestan la acera se detienen. Sorribes no camina sobre la ciudad, la sobrevuela

El profesor universitario ("¡jubilado!"), maestro de amantes urbanos, lleva amuletos en torno al cuello, al igual que a València le cuelga un pensador, quizá quien con más ahínco ha imaginado y formulado la ciutat en relación con su territorio y su futuro. La València que mira a su alrededor y no se fija obsesivamente en su ombligo. 

Jefe de gabinete del alcalde Pérez Casado, Sorribes anda estos días de gira con su libro Nou viatge pel País Valencià, escrito con Nèstor Novell. De bolo en bolo por el territorio hasta la victoria final. O algo parecido. 

Es un personaje clave para entender València, la real pero también la afanada. La ciudad que tiende obsesiva a empequeñecerse, un misterio que se desentraña más con mirada alta que con supersticiones bajas.

Aprovechando un momento de debilidad Sorribes admite contestar a las primera 25 ocurrencias lanzadas velozmente.  

El origen

“¿Que por qué me interesan las ciudades? Pura casualidad. Año 1975. Con Vicent Soler teníamos que ir a casa de Ernest Lluch a hablar de mi tesis. Pues bien, vamos. Estaba trabajando en cosas del territorio, pero no lo tenía claro. Yo le dije por decir algo: ¿eso de las ciudades, qué? Ernest Lluch cogió una servilleta de bar, apuntó un nombre. Me pidió que hablara con Francesc Roca, compañero de Barcelona. Fui allí, me inoculó el virus y hasta hoy”.

Las ciudades

“Las ciudades son el mejor invento humano, donde se intercambian las ideas. Son un gran invento. Como dice Ciudad hojaldre, las capas se van superponiendo e intercambiando. Es un fenómeno vivo formado por muchos bichos. Y la cosa más importante de las ciudades son los bares, donde más intercambios suceden. Por eso soy hombre de bar”.

Los amuletos

“Un misterio, porque yo no era trastero, pero por alguna razón comencé a ir al rastro y a compras cosas. Me he hecho mi colección, objetos inútiles, esculturitas, tapones de corcho. Hace unos quince años. El amuleto que llevo me lo compré en la estación de Girona, un argentino lo tenía, lo miré y se lo compré. Me quería explicar el significado pero no me importa un carajo el significado. Una manera de diferenciarse, quizá soy un numerero”.

Ricard Pérez Casado

“Me lo encontré en Nàquera… o Serra, él estaba en urbanismo con su gente y en 1982 me dijo si quería ser su jefe de gabinete en el Ayuntamiento. Conseguimos pasar seis años en aquel lío en el que estábamos, manteniendo hasta hoy el acuerdo tácito de cuidarnos. La gente no conoce a Pérez Casado. Quizá más por timidez, por ser un señor educado hasta el extremo, puede parecer distante. No es nada populista. Le hicieron cosas de baja política que no tenían razón de ser. Él es un animal político con una cultura profunda, pero… too soon, demasiado pronto. Tenía una idea de ciudad que le hacía chocar con la cultura dominante. Ahora se le comprendería más, pero algunas cosas eran extraterrestres para ese tiempo”.

València metropolitana

"València tendría mucha más energía si se diera cuenta que tiene que ser capital y no lo es"

"No conseguimos ser cap i casal en ninguno de los lugares. Es curioso que los conflictos que tenemos con los municipios adyacentes, que se anexionaron en el XIX, siguen siendo los mismos que entonces. No se va a una velocidad metropolitana. València tendría mucha más energía si se diera cuenta que tiene que ser capital y no lo es… Polémicas como la remodelación de la Plaza de la Reina, como cambiar una plaza, son baralles de campanari, vuelo gallináceo. No es relevante. Cuando todo es importante nada lo es. Dónde ponemos el acento. Tenemos Paterna, Burjassot, todas estas ciudades tan cerca, sin accidentes geográficos… pero somos muy blasquistas, de Blasco Ibáñez, esa ciudad rodeada de campo en la que los del centro eran señoritos que miraban con desdén a la huerta. Él no quería saber nada de la región, del entorno, quería ser Atenas, la República de Valencia. Esta ciudad siempre ha tenido clase dominante pero nunca clase dirigente. Siempre hemos vivido con el aislamiento de la ciudad. Y como reacción, esa visión imperialista que se tenía respecto a València ciudad por parte de los pueblos. Todos los municipios tienen que tener su temas de la Virgen y tal, pero luego o colaboran entre ellos o no hacemos nada. Por eso la provincia sobra y faltan entes intermedios, la colaboración entre ciudades”.

El centralismo de València 

“La Generalitat no tendría que estar en la Plaza de Manises, están allí y confunden el ámbito. Vete a Oriola, a Gandía, a Requena… Al final es como en Madrid, la conselleria de cultura, de medio ambiente y de tal… y todas en València. Hay un exceso de poder en la ciudad que no le beneficia nada a València, porque luego surge el alicantinismo, el…”.

El Mediterráneo

“Esta ciudad no será nada si no se lo cree, no puede ser que los alcaldes no estén hablando todo el rato en Skype. A Rita le daba igual, pero no veo que ahora exista esa ambición de país. Las ventajas colaborativas de hablar, si se hablara más entre unos y otros evitaría malgastar mucho dinero. Yo pago los whiskies para que se junten. Cuando Pérez Casado planteaba la Mostra, la Trobada de música, las cumbres en París… era todo un programa para actuar como una ciudad importante en el Mediterráneo. Porque si no miras lejos acabas por no mirar cerca”.

Jane Jacobs

“Me gusta su sentido común. Esta señora entendió que las ciudades no se hacen a golpe de autopistas ni de grandes proyectos. Tenía razón en su oposición al urbanismo americano destructor. Le tengo mucha aprecio. El planteamiento de la ciudad como riqueza de las naciones, la diplomacia de las ciudades”.

Ciudades como contrapoder

“El aire de la ciudad nos hace libres, dice un adagio medieval alemán. En las ciudades es donde están las ideas, el conocimiento, el progreso. Suelen ser en términos genéricos más progresistas, por eso pueden ser un contrapoder cuando hay procesos de represión, pero dicho eso también la extrema derecha está en la ciudad, y los perdedores de la crisis también son urbanícolas”.

Futuro electoral

“Estamos muy equivocados, València es conservadora. ‘Esta gente se cree que ya le han ganado a la derecha… y la derecha no se ha ido, la derecha se está tomando una caña’, dice un amigo. Me dan mucho miedo las primaveras cortas. Las cosas que se hacen van muy lentas y cuando llegue la hora de rendir cuentas, por mucha propaganda que se haga… pido un cohete en el culo”.

El Ayuntamiento

“Tiene un problema de mando funcionarial, en mi época ya no mandaba nadie por dentro. ¿Una máquina puede ir rápido si está oxidada? Me gustaría que alguien desde fuera hiciera una auditoría productiva. No es porque la gente no quiera trabajar”.

Joan Ribó

“Ribó es un buen alcalde, tiene cintura, paciencia e ironía, otra cosa son sus compañías y quién hace las listas. Yo he visto a Ribó a pecho descubierto en un ambiente hostil en el Ateneo Mercantil y salir por la puerta grande. Todos tienen que ser conscientes que Ribó es la cabeza de esta ciudad, que el alcalde tiene que estar en todo. Es un buen tipo. Si tuviera más apoyo interno de su equipo de gobierno…”.

L’horta

"Lo que tenemos que hacer es que la gente que vive en la huerta pueda vivir de la huerta".

“Esta ciudad tiene tres hechos antológicos, el río, la huerta y el mar, es lo que compone el ser de la ciudad. Seguimos teniendo la relación de amor-odio con la huerta, que es la tercera parte de lo que era. Faltan propuestas coordinadas, y no planteamientos parciales… Va el de turismo, va el de economía, va el de agricultura. ¿Pero quién hace un planteamiento conjunto? Lo que tenemos que hacer es que la gente que vive en la huerta pueda vivir de la huerta. Es lo más complicado, pero si no lo resolvemos la perderemos. Llevamos treinta años defendiendo la huerta sin saber qué queremos de la huerta. Alguna vez tendremos que plantear cuánto estamos dispuesto a pagar para mantenerla, cuánto dinero queremos pagar en la renta para salvar la huerta. Pagant, sant Pere canta. La homeopatía urbana, el uso y abuso de palabros sin contenidos, en el caso de la huerta hace mucho daño”.

Comisarios urbanos

“Es muy difícil ponerse de acuerdo, colaborar, por la falta de costumbre. Un regidor no habla con otro regidor, un conseller no habla con un… cuando hay proyectos estrellas como la recuperación de los poblados marítimos y pones en la misma batidora a no sé cuántos concejales y consellers, aquello un cóctel que con toda la buena intención no sale… Yo pido un comisario, a ser posible una comisaria. Y que los partidos digan: esta persona manda y tiene capacidad para coordinar a la concejalía y las consellerías, hace falta un gestor. Los políticos hablando con los vecinos y los gestores resolviendo”.

Los promotores

“Rita tenía su guardia pretoriana. La cámara de comercio, el puerto… y luego los promotores, que deben ser unas personas magníficas pero tienen una voracidad terrible y encima los bancos les dan dinero. Como dijo Juan Armiñana ‘vamos al banco y hay barra libre’. Rita le dio la ciudad a los promotores, ‘que la ciudad la hagan los promotores’. El ratio entre el dinero que pones y el dinero que logras es enorme si el mercado está caliente, si el mercado se enfría, te enfrías. Los que tuvieron vista y se salieron antes del enfriamiento, son los que han ganado dinero. El mercado está calentándose, aunque no llegaremos a esa locura. Hay una demanda más que de inversión de gente que había ahorrado, de reposición. Como hay demanda los fondos van aprovechando la oportunidad de inversiones”.

Ciudad de turismo

"¿A quién, con dos dedos de frente, le puede gustar la Plaza de la Reina?”.

Una economía local no puede vivir de la construcción ni del turismo, es un mal modelo de crecimiento. Lo único que provocamos es una economía débil, para camareros, con salarios bajos. El turismo es un asunto de equilibrio. ¿Esta ciudad tiene que ser abierta y tener apartamentos turísticos y terrazas? Sí. Pero equilibrio, para eso está la política, para regular. No puede ser que los empresarios nocturnos y turísticos se escandalicen cuando se les intenta regular y acusen a los reguladores de querer cargarse el turismo. Pero cuando has abierto la mano es muy difícil cerrarla… Lo que no puede ser es que la ciudad sea un saloon, un lugar colectivo de comida. ¿A quién, con dos dedos de frente, le puede gustar la Plaza de la Reina?”.

Smart city

“La smart city es una homeopatía para modernos. Smart city… pero lo que tiene que ser una ciudad es como una empresa que gestione bienes públicos.  A la administración local no le han hecho ni caso, es la hermana pobre. Sin capital ni organización humana ni métodos de gestión eficaces”.

Maestros y aprendices

“Ha habido una sequía muy grande a nivel social en los últimos veinte años. Hay poca gente entre 35 y 50 con iniciativa social en València. O somos abuelos cebolletas o, los que están por debajo de los 35,  competentes y con muchos recursos, son demasiado jóvenes. Hay una cosecha escasa entre los 35 y los 50”.

Gentrificación

“Si una cosa se pone de moda, se hace atractiva. Si los yuppies que se han ido al extrarradio pero luego se dan cuenta que tienen que llevar a los niños al colegio y está muy lejos, entonces vuelven a la ciudad y van a un barrio de moda. Y es normal. El problema es cuando hay gente que quiere quedarse en el barrio pero se ve expulsada. A partir de ahí me quedo a cuadros cuando me preguntan si en Arrancapins va a haber gentrificación. Si no hay expulsión, ¿cuál es el problema? El problema sucede en municipios costeros de la Marina donde se crean ghettos. Pero yendo al peor de los casos, si un barrio se gentrificara y hubiera expulsión, pues se hacen viviendas para gente con pocos recursos y se sacan alquileres sociales y se acaba el ghetto. La política viene de polis, ciudad. Hay que practicarla”.

Russafa

Vivo temporalmente en Russafa y mi problema es que al bar al que suelo ir algunos días se llena de madres que van después de llevar a los niños al colegio, entonces no puedo entrar. Pero no hay una expulsión. Además todavía quedan solares… así que si hiciera falta se pueden construir viviendas sociales. No veo ningún problema. ¿Gentrificación? Como en el Cabanyal, donde hay un embarazo psicológico. ¿Qué gentrificación? Lo que necesitas es llenarlo”.

La universidad

"la universidad no es la panacea"

“Algunos que mandan en la ciudad han llegado a la fantástica conclusión de que es la universidad quien tiene que decir lo que hay que hacer; la universidad no es la panacea. Conozco muchos estudios que se han encargado a la universidad que nunca los hubiera encargado. Qué es la universidad, lo que me interesa saber es con quién de la universidad. Si se hiciera una lista de los convenios y las cátedras del ayuntamiento con la universidad… Eso no está en la web, no lo he encontrado. Sin ser mal pensado, pero para saberlo. Qué cuesta en el portal de transparencia incluir esa lista de convenios de los ayuntamientos con la universidad”.

Los procesos participativos

"No puedes delegar en la gente lo que tienes que hacer tú"

“¿Que qué hacemos con un solar de Orriols? Pues haz un jardín y ya está. Discutimos eso y luego no discutimos sobre el PAI del Grau, que es lo trascendente. La ciudad es contradictoria y hay que gestionar el conflicto, pero la participación no es algo que nos afecte a todos y que entre todos lo vayamos a resolver. El tío de Orriols y el tío que vive en Jaume Roig no van a pensar lo mismo ni van a pensar sobre la misma cosa. Para eso está el que gobierna, para tomar la decisión y saber que unos lo votarán y otros no. No puedes delegar en la gente lo que tienes que hacer tú”.

Periferia

“De 87 barrios, la mitad prácticamente tienen problemas, les hace falta mucho más que una mano de pintura. Si son para vivir hay que arreglarlos, y si son para otra cosa hay que reestructurarlos. Sobre la periferia Rita dijo que como habían demostrado los votos esta ciudad no era dual. ¡Pero si las ciudades siempre son duales, y triales y…! Lo que tienes que hacer es mitigar las diferencias”.

El Túria

“Tenemos un jardín que es la envidia de todos. Aunque es un cajón de sastre, donde todo cabe, y que somos la única ciudad con dos ríos donde no hay agua. Siempre le digo a Ricard que será el alcalde del río. Ahora creo que es muy complicado unir a tanta gente por una movilización común”.

2050

“Hay una vida diaria y una vida futura, ahora se antepone la vida diaria a la vida futura… pero no hay que olvidar qué ciudad queremos ser. Para 2050 quiero que València siga siendo la que es, mejorada, y que no pueda decir que esta ciudad se mira al ombligo. Por fin una ciudad con las ventanas abiertas”.

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