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TRIBUNA LIBRE / OPINIÓN

Pisa y el fracaso escolar

12/12/2016 - 

En el último informe PISA 2015, el País Valenciano, que es la primera vez que participa en él de forma diferenciada, supera la media de España y la OCDE tanto en ciencias como en comprensión lectora, con un aprobado muy justo (4,96 y 4,99 respectivamente) y queda por debajo de ellas en matemáticas, con un suspenso alto (4,85). Si nos comparamos con el resto de comunidades autónomas y regiones españolas, superamos a Baleares, Extremadura, Murcia, Andalucía, Canarias, e incluso, en alguna competencia, a Asturias, La Rioja y País Vasco, pero también ocupamos una posición intermedia-baja (posición 11 de 17).

Atendiendo a todos estos datos, detectamos que en nuestro sistema educativo hay más equidad, pero seguimos teniendo el mismo problema: el fracaso escolar y el absentismo, tal y como apuntaba Pepe Gil, secretario del sector de Enseñanza de FeSP-UGT-PV. Son los dos obstáculos que lastran nuestro sistema, aunque hemos mejorado y estamos en la media de la OCDE, por méritos propios, pero también por la caída de los otros países y regiones. Además, al hándicap del fracaso escolar hay que unir el otro punto débil: el absentismo.

Los resultados obtenidos por el alumnado español en el último informe PISA demuestran que la clave educativa se encuentra en las aulas. Estos datos, ciertamente muy parciales, nos permiten afirmar inicialmente que nuestro sistema educativo es homologable y equiparable a la media de los sistemas educativos de los países de la OCDE y de las comunidades autónomas y regiones de España. También, ciertamente, las diferencias no son especialmente significativas y poca información nos facilitan sobre los resultados y competencias que obtiene nuestro alumnado y cuales son los problemas que se detectan en nuestro sistema educativo valenciano.

"Aunque hemos mejorado y estamos en la media de la OCDE por méritos propios, también se debe a la caída de los otros países y regiones"


A pesar de que los buenos datos de nuestro alumnado son siempre motivo de satisfacción, debemos puntualizar que los resultados de nuestros estudiantes se miden proporcionalmente con la media de los del resto de países evaluados, y muchos de los mejor valorados han visto descender sus niveles, dejándonos en una posición más avanzada. Por otra parte, cabe destacar que no se puede vincular, a corto plazo, el resultado educativo obtenido con los cambios de normativa que venimos sufriendo, por lo que el informe PISA 2015 no puede recoger los efectos de la LOMCE puesto que los alumnos que realizaron la prueba cursaban enseñanzas LOE. Las evaluaciones cuando dejan de ser un obstáculo a superar por el alumno, y son de diagnóstico y muestrales, se convierten en un buen instrumento al servicio de la enseñanza.

Pese a la reducción del gasto público en educación –con una pérdida de 7.300 millones de euros en los últimos años, el recorte de plantillas docentes y el deterioro de las condiciones laborales así como el abandono de atención al alumnado con necesidades educativas especiales y la reducción de becas y ayudas, entre otros-  la mejora de los resultados obtenidos en PISA se debe, en gran parte, a la labor, el esfuerzo y el compromiso del profesorado en los centros. Es por ello que es fundamental que el Gobierno cuente con el profesorado para el diseño de políticas educativas más eficaces y pone el foco en la necesidad de una financiación suficiente para implementar cualquier reforma, ya que el gasto educativo español es inferior al de la media de los 35 países que integran la OCDE en todas las etapas.

Graduados y abandono

Para completar los datos que ofrece el informe PISA, debemos hacer referencia y reflexionar sobre un indicador muy categórico que señala el nivel de competencia, resultado académico, y éxito escolar de nuestro alumnado de 15 años (y, por extensión, población de esta edad), y que nos lo ofrece los datos estadísticos del Ministerio de Educación, a través de la tasa bruta de población de esta edad propuesta para el título de graduado en ESO. Este dato mide también (por diferencia) la tasa de fracaso escolar, la población en edad escolar (15 años) que no titula y que no alcanza, en consecuencia, los objetivos y las competencias exigibles a los futuros ciudadanos y trabajadores de una sociedad democrática y avanzada como la nuestra.  

Conforme a estos datos, referidos los últimos publicados (en mayo de 2016) al curso 2013/2014, dice el Ministerio que entre comunidades autónomas (incluyendo las dos ciudades autónomas) “se observan diferencias significativas (ver gráfico 1). El valor de la tasa supera en siete comunidades el 80%, mientras que en el otro extremo dos comunidades y las dos ciudades autónomas se sitúan por debajo del 70%”. Y una de esas dos comunidades es, precisamente la nuestra, el País Valenciano.

Y es aquí donde detectamos que en el País Valenciano, seguimos teniendo un grave problema, porque en nuestro territorio, más de 3 de cada 10 ciudadanos de 15 años, el 32,6% no titula, no obtiene el graduado en ESO y en consecuencia, no alcanza las competencias, el nivel de conocimientos y habilidades prácticas necesarios para integrarse y desarrollarse profesionalmente con éxito en nuestra sociedad.

Como vemos, el País Valenciano ocupa, entre las comunidades autónomas de España, el primer lugar en fracaso escolar, detrás de Ceuta y Melilla. Y este indicador si que nos da una idea más aproximada y realista (que los datos de PISA 2015) de cual es la verdadera situación del sistema educativo valenciano, de cual es el principal problema que tiene nuestro alumnado y la población de 15 años, en edad escolar y formación. Y en su evolución (ver tabla anterior), observamos su progresivo deterioro, pasando las tasas brutas de graduación de porcentajes que se situaban ya en el 70%, al inicio de la reforma educativa y del siglo XXI, para evolucionar negativamente, hasta situarse en el 59,9%, y volverse a recuperar tímidamente, alcanzando el actual 67,4%. 

Ante la sociedad valenciana, esta situación la tenemos que calificar de problema de emergencia nacional porque ¿cómo calificaríamos la situación de una empresa que de cada 10 productos que fabrica, más de 3 fueran defectuosos? Habría que invertir más y mejor en equipamientos e instalaciones, cambiar y mejorar los procesos productivos (metodológicos, organizativos, curriculares...), e invertir sobre todo en los recursos humanos; lo que, aplicado a nuestro sector, significa invertir más en profesorado y recursos materiales. Es una reivindicación histórica de nuestro sindicato: “más escuelas y mejores maestros”.

* Javier González Zurita es secretario de Enseñanza Pública de FETE Enseñanza (FeSP-UGT PV)


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