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tribuna libre / OPINIÓN

Plan Bolonia: ¿Una expectativa contrapuesta a la realidad?

6/04/2022 - 

Una de las líneas de innovación de mayor alcance en la educación superior ha sido el llamado Plan Bolonia (PB), el cual le dio lugar al Espacio Europeo de Educación Superior (EEES).

El PB, la declaración que dio pie a la creación del EEES ha cumplido 20 años y nos encontramos con división de opiniones entre los diversos representantes del sector universitario, en cuanto al éxito en su implantación.

Mientras que algunos rectores realizan una evaluación general que dan por positiva, señalando un aumento de la movilidad; otros opinan que la reforma no respondió a los objetivos propuestos. Y todos ellos coinciden en algo: llevar el EEES a los campus coincidiendo con un periodo de crisis que ha visto Europa, entorpeció su implementación, pues hubo una caída de la financiación por encima del 10%, que aún no está del todo recuperado, y eso complica los cambios a afrontar.

La intención en su momento fue buena , pero no el momento para ponerla en marcha, por lo que ahora vemos divergencias de opiniones, habiendo quienes creen que la implantación del EEES no se entendió bien, y  por lo tanto se ha mal ejecutado.

El Plan Bolonia se planteó para cambiar las universidades y el Espacio Europeo de Educación Superior se implantó para hacer coincidir los estudios europeos, que las universidades se entendieran entre sí, que se incrementara la movilidad del profesorado y alumnado por el continente y se cambiara la forma de enseñar y de aprender.

Hoy, a dos décadas de su declaración, nos preguntamos si realmente ¿Hubo un cambio para bien? Cuya respuesta por parte de algunos rectores es que en sentido global sí ha sido positivo, sin embargo, otros creen que se implementó de forma precipitada, sin el debido tiempo para poder llegar a acuerdos. Por otra parte, hay quienes manifiestan que la idea era buena, pero o no se llegó a entender o se esperaba más de lo que se ha podido lograr hacer.

El Plan Bolonia introduce la educación por competencias y esto requiere métodos educativos diferentes a los que se venían implementando, como por ejemplo, la clase magistral. Ahora se ha pasado a tener distintas maneras de evaluar, trabajos en grupos, metodología cooperativa, entre otros, pero se ha necesitado de mayores recursos para poder ponerlo en marcha de manera eficiente.

En ese sentido, algunos catedráticos calificados han mencionado que hay profesores que con el Plan Bolonia interpretaron que tenían que cambiar lo que estaban haciendo y sustituyeron cosas que funcionaban por otras que no, demonizando las clases magistrales, las cuales bien pueden ser un recurso excepcional cuando está en manos de un profesor que tenga la habilidad de hacerse comprender convirtiendo las horas en minutos.

Uno de los objetivos del EEES era incrementar la movilidad entre estudiantes y profesores por Europa. Y en ese aspecto hay quienes manifiestan que los resultados han sido positivos, ya que ha crecido el intercambio de Erasmus y los acuerdos entre universidades; y se han internacionalizado los centros teniendo estudios que se hacen parcial o totalmente en inglés. Mientras que otros opinan que con el tema de la movilidad no se está inventando algo, ya que son las ideas clásicas de la Universidad que apareció en la época medieval, cuando era muy raro que alguien hiciera toda la carrera en un mismo centro.

La proyección que tuvo el PB y el EEES se explican, en gran parte, por las condiciones favorables a la integración regional en la Europa de principios de siglo. Pero, aun con veinte años de la declaración, no puede afirmarse que el ciclo del proyecto esté cerrado.

Aun es necesario que se consoliden las que fueron sus principales iniciativas: movilidad formativa, transferencia de créditos, estándares de acreditación, certificación y reconocimiento de competencias; para que el PB sea una realidad operante en la totalidad de los países asociados. Así mismo, resta también concretar la agenda social del PB: inclusión, equidad, empleabilidad, el aprendizaje permanente y la transformación de las prácticas de docencia y aprendizaje.

La consolidación del PB y el EEES también se encuentra sujeta a condiciones de contexto político y económico, por lo que representa un riesgo para el proyecto la persistencia de condiciones económicas adversas, así como las tendencias políticas contrarias a la integración de mercados.

Los actores de la educación superior, alumnado y profesorado, opinan que es necesaria una mayor vinculación entre las políticas educativas, la formación del docente y las motivaciones e intereses de los alumnos; ya que si no existe esta conexión no podrán articularse procedimientos prácticos que garanticen la coherencia del sistema.

Todos estos son temas de interés para quienes son responsables de la coordinación e implantación de modelos y enfoques de trabajo en el ámbito universitario, y de igual manera para los que imparten docencia en la formación inicial del profesorado, ya que es de utilidad para reflexionar sobre los procesos educativos que configuran las competencias del profesor y alumno, los cuales deben revisarse y ajustarse de acuerdo al contexto actual, tomando en cuenta lo que ha funcionado lo que no, y lo que podría funcionar.

El Plan Bolonia fue una gran idea, pero hasta ahora hemos visto una gran expectativa contrapuesta a la realidad, porque aún no se ha conseguido consolidar y lograr todos los objetivos planteados, siendo de esperar que como en otros procesos de dificultades y desafíos, se logre trazar una ruta conciliadora para el tránsito de una de las iniciativas más ambiciosas e innovadoras dentro del cambio universitario en nuestros tiempos, lo cual será clave para el futuro económico, político y social de las naciones europeas.

Pedro Adalid, doctor en Educación y profesor universitario de Políticas de Calidad Educativa y Planes de Mejora

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