VALÈNCIA. Ni sorpresas, ni resfriados navideños en la salud del Acuerdo del Botánico. Como se venía anticipando por las concesiones que iba dando el Consell a Podemos en la negociación de enmiendas y por el respaldo de estos en cuestiones clave como las ayudas a la patronal, los morados darán su apoyo a los Presupuestos de la Generalitat Valenciana para el próximo año 2018. Un respiro para el ejecutivo bipartito ante las amenazas del partido encabezado por Antonio Estañ de prorrogar las últimas cuentas antes del año electoral.
Podemos justificó su decisión, después de semanas de incertidumbre y de roces en el Botànic, con los compromisos presupuestarios que ha conseguido arrancar a PSPV y Compromís. "Estamos moderadamente satisfechos en el sentido en el que se han avanzado en algunas cuestiones importantes y fundamentales, aunque hay preocupación por las medidas que quedan pendientes", señaló el secretario general de la formación y portavoz de los morados en Les Corts.
Los 15 millones de euros conseguidos en vivienda, las medidas que se han obtenido en Medio Ambiente como la Agencia del Cambio Climático o el canon de incineración, o la gratuidad para los padres de las horas extraescolares de los colegios son algunas de las cuestiones que han provocado que, finalmente, Podemos vote afirmativamente las cuentas de 2018 el próximo jueves. Y todo, a pesar de que exigencias como la tasa turística y el SDDR, rechazadas por el Consell por su posible desgaste electoral a poco más de año y medio de los comicios, no verán la luz durante esta legislatura.
Ahora bien, aunque los morados han anunciado un apoyo a las cuentas, piden que se pongan en funcionamiento ciertas medidas en el próximo año. Como demostración del papel de socio vigilante para que las promesas no se esfumen, Podemos exigió este martes tres iniciativas entre las que destaca la comisión de seguimiento de la ejecución presupuestaria. Al no poder crear una nueva comisión en Les Corts Valencianes por haber llegado al tope legal en marcha, Podemos pedirá la comparecencia de consellers en la Cámara valenciana para que éstos expliquen el grado de ejecución del presupuesto.
Con esta petición, queda demostrada la importancia que el secretario general de Podemos le da a los presentes presupuestos, ya que del grado de cumplimiento de los compromisos arrancados al Consell depende su futuro interno dentro de la formación. El actual líder morado consiguió derrotar al anterior secretario general, Antonio Montiel, con la promesa de dar otra vuelta de tuerca a las relaciones con el bipartito y presionar más para imprimir con mayor ahínco el sello de Podemos en las cuentas. Por eso, y por las expectativas electorales de erigirse en el refugio de los desencantados de la izquierda con el Consell, Estañ otorga tanta importancia a que la ejecución presupuestaria se lleve a cabo y reclama que estas comisiones periódicas la vigilen.
Ahora bien, estos intereses no confluyen con los de sus socios. Pese a la unidad restablecida en el Botànic, se intuyen dos formas de funcionar dentro del pacto firmado a tres en junio de 2015: PSPV y Compromís -concretamente, sus líderes Ximo Puig y Mónica Oltra- quieren un final de legislatura que consolide los cambios puestos en marcha desde que se inició su mandato y rechazan nuevas medidas que puedan crear un desgaste electoral innecesario -léase la aplicación del sistema de reciclaje de envases SDDR o la implementación de la tasa turística-. Con cuestiones como la reversión de los conciertos sanitarios previstos para mediados de 2018, se niegan a librar más batallas que las ya empezadas.
Podemos, sin responsabilidad de gobierno, tiene un posicionamiento diferente. Marcado por su decisión de quedarse fuera del Consell por la apuesta estratégica que en su día impuso su líder nacional, Pablo Iglesias, quiere remontar las malas sensaciones demoscópicas que le otorgan menos escaños de los que ahora mismo tienen en el parlamento valenciano. Y por ello, se erige en el refugio de los descontentos con las políticas del bipartito y en el voto útil de la izquierda más esencialista. De ahí, las críticas a Compromís en Medio Ambiente por "asumir la ideología del PSOE", como afirmó en una entrevista en Valencia Plaza la diputada autonómica Beatriz Gascó. "Veremos si el Botànic es un freno de mano a las políticas del PP o un cambio de dirección", insistió este martes Estañ, evocando su duro discurso en el pasado Debate de Política General.
Estas dos visiones diferentes del Acuerdo del Botánico motivadas por sus particulares cálculos electorales hacen muy complicado que el pacto alcanzado este año, aunque a costa de negociaciones intempestivas, se vuelva a repetir. De hecho, así lo expresó el mismo Estañ: "Percibimos una intención de mantener la estabilidad por encima de todo, aunque sea a costa del ideario propio", recriminó el portavoz Podemos en el parlamento este martes.
La cercanía entre diciembre -mes en el que se aprueban las cuentas del próximo año- con las próximas elecciones autonómicas de junio de 2019, hacen más que probable que a finales de 2018 el Botànic tenga que optar por una prórroga de estos presupuestos. Es decir, que no se pueda llegar a un pacto. Se trata, pese al acuerdo de este año, del escenario más probable ya que Podemos incrementará aún más su presión con el objetivo de aprobar medidas como la tasa turística -avanzaron que seguirán trabajando en ella- o el sistema de reciclajes SDDR de las que socialistas y valencianistas no quieren ni oír hablar. Si a poco más de un año y medio para los comicios se han mostrado tajantes, el 'no es no' del bipartito en cuestiones que puedan añadir más desgaste electoral al de los proyectos ya empezados como la reversión de los conciertos sanitarios será inamovible.
Con ello, Podemos tendrá pocas opciones de condicionar los presupuestos como lo ha hecho este año en cuestiones sensibles como, por ejemplo, la Agencia Valenciana de la Innovación. El gran proyecto de presidencia de la Generalitat Valenciana para este curso político ha quedado reducido presupuestariamente por las exigencias de los morados, que habían reclamado invertir el dinero en las teóricas partidas que debía financiar la tasa turística.
De momento, el partido que encabeza Estañ peleará por el compromiso de hacer pasar a todos los consellers por dicha comisión. Una propuesta, sin embargo, que aún no han trasladado al Consell, pese a que esperan que sea aceptada sin demasiadas complicaciones. El anexo que crea Podemos para justificar ante sus votantes y entre sus filas el apoyo a unos presupuestos teñidos de morado, pero sin la guinda de la tasa turística y el SDDR. Con esta medida, el partido de los círculos trata de asegurarse el ejercer de vigilante durante el último año natural de la legislatura del Botànic.