Pollo especiado cocinado sencillamente con humo y brasas. Un homenaje a la cocina cajún originada en Luisiana.
Nueva Orleans se encuentra en plana celebración de su famoso Mardi Gras y el Cabanyal ha querido emularlo con un resultado digamos que más humilde que el carnaval norteamericano. Menos mal que después del desfile, la comida en Fumiferro consiguió devolverme la fe en el barrio. Su pollo cajún es una excelente muestra de lo que se puede hacer con una carne modesta y la acertada mano de Alex Ordiñana en la cocina y sobre las brasas.
"Ahumamos el contramuslo de pollo amarillo con madera de haya y lo maceramos con nueve especias durante 24 horas. Mientras se ahuma, al pollo se le da una cocción a baja temperatura y antes de sacarlo a la mesa se remata con las brasas", explica el cocinero, uno de los socios del restaurante junto a Adrián Collado y Andrés Gimeno, los tres cabanyaleros de siempre.
El pollo queda crujiente por fuera y tierno por dentro, con un sabor intenso que realza el ahumado. Un plato estupendo para disfrutarlo en la bonita terraza que inauguraron esta misma semana. El street food ha aterrizado en el Cabanyal de la mano de Fumiferro. ¡Bien!