VALÈNCIA A TOTA VIROLLA

Por qué este kiosco de Doctor Collado mide la València vertebrada

Si los kioscos son “las neuronas de la calle”, la sucesión en el de Doctor Collado marca el camino para garantizar que la actividad cerebral de la ciudad no decaiga

12/03/2022 - 

VALÈNCIA. “Los quioscos son las neuronas de la calle, y al modo de éstas han construido una red de inteligencia urbana”, dijo Javier Pérez Andújar hace ahora cinco años. Formaba parte de un ejercicio de glosa de la importancia de esos puntos de encuentro urbano capaces de articular una red de contactos. ¿Qué pasa, sin embargo, cuando todas esas neuronas, una detrás de otra, van apagándose? En esas estamos.

Juanjo Roig, hasta hace un par de años era el ‘kiosquero en jefe’ de Doctor Collado. Si esa plaza es una ínsula, Roig era una especie de farero avistando lo que estaba por llegar. Con la lógica melancolía de quien intuye como la isla se anega. En uno de sus últimos testimonios, rescató el anunció con el que el periódico ABC homenajeó a su oficio: “El kiosco es importante. Porque, haga frío o calor, en cualquier tiempo o lugar, ellos son los que ponen en sus manos la noticia. Ellos, como nosotros, somos parte de una cadena que es un servicio público: el servicio de información de prensa”.

Más o menos en el mismo tiempo, el economista urbano Ramón Marrades situaba en esta plaza el fuerte frente al oleaje más fuerte:  “La Plaza del Doctor Collado puede ser el símbolo frente a la turistificación”. Aunque desde entonces han pasado tantas cosas -entre ellas, la desaparición de Hijas de Blas Luna-, el kiosco sigue siendo un termómetro idóneo para medir el estado de salud del entorno paradigma de la ciudad. Solo que los kiosqueros hoy son otros.

Bea Bascuñán y Albert Jornet y representan la defensa revisada de la plaza. Aunque esta mañana acaban de instalar los primeros bultos de la falla de la demarcación y el resto de elementos parecerán liliputienses, su tarea como instigadores de una València vertebrada adquiere una importancia capital. Responsables también de proyectos emblemáticos como la revista SOLO, su presencia, sus apuestas y sus renuncias, ejemplifican bien el instante de la ciudad. Esa lucha que se disputada en cada plaza por guarnecer la soberanía de las calles y no entregarlas, mustiamente, ante fondos impersonales.  

En esa disputa, los kioscos importan. 

“El kiosco es un punto de encuentro, un espacio social y un punto de información”, “en medio de la llamada ‘crisis del papel’, hecho que ha llevado a muchos kioscos a cerrar o estén a punto de hacerlo, planteamos un camino hacia la salvación de las casetas de prensa. Sino ahora habría otra caseta más cerrada en medio de la plaza. Sinceramente, no creemos que se pierda nada, el contenido que se ofrece es algo actualizado, que pone en valor proyectos y cultura para la ciudad. Sigue siendo un punto de encuentro, la prensa sigue disponible para aquellos que todavía la consumen en papel y un proyecto nuevo y bien planteado siempre apoya al barrio y la comunidad”.

Saber encarar bien los cambios, importa.

“Bea (Bascuñán) es de València y la opción de mudarnos siempre estuvo ahí. No obstante no lo habíamos considerado antes ya que en aquel momento Barcelona nos ofrecía todo lo que necesitábamos, pero pasa el tiempo, las ciudades evolucionan, las circunstancias de la vida cambian y sentimos que era el momento. València es una ciudad que nos ofrece otro ritmo sin perder muchas cosas importantes para nosotros, como la oferta cultural, la playa, el clima… Y que cambiar siempre está bien”.

Su historia como kiosqueros comenzó con su mudanza. “Habíamos fantaseado muchas veces en abrir una pequeña librería, una tienda… pero nunca nada serio, hasta que el hecho de llegar a València hizo que surgiera la propuesta de ser los encargados de abrir ‘una sucursal’ en la ciudad por parte de News & Coffee. Recoge todo lo que nos gusta y la idea nos sedujo. Nos encantan las revistas y nos encanta el café. Además, así lo demuestra nuestro proyecto SOLO Magazine. Una revista impresa donde tratamos de acercar la cultura del café de especialidad a todos los públicos. El hecho de editar esta revista nos ayudó también a dar el paso de abrir el kiosco”. 

Y entonces, el primer punto crítico: la sucesión. “Estuvimos tiempo explorando la ciudad y considerando diferentes ubicaciones. Buscábamos un espacio agradable, tanto para nosotros, como para la gente que nos viene a visitar. Un espacio donde poder estar, hojear las revistas tranquilamente sin molestar a otros peatones o poder sentarse a tomar un café tranquilamente en algún rincón agradable. Dr.Collado nos encantó y tuvimos suerte de que Juanjo se iba jubilar a los pocos meses. Timing perfecto para la transición. Juanjo cerró en marzo de 2021, hicimos los ajustes básicos para acondicionar el espacio a la nueva propuesta y abrimos de nuevo en junio. El nuevo modelo tuvo una muy buena acogida, todo son buenas palabras, pero está claro que nos ha llevado un tiempo (y aún estamos en ello, tras casi un año) presentar la nueva iniciativa y la oferta. Ahora nos centramos en prensa, revistas de diseño y café, no tenemos nada más que esto (no hay revistas del corazón, no recargamos el bonobús, no vendemos mecheros ni mapas…). La selección de productos es sencilla y sigue una línea muy clara”.

Tras su primer año, y su segunda falla junto al kiosco, el caso de Bascuñán y Jornet ejemplifica la diferencia entre abierto y cerrado, entre activar o dejar desactivado. O entre flexibilidad o bloqueo. “O se plantea un cambio o la alternativa es un espacio cerrado”, comentan. “Al final seguimos siendo un kiosco, seguimos ofreciendo servicio de prensa diario, pero a su vez reducimos la gran oferta de productos que tienen los kioscos clásicos para que el negocio funcione. La oferta de revistas de calidad y café creemos que es algo necesario y que le faltaba a la ciudad. (...) El consumo de prensa es escaso. Al final es un servicio para la sociedad más que un negocio. No obstante es diferente por lo que hace la parte de las revistas independientes de diseño. Revistas que se convierten en objetos, en experiencias que el digital no puede reproducir”.

Parafraseando a Pérez Andújar, la salud neuronal de València pasa por garantizar lugares como éste. Doctor Collado marca el camino para garantizar que la actividad cerebral de la ciudad no decaiga.

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