VALÈNCIA. El Centre del Carme, sede del Consorci de Museus, se encuentra actualmente en pleno proceso de transición. Lo es por lo que respecta al ámbito artístico, tras el cese de José Luis Pérez Pont como gerente y a la espera de la puesta en marcha del concurso para elegir a un nuevo director artístico. Pero no solo. Por lo que respecta al contenido, también el contenedor está en pleno proceso de revisión. Son varias las visitas que han realizado desde la Conselleria de Cultura al espacio en las últimas semanas, un análisis del que ha derivado una primera actuación: el borrado de pintadas en el claustro gótico del centro cultural.
Así lo anunció Cultura hace apenas unos días, tras comandar al Institut Valencià de Conservació i Restauració (IVCR+i) la eliminación de todas las inscripciones hechas a lápiz, permanente, boli o talladas directamente sobre la pared del espacio, unos actos de “vandalismo” que el gobierno autonómico vincula directamente a los “actos multitudinarios” celebrados en los últimos años, “en especial en 2023”, bajo la gerencia de Pérez Pont. "Alertados por los técnicos del CMCV y por el departamento de Seguridad y en la línea de continua colaboración con el resto de organismos adscritos a la Conselleria, hemos instado al IVCR+i a proceder para recuperar las capillas a su estado anterior", explicó el actual gerente, Nicolás Bugeda, a través de un comunicado.
Esta, en cualquier caso, no es la única actuación prevista para el presente curso, en la que el Consorci de Museus se ha puesto como objetivo distintas acciones que tienen que ver con la ‘puesta a punto’ del contenedor. Uno de los cambios que se ha puesto encima de la mesa tiene que ver con la reformulación de las salas expositivas. Sería cuando finalice la exposición del artista Felipe Pantone, recientemente prorrogada hasta el 14 de abril, cuando el centro espera acometer unos trabajos a través de los que se reunificará la Sala Zero y la Sala Carlos Pérez, que actualmente acogen la muestra de Pantone y la vinculada al festival del libro ilustrado Baba Kamo respectivamente.
Cabe destacar que estas salas temporales, tal y como especifica la propia página web del Consorci de Museus, fueron creadas en 2016 “por la Conselleria d’Educació, Investigació, Cultura i Esport, a propuesta del director del Centre del Carme, José Luis Pérez Pont”. Ambos espacios fueron separados para así contar con una sala de menor tamaño para proyectos de menor envergadura, la llamada Sala Zero, una división que el renovado equipo quiere eliminar para así volver a contar una gran sala que, de manera excepcional, podría dividirse con una gran puerta corredera. De igual forma, también se espera que se aprovechan los meses de verano para cerrar la sala Ferreres y acometer algunos trabajos de adecuación del espacio que tienen que ver con desperfectos en el pavimento o los muros.
Una de las acciones invisibles pero clave en el presente del museo es solventar la cuestión de la falta de licencia del Centre del Carme. Fue a finales del pasado año cuando desde Cultura frenaron in extremis una serie de conciertos al constatar que el centro no contaba con licencia, una situación que desde Conselleria se tildó de "grave e irregular” y que ha obligado a reordenar su programa de eventos. Por el momento, tal y como informó este diario, desde Cultura se está tramitando la correspondiente licencia.
La cafetería se descuelga para agilizar la nueva entrada
Otra de las actuaciones que desde el Consorci de Museus se prevé ejecutar antes de verano es el de recuperar la antigua entrada del espacio, situada en el claustro gótico, tras haber sido trasladada a otro espacio en la misma calle Museu. El cambio se realizó durante las obras que se llevaron a cabo en el mencionado espacio y en la Sala Capitular, que se esperaba fuera a acoger la cafetería del museo. De esta forma, el actual vestíbulo -que ya fue utilizado entre 2009 y 2011 durante la IV fase de rehabilitación del Centre del Carme- dejaría de ser el acceso para los visitantes, quedando descartada la apertura de ambas puertas. El cambio prevé recuperar así el acceso por el claustro gótico, desvinculándose los trabajos de los de la futura cafetería, cuyo futuro queda pendiente de definir.
Y es que los trabajos de la Sala Capitular se toparon con el hallazgo de unos arcos de yesería que obligó a paralizar los trabajos, evaluar su necesaria conservación, y la reformulación del proyecto entero. Esto ocurrió en enero de 2021, y tras una odisea burocrática entre los plazos de Patrimonio y la quiebra de la empresa adjudicataria, las obras nunca se llegaron a retomar. Ahora, el Consorci de Museus confirma que los trabajos de la entrada y los de la Sala Capitular separarán sus caminos, precisamente para finalizar los primeros y dejar en stand-by el proyecto de cafetería.
Proyectos aún por realizar
Estos trabajos menores formaran parte de una especie de segunda fase de la puesta a punto del Centre del Carme, tras convertirse en uno de los puntos calientes de la cultura valenciana durante los últimos años. Si bien ya se han realizado trabajos de urgencia en el Claustro Renacentista, a finales de 2022 Pérez Pont anunció una serie de inversiones para habilitar las plantas en ruinas del edificio de Artes y Oficios, del que actualmente solo es funcional el primer piso, donde se desarrolla el máster Permea.
"4.000 de los 14.000 metros cuadrados de los que dispone el recinto del Centre del Carme están, no solo sin utilizar, sino en ruinas", dio como dato el entonces director-gerente. Se esperaba que durante 2023 se empezaran las obras, pero no solo no se pusieron a punto, sino que no parece ser una de las prioridades sobre la mesa. Los trabajos fueron calculados en más de 2 millones de euros, que se ejecutarían a cargo de los fondos europeos, pero ni siquiera antes del cambio de gobierno, el departamento liderado por Carmen Amoraga anunció avance alguno.
Foto: KIKE TABERNER. 
