VALÈNCIA (EP). El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, ha descartado que se puedan reiniciar los viajes nacionales en Semana Santa como apuntó la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, porque "aún estamos en una situación gravísima" y "no se puede lanzar ningún mensaje de relajación".
Puig, en una entrevista a RNE recogida por Europa Press, ha apuntado que "desde luego que nos gustaría, porque para nosotros el turismo es un sector fundamental, pero a día de hoy pensar en Semana Santa como un objetivo no está en nuestro ánimo, sino que en nuestro ánimo está jugar partido a partido".
En ese sentido, ha expresado su deseo de que "ojalá más pronto que tarde" se den las "condiciones suficientes" pero "aún estamos un momento gravísimo, con más de 4.000 personas ingresadas en hospitales, y aunque está bajando la incidencia la situación sigue muy complicada". Por ello, ha advertido: "No podemos dar ninguna señal para la relajación porque hacerlo en estos momentos sería muy negativo".
Además, ha explicado que esta apertura debería ser "no solo en España sino en el resto de Europa porque si no nuestros clientes fundamentales tampoco podrían venir". "Desde luego me gustaría, como a la ministra, que se pudiera acelerar al máximo la vacunación y empezar a normalizar la situación, pero ahora aún no estamos mirando ese objetivo", ha apostillado.
Por otra parte, Puig, ha pedido a su homóloga en la Comunidad de Madrid, la 'popular' Isabel Díaz Ayuso, coordinación en las medidas contra la pandemia porque "es absolutamente absurdo pensar que alguien puede hacer la guerra por su cuenta" y le ha exhortado: "Cada uno debe asumir su responsabilidad y ser consecuente".
Se ha referido así preguntado por si considera responsable la decisión de Ayuso de levantar restricciones a la hostelería en estos momentos.
Al respecto, ha señalado que no quiere "decir a ningún responsable lo que tiene que hacer", pero ha recalcado que, para el Consell, lo que está "claro es que el objetivo es salvar vidas y también salvar empleos y empresas y para ello desde luego tenemos que superar la pandemia". "Esa es la hoja de ruta que es la más razonable, pero si alguien tiene otra visión, la respeto aunque desde luego no la comparto", ha recalcado.
En esta línea, sobre si esta estrategia de Madrid puede suponer un problema, ha constatado que "el virus no tiene fronteras y actuará donde pueda hacer más daño". Por ello, "se necesitan herramientas con la mayor concertación posible y si no la hay pueda haber algunos desfases que no contribuyan a la superación global" de la pandemia porque "este es el virus de la globalización y pensar que alguien pueda hacer la guerra por su cuenta es absolutamente absurdo".
En ese sentido, preguntado por si debe ser ahora el Gobierno central quien dé un paso adelante como reclama Madrid, ha replicado que las comunidades tienen "una altísima capacidad de poner restricciones, de administrar su autogobierno y esa debe ser la actitud leal y responsable que debemos tener".
"Mirar siempre hacia otro lado y no asumir la propia responsabilidad lo único que hace es que la ciudadanía pierda confianza en las instituciones y que los políticos pierdan credibilidad", ha constatado.
Por otra parte, ha considerado que "sería bueno" que "más pronto que tarde" se evaluara el funcionamiento de este estado de alarma, primero en el Consejo Interterritorial de Sanidad y luego en una Conferencia de Presidentes, para estudiar si hay que tomar alguna medida al margen de lo que el actual permite, así como analizar las posibles consecuencias de la introducción de la nueva cepa inglesa.
En ese sentido, ha descartado que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no quiera modificar el estado de alarma por una decisión política por las elecciones catalanas y cambie de postura tras el 14 de febrero. "Pienso que no puede ni debe ser así", ha subrayado.
De hecho, Puig, que ha aclarado que no ha realizado una petición formal para esta reunión, se ha mostrado "seguro" de que esta reflexión "se va a hacer" porque "hay que evaluar y en función de esa evaluación actuar".
Puig, ha abogado este martes por "consolidar" las restricciones vigentes en la Comunitat Valenciana sin ampliarlas para asegurar el período de "estabilización" en el que hemos entrado, aunque ha recalcado que "la gran esperanza" y "el caballo de batalla" contra el coronavirus es la vacuna y, en este sentido, ha destacado que a finales de semana ya habrá 50.000 valencianos vacunados con las dos dosis.
Por otra parte, ha defendido su postura de no administrar la segunda dosis a quien se haya vacunado irregularmente, aunque esta posición política estará "siempre condicionada a lo que diga el Comité de bioética y la Conselleria de Sanidad".
Puig ha insistido en que su opinión personal es que en una situación en la que se pueda beneficiar una persona vulnerable o continuar con la vacunación de una persona que no sea prioritario se actúe en favor de la primera y ha recordado que en Reino Unido no se está poniendo la segunda dosis.
Además, ha recalcado que es un debate "sano", con una componente "ético y político", de "saber a quién hay que priorizar" y que ha defendido "sin ningún dogmatismo".
Puig ha restado importancia sobre las discrepancias con la vicepresidenta Mónica Oltra, sobre esta cuestión y el cierre de centros comerciales: "Estamos en una situación muy complicada de la pandemia y cada grupo tiene una posición, pero lo que es evidente es que hay una posición de Gobierno".
Por último, ha defendido el trabajo realizado por los profesionales en la antigua Fe de "las críticas que han recibido por parte de algunos, sobre todo a través de bulos".
Puig ha recalcado que se ha habilitado este espacio ante esta situación de emergencia y que pese a no ser no ya un hospital con todas las prestaciones "se trata adecuadamente y con toda dignidad a los enfermos". "Los profesionales de la sanidad pública han hecho un trabajo enorme que nunca les agradeceremos bastante y no se merecen estas críticas", ha apostillado.