ALICANTE. La cuerda se ha tensado durante la jornada de este lunes hasta el punto de precipitar un desenlace definitivo para la crisis desencadenada en el grupo socialista del Ayuntamiento de Alicante. El secretario general del PSPV, Ximo Puig, ha forzado a Francesc Sanguino a dimitir como portavoz municipal, algo que se anunciará oficialmente este martes. Al tiempo, se dejará sin efecto el cese de los tres asesores destituidos por Sanguino, así como el intento de relevo de la portavoz adjunta, la edil Trini Amorós. El plazo para hacer efectivo los ceses vencía este martes. De esta manera, se pone fin a un tenso episodio que se vive desde el viernes, cuando Sanguino registró el escrito de comunicación de las destituciones ante la Secretaría General del Pleno. El desenlace que supone la dimisión de Sanguino llega tras una jornada en la que él mismo había tratado de extender el alcance de la crisis al elevar a la dirección nacional del partido en Madrid una denuncia sobre la existencia de una suerte de grupo municipal paralelo, de espaldas a quien era su portavoz y comandado por el veterano exdirigente Ángel Franco.
En realidad, durante las últimas 24 horas, Sanguino había tratado de tirar del cabo con dos nuevos posicionamientos con los que buscaba la intervención de las direcciones nacional y autonómica en busca de una decisión que pudiese descabezar a la agrupación local, a la que se considera bajo la el control del exsenador Ángel Franco pese a estar dirigida por Miguel Millana como secretario general.
En último término, según fuentes consultadas, la pretensión de ese pulso entablado por Sanguino tras involucrar de forma directa a las cúpulas del PSOE y del PSPV sería que se pudiese acordar la creación de una gestora encargada de promover una nueva asamblea en la que se facilitase la renovación, en un plazo por determinar. Todo pese a que Millana revalidó el cargo hace apenas tres meses en una nueva demostración de mayoría de los alineados con Franco en el seno de la agrupación. Sin embargo, esa pretensión ha quedado sin efecto.
Finalmente, Ximo Puig, quiera fuera el principal valedor de Sanguino en las primarias de 2019 para que se convirtiese en candidato la Alcaldía de Alicante, ha convencido al portavoz de que debe renunciar al cargo con el fin de que el funcionamiento del grupo municipal vuelva a encauzarse. De este modo, Sanguino seguirá como concejal raso. La intervención de Puig se produjo antes de este martes, cuando tiene previsto visitar la ciudad de Alicante, con el propósito de tener la papeleta resuelta, bien con la rectificación, que no ha sido posible, bien con la renuncia del portavoz, que se hará oficial a lo largo de esta mañana.
¿Cuáles fueron esos dos posicionamientos con los que Sanguino habría pretendido echar más gasolina al conflicto en busca de amparo de la dirección nacional y autonómica? El primero, el envío de ese escrito de denuncia a la sede de la dirección del PSOE en Madrid en el que exponía la existencia de un grupo municipal paralelo creado y dirigido por Ángel Franco con la "connivencia del secretario general local Miguel Millana" que celebraría reuniones periódicas a sus espaldas y que llevaría su propia política de comunicación, anulando su labor como portavoz.
En ese escrito, se pondría de manifiesto las divergencias que se llevan registrando desde hace más de un año -si no antes- en el funcionamiento del grupo municipal, dividido entre los afines a la dirección local y los hasta ahora alineados con Sanguino como portavoz. La división se ha evidenciado en distintos episodios desde entonces, como el relevo de las áreas de trabajo asignadas inicialmente a algunos concejales, ordenado por Sanguino; con la designación del sentido de voto en algunos acuerdos debatidos en pleno o incluso con la elección de qué iniciativas propias debían plantearse, en ambos casos a instancias de la ejecutiva local.
Lo cierto es que ningún órgano superior del partido ha intervenido en este tiempo para atajar esa situación pese a ser conocedores de ella. Al menos, Sanguino ha venido trasladando su versión de los hechos tanto a la dirección provincial como a la autonómica, sin que se haya promovido una averiguación interna para tratar de contrastarlos y, en su caso, adoptar una respuesta resolutiva que haya ido más allá de alguna llamada al orden dirigida a ambos sectores. Y lo cierto es que ahora, pese al intento de Sanguino, tampoco se preveía que pudiera producirse una actuación a corto plazo por parte de la dirección federal, inmiscuida en otra crisis interna tras la dimisión de Adriana Lastra como vicesecretaria general.
Sea como fuere, el mismo secretario general del PSOE en Alicante, Miguel Millana, negó este lunes la existencia de dicho grupo de concejales paralelo y defendió que la denuncia de Sanguino "no casa bien con el trabajo que hemos desempeñado desde el grupo municipal para ejercer oposición al equipo de gobierno y presentarnos como alternativa ante la ciudadanía". En esta línea, aseguró que "más allá de alguna diferencia particular, que se ha solucionado, se ha trabajado de forma cohesionada a pesar de que en algunos momentos el portavoz puede haber adolecido de falta de capacidad para armar al grupo y no haya convocado reuniones", señaló.
Al margen de esas diferencias de criterio, el segundo posicionamiento que redobló este lunes el desafío de Sanguino se produjo, precisamente, después de que siete de los nueve concejales que conforman el grupo municipal le emplazasen por escrito a rectificar respecto al cese de tres de los cargos de confianza y a la propuesta de destitución de Amorós como portavoz adjunta. Se trataba de una petición con la que se confiaba en "reconducir la situación", según explicó Millana en declaraciones a Alicante Plaza. Además, recalcó que se trataba de una posición compartida con la dirección autonómica del partido ("Queremos ir de la mano", dijo Millana), sin que ninguno de sus responsables se hubiese pronunciado públicamente al respecto desde el viernes. Solo Puig apuntó también este lunes, a preguntas de los periodistas, que "nadie es imprescindible" tras reconocer la existencia de diferencias en el grupo municipal alicantino.
Sin embargo, lejos de aceptar la rectificación solicitada por siete de sus compañeros de filas, Sanguino aseguró, a consulta de este diario, que su intención era mantener su decisión hasta las últimas consecuencias. Pero pasadas las 22:00 horas, todo cambió. Hasta el momento, había señalado que no tenía intención de retirar el escrito de cese de los tres asesores y quitó importancia a la posibilidad de que la destitución de Amorós no llegue a ejecutarse, después de que la Secretaría General del Pleno hubiese respondido al escrito registrado por Sanguino el viernes que, para promover el cambio de portavoz adjunta, se requiere un acuerdo firmado por la mayoría de los concejales del grupo. Sanguino dijo no conocer esa respuesta, aunque aseguró que, en cualquier caso, disponía de otras capacidades como portavoz que podrían tener un resultado análogo al del relevo de Amorós como portavoz adjunta.
Además, dijo ser consciente de que sus decisiones podían acabar propiciando su destitución como portavoz municipal, por acuerdo de la mayoría de los ediles del grupo, pero insistió en que "he tomado el camino que creía que debía tomar por una cuestión de dignidad personal y para no ser cómplice de una situación que vulnera los estatutos del partido", añadió. En esta línea, recalcó que, salvo que se fuerce su destitución, su pretensión era agotar el mandato como portavoz municipal "sin esperar que nadie me proponga un nombramiento en otra responsabilidad". "No estoy aquí por un cargo, puesto que tengo una carrera profesional al margen de la política", insistió.
En todo caso, sus planes se vieron alterados a última hora de la jornada, cuando la intervención del líder del PSPV conminó a que Sanguino hiciese efectiva su renuncia al cargo de portavoz este martes. Así, se procuraría una resolución rápida a la crisis, ajustada a la voluntad que también había expresado el secretario general del PSOE en Alicante. Tras alcanzarse el acuerdo de petición de rectificación a Sanguino, Millana señaló que "la situación creada no ayuda en el trabajo que estamos desarrollando para ganar la confianza de la ciudadanía como partido de gobierno capaz de ofrecer una alternativa para solucionar los problemas que existen en Alicante, que son muchos", concluyó.