VALÈNCIA (EP). El 'president' de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha insistido este martes en la necesidad de un nuevo modelo de financiación autonómica, a la espera de que el Ministerio de Hacienda cumpla su compromiso y presente el borrador, y ha preguntado al Govern de Catalunya "de qué sirve ausentarse de las mesas donde se juegan las partidas del futuro".
"Nunca pediré renuncias a ideas legítimas, pero es exigible, para la gobernanza, la ética de la responsabilidad", ha defendido al respecto en su intervención en un foro de debate en Barcelona sobre la participación del gobierno catalán en mesas como el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF).
Puig, también líder del PSPV, ha situado la financiación y la armonización fiscal como primera necesidad para una España más justa, cohesionada y "cómoda" y ha destacado que la "vía valenciana" de su gobierno ha introducido este debate a nivel nacional. "En la Comunitat hemos entendido que debíamos estar unidos tras esa reivindicación", ha subrayado.
Así ha puesto en valor la unidad de los partidos valencianos "excepto la extrema derecha" junto a sindicatos y patronal contra la infrafinanciación, además de "tender puentes" con otras regiones como Andalucía, Baleares o la propia Catalunya.
Y todo ello, ha reiterado, "sin frentismos ni partidismos, sino acercando posiciones por encima de siglas y de intereses privativos". "Porque hay un principio de plena vigencia: la confianza federal", ha recalcado, lo que supone que "cada parte tenga en parte sus intereses, los intereses del conjunto y los intereses de las otras partes".
En consecuencia, Puig ha señalado al ejecutivo de Pere Aragonès que "el pragmatismo no es huir de la utopía; es precisamente avanzar sensatamente para que sea posible", al hilo de la financiación autonómica. Y ha puesto como ejemplo un diálogo de la película 'Río Bravo': "Decía Ricky Nelson: 'No quiero complicaciones'. Y le contestaba John Wayne: 'Pues no las provoques'".
Al margen de la financiación, ha vuelto a defender la descentralización de las instituciones --"porque España será de todos o no será"-- y ha advertido que "ningún centralismo es inteligente; ni en Madrid, ni en Barcelona, ni en València".
También ha insistido en la urgencia del Corredor Mediterráneo --"ya basta de 'kilómetros cero' en los mapas y en las mentes"-- y ha destacado la unidad de los valencianos en torno al movimiento empresarial 'Quiero Corredor'. "¿Cómo es posible este retraso histórico?", se ha preguntado, para alertar que "cada día que pasa, pierde oportunidades el arco Mediterráneo y pierde España".
En clave política, Puig ha rechazado de nuevo el aumento del "fanatismo", que ha definido como negacionismo de la convivencia, y ha lamentado que en España desaparezcan "las líneas divisorias de las derechas, sin complejos". Por eso ha pedido que tome nota "el principal partido conservador", en referencia al PP y a posibles futuras alianzas con Vox.
Y ha hecho hincapié en la necesidad de combatir el descrédito de la política ante datos de estudios que apuntan que solo el 7% de los españoles confía en sus representantes. "Es un fracaso colectivo", ha lamentado, además de pedir superar el clima de "polarización permanente".
En materia económica, el presidente valenciano ha advertido que algo falla si en EEUU dimiten cuatro millones de trabajadores al mes y en España hay cuatro millones de parados. "La gente no aspira a una subvención, aspira a un empleo", ha reivindicado, y ha constatado que "la inestabilidad laboral acaba desembocando en la inestabilidad social".
También ha abogado por una política de "relocalización inteligente" en lugar de proteccionismo, para lo que ha recordado la responsabilidad social demostrada durante la pandemia. Y ha defendido una transición ecológica justa sin "parar el mundo: No se puede salvar el planeta dejando morir a las empresas".
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