De entre el ruido mediático internacional, y ya van varias veces que lo repito (que pesado), se ha producido un evento, la suspensión del tratado INF que ha pasado, relativamente, sin pena ni gloria y por eso vamos a divagar al respecto
La ultima semana hemos visto una noticia, o mejor dicho dos, en las que se daba cuenta de la suspensión del tratado INF (Intermediate-Range Nuclear Forces), primero los Estados Unidos, en una declaración de su presidente Donald Trump del día 1 de febrero en la que afirmaba que “los Estados Unidos suspenderán sus obligaciones conforme al Tratado INF y comenzarán el proceso de retiro del Tratado INF, que se completará en 6 meses”, aunque por otra parte le permite a Moscú “que Rusia vuelva a cumplir” con el mismo. Por su parte al día siguiente Vladimir Putin anunció que daba una “respuesta simétrica” y suspendía la participación de Rusia en el tratado. Pero que es este acuerdo internacional y porque se celebró.
Hemos de retroceder a la época de la guerra fría y del mundo bipolar, USA versus URSS, economía planificada y dictadura del proletariado contra capitalismo y democracia liberal. Tras una época de distensión con los acuerdos SALT - Strategic Arms Limitation Talks, conversaciones sobre limitación de armas estratégicas o la Conferencia sobre la Seguridad y Cooperación en Europa o Conferencia de Helsinki, en la mitad de la década de los 70s del siglo XX empezó a enfriarse cuando la Unión Soviética inició a desafiar a Occidente en una escalada continua, invadiendo o impulsando revoluciones bolcheviques en Vietnam, Kampuchea, Angola, Somalia, Etiopía, Nicaragua, Afganistan, etc. pero aún hubo más, la URSS inició alrededor de 1977 la instalación en su territorio y en otros países del Pacto de Varsovia, como fue la República Democrática Alemana, de un misil estratégico de alcance medio llamado SS-20, con un alcance de unos 5.500 km y tres ojivas de reentrada múltiple e independiente (bombas nucleares dirigidas), desencadenando la crisis de los Euromisiles, pues los europeos íbamos a ser sus víctimas.
Después se inició la lenta respuesta de la OTAN con su pretensión de instalar en suelo europeo los misiles Pershing II y Cruise (Crucero) para equilibrar la amenaza comunista. Pero todo se aceleró cuando el 20 de enero de 1981 inició su mandato Ronald Reagan y plantó cara a los Soviéticos, afirmando para sorpresa e incredulidad de propios y extraños, “Here’s my strategy on the Cold War: We win; they lose” (Aquí está mi estrategia en la Guerra Fría: nosotros ganamos; ellos pierden) a eso se le llama tener convicciones y seguridad en uno mismo, y todo cambió.
Los soviéticos empezaron a retroceder en sus posturas agresivas, y Mijail Gorbachov desarrollo su Perestroika y Glásnost (reestructuración y transparencia), dando lugar a un proceso que finalizó con la caída del muro de Berlin y el fin de la URSS. Entre todo ese proceso, antes de la implosión de Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, y como consecuencia de la antes citada crisis de los misiles SS-20 instalados en Europa y su contraparte de misiles Pershing II y Cruise (Crucero) o euromisiles, se firmo un acuerdo, el Tratado INF, firmado por Gorbachov y Reagan el 8 de diciembre de 1987, por el que se decidía, por las dos partes, la eliminación del Teatro de Operaciones europeo de los misiles estratégicos con un alcance operativo entre 500 y 5.500 km, lo cual rebajaba la posibilidad de una guerra nuclear limitada en Europa.
Después ya saben, fin de la guerra fría, mundo unipolar con el liderazgo de los USA como gendarme del mundo, el 11S y la guerra contra el Terrorismo, el encumbramiento de Putin, y el más que despegue de China como superpotencia mundial, el Multilateralismo, hasta nuestros días. En este escenario temporal cercano, desde 2008 y con la guerra de Georgia (invasión rusa), se ha producido una continua escalada de tensiones entre Rusia y Occidente, algunos hablan de una segunda guerra fría yo creo que es más una “Warm Peace” (Paz Ardiente) como por ejemplo la invasión de Ucrania con la ocupación de la península de Crimea, o una escalada tecnológica de armamentos con misiles supersónicos de crucero o armas anti-acceso y de negación de área (anti-access/area denial A2/AD), teniendo uno de sus últimos episodios (durante 2018 sobre todo) la instalación de misiles estratégicos Iskander (móviles) en el enclave de Kaliningrado (antigua Prusia y Konisberg) al sur de los Estados Bálticos, y el desarrollo de nuevas variantes de este misil como el 9M729, que aumentan su alcance violando el tratado.
Por lo tanto era inevitable la suspensión/ruptura del tratado, además de por Rusia por enviar a otras potencia con armamento estratégico, principalmente China, un claro mensaje de firmeza y disuasión al estilo de Reagan, ya saben we win, they lose, pues aunque las manecillas del reloj del Día del Juicio Final (del Boletín de Científicos Atómicos) haya retrocedido a dos minutos de ese fatal momento a finales del mes de enero, no se preocupen, y confíen en Flavius Vegetius Renatus ese tratadista romano que enuncio la máxima Si vis pacem, para bellum (si quieres la paz prepárate para la guerra) máxima latina que resume el principio de la Disuasión, pues la única forma de defendernos de totalitarismos y autócratas para mantener nuestra forma de vida es estar preparados, es decir bien entrenados y armados.