VALÈNCIA. La producción de series de televisión ha vuelto a hacer récord. Con casi 500 títulos estrenados solo en Estados Unidos, hemos llegado a tal volumen que se hace imposible realizar una clasificación más o menos justa, porque, con toda seguridad, estaríamos dejando títulos fuera, al no haber sido capaces de abarcarlo todo. Por otra parte están las preferencias subjetivas que hacen imposible estar de acuerdo entre la diversidad de lectores y analistas. Por estos motivos este final de año, más que clasificar las mejores obras, queremos reflexionar sobre los rasgos destacables de la producción de series de 2018. ¿Cómo ha salido la cosecha?
Mujeres empoderadas
Las mujeres son protagonistas. Una tendencia que ya comenzó a apuntarse en 2017, con éxitos como el de Big Little Lies, Feud y la primera temporada The handmaid’s tale. El año anterior las producciones situaron por fin a las mujeres en el centro del relato. El 2018, con la emisión de la mítica Doctor Who con nombre de mujer (Jodie Whittaker), la tendencia se ha consolidado. La maravillosa Señora Maisel, Homecoming, Killing Eve, Miss Sherlock y de nuevo The handmaid’s tale o The good fight, entre otras, han exhibido a protagonistas femeninas. Mujeres fuertes, divertidas, malvadas, luchadoras e incluso ariscas como Miss Sherlock.
Más LGTBI
Los héroes de las historias ya no tienen por qué ser obligatoriamente hombres pero tampoco heterosexuales. Según el informe de la Asociación estadounidense Gay & Lesbian Alliance Against Defamation (GLAAD), la representación de la comunidad LGTBI en las series en Estados Unidos ha marcado récord. De los 857 protagonistas de ficción, el 8,8% de los personajes regulares han sido LGTBI, frente al 6,4% del año anterior. Este 2018 ha incluido en total a 26 personajes transgénero con papeles regulares. Obras como Pose y Supergirl han sido un ejemplo de diversidad.
La duración importa
Con tanto catálogo disponible, somos cada vez más selectivos. No cabe duda que muchos de nosotros hemos tenido en cuenta la duración de los episodios para planificar nuestros atracones. Lo tedioso que supuso el visionado de The Romanoffs, con noventa minutos por episodio, por el contrario fue tremendamente fácil con Homecoming, con cuatro horas divididas en ocho episodios. Por otra parte, se ha convertido en algo habitual cuando recomendamos una serie, apuntar, entre sus cualidades, si es ‘cortita’ o hay que tomársela con paciencia.
Tan fundamental es este aspecto que, por ejemplo, los espectadores de obras como Fariña, fuera de nuestras fronteras, pese a celebrar la serie, se lamentaban en redes sociales de la duración de 70 minutos por episodio. 2018 será recordado en ese sentido precisamente porque algunos de los grandes operadores españoles han abandonado por fin el lastre de las duraciones más largas que en el resto de países. Antena 3 anunciaba a mitad de año que pasaría a producir capítulos de 50 minutos, y unos meses después fue TVE la que se sumó a la tendencia internacional.
Las series españolas se globalizan
La casa de papel, serie de habla no inglesa más vista de Netflix, se llevaba un Emmy Internacional a mejor drama, dejando con un palmo de narices a los espectadores de la televisión tradicional. Una paradoja que no debemos pasar por alto: la misma serie que batía récords en la plataforma de video bajo demanda, pasó por el prime time de televisión lineal en España con cifras discretas (1.798.000 espectadores en Antena 3). ¿Se trata de diferentes espectadores o el visionado de una serie de ficción conlleva un tipo de emisión ‘a la carta’ y sin interrupciones?
Pero no solo hemos visto series españolas premiadas internacionalmente. El éxito sin estatuilla de las producciones de aquí se evidencia al explorar la trayectoria de ventas internacionales de algunos títulos. Fariña ha sido emitida en más de 140 países, gracias a Netflix, con el título de Cocaine Coast. Y la producción adolescente, Élite, otro hit fuera de nuestras fronteras, se mantuvo durante dos semanas en el puesto número uno de serie más maratoneada de la plataforma.
El miedo, ahora terror, como motor
Si tras el 11-S el miedo invadió el subtexto de muchas de las mejores series posteriores a la tragedia de las torres gemelas, como en 24 o Battlestar Galactica, este 2018 el miedo ha cambiado de género, situándose no tanto entre títulos sobre amenazas islamistas, sino entre producciones de terror. Desde la angustiosa The Terror, que curiosamente no ha despuntado en las listas de lo mejor del año pese a lo que prometía; pasando por la más aplaudida, The Haunting of Hill House, la obra que mejor representa el subtexto en una serie de terror (la representación de nuestros fantasmas y nuestras angustias); o la obra basada en historias de Stephen King, Castle Rock; y, por último, Las escalofriantes aventuras de Sabrina, que es, sobre todo, un homenaje a las películas clásicas del género.
La familia, fuente de conflictos
¡Cuántos quebraderos de cabeza da la familia! Los traumas familiares son el tema principal, precisamente, en The Haunting of Hill House, donde cada hermano sufre desde su infancia reiteradas pesadillas que marcan su etapa adulta. Pero también en Las escalofriantes aventuras de Sabrina su protagonista se revela ante las tradiciones familiares y lo que sus insistentes tías esperan de ella. Algo parecido ocurre en Succession, una historia en la que los hijos de un magnate de la comunicación intentan robarle el poder de la empresa familiar en contra de sus deseos. Más rebelde se muestra aún La maravillosa Señora Maisel, una esposa entregada que descubre la infidelidad de su marido, y como reacción se transforma en una brillante comediante a base de expulsar sus demonios sobre lo que supone ser mujer casada y madre en los años 50. Para que luego digan que la familia no da juego.
Llegan más estrellas de cine
El goteo de estrellas de cine que va sumándose a la pequeña pantalla continúa. Este año le ha tocado el turno a Julia Roberts, Michael Douglas y Jim Carrey, con tres títulos, Homecoming, El método Kominsky y Kidding, que están entre lo más aplaudido según la mayoría de listas.
La burbuja sigue creciendo
Pese a que Youtube se ha despedido este 2018 de la producción de series y Facebook Watch ha conseguido cierta relevancia con Sorry for Your Loss, todavía no hay signos de haber llegado al pico televisivo de ficción en el mundo, en vista de que falta que aterricen la tanda de títulos que estrenarán Apple, Disney y AT&T. No estamos muy lejos, sin embargo, de llegar al final del camino. El año que viene seguramente lo sabremos.