ALICANTE. ¿Qué está sucediendo con Ecisa, la otrora principal constructora de la provincia de Alicante (puesto que le ha arrebatado tras una drástica caída de su facturación CHM Obras e Infraestructuras)? La empresa creada hace más de medio siglo por Manuel Peláez y ahora propiedad de la cotizada Urbas, tras una operación a tres bandas con el fondo catarí Al Alfia, languidece mientras las administraciones públicas le rescinden contratos por falta de avances en las obras adjudicadas y clientes privados que antes confiaban en ella buscan ahora otros proveedores.
Fuentes próximas a la compañía apuntan a un cambio de estrategia en Urbas como posible causa de la debacle de una empresa que, tras varias turbulencias, había logrado volver a dar beneficio en 2021, con Enrique Barreiro (hoy, fuera del proyecto y al frente de su propia constructora, Greenfo), aunque aún lejos de las cifras de sus mejores años pre Qatar. De cuidar y sacar de la UCI a la constructora alicantina para que fuese su punta de lanza en el Mediterráneo, Urbas habría pasado a desentenderse de ella, centrada como está en adquirir Abengoa en plena fase de liquidación de la ingeniería andaluza.
En todo caso, ¿tiene algún sentido que Urbas se 'comprase' (lo hizo a través de un canje de acciones con Al Alfia, ahora accionista significativo y consejero del grupo cotizado) una gran constructora en Alicante para dejarla morir en dos años, justo cuando acaba de reflotarla? La respuesta debería ser que no, pero los clientes de Ecisa, sobre todo las administraciones públicas que han comenzado a quitarle grandes obras en Alicante, están alarmados por la falta de respaldo financiero de la matriz a la firma alicantina que han detectado en los últimos meses.
Así, en el mes de diciembre Ecisa ha visto cómo tanto la Conselleria de Vivienda como el Ayuntamiento de Alicante le rescindían dos contratos en la capital alicantina: la rehabilitación del barrio Miguel Hernández y la nueva plaza de San Blas. En el primer caso, se trataba de un contrato de 2,2 millones para rehabilitar dos bloques de viviendas en la Plaza Yolanda Escrig (antes Plaza de la División Azul), cuya rescisión por falta de avances, acordada en agosto, acaba de recibir el aval del Consell Jurídic Consultiu.
El segundo se anunció hace menos de una semana en el pleno del Ayuntamiento, donde se desveló que los técnicos municipales han concluido que, con dos meses de inactividad, se puede dar por incumplido el contrato y despedir a Ecisa. Dos reveses para la imagen de la constructora que ni en los peores tiempos de la anterior crisis económica, cuando la empresa (aún con Al Alfia como accionista) seguía controlada por los herederos de Manuel Peláez, nadie habría sospechado que pudieran producirse jamás.
No son solo las administraciones. También clientes privados que hasta ahora habían confiado en la constructora alicantina, o que tenían previsto encargarle obras importantes a corto plazo, se lo han pensado mejor. Uno de ellos sería la cadena hotelera Servigroup, según fuentes próximas, aunque un portavoz de la cadena ha negado a este diario que hubiera algún problema con Ecisa (o alguna obra prevista). También Alibuilding, la promotora de la familia Alcaraz, ha dejado de contratar a Ecisa tras encargarle en muy poco tiempo las obras de San Juan Beach y Benidorm Beach, aún con los Peláez al mando.
Ecisa, que abandonó en 2021 su sede histórica de la playa de San Juan (construida en su día para Hansa Urbana) para intentar rentabilizarla con un alquiler o su venta, y se mudó al edificio azul (también de su propiedad) en la avenida de Alfonso X El Sabio, logró por fin el año pasado reponerse a la crisis dentro de la crisis que supuso la pandemia del coronavirus en pleno cambio de modelo de negocio por segunda vez en un lustro. Con un incremento del 70% en su facturación hasta los 61 millones y un beneficio de 3 millones (los primeros 'números negros' en una década), Ecisa parecía haber dado con la tecla. La salida de Barreiro a finales de ese año y el cambio de estrategia de Urbas con Abengoa como objeto de deseo parecen haberla vuelto a poner en el alero.