VALÈNCIA. La moción de censura de Sueca está resultando un quebradero de cabeza y un desajuste de piezas para la mayoría de los partidos implicados, tanto en lo que se refiere a instigadores como a receptores. Y, sobre todo, para PP y PSPV, incluso para Compromís. Quien más gana, a priori, es Sueca per Davant, la formación del previsible futuro alcalde, Julián Sáez.
El Partido Socialista perderá, si se sustancia la moción con su presentación por registro de entrada del Ayuntamiento en los próximos días y con la posterior votación en pleno, una de sus alcaldías emblemáticas, la de la capital de la Ribera Baixa.
Dejará de tener a un alcalde, Dimas Vázquez, cuyo pacto con PP y Cs el pasado mandato provocó un conflicto interno en el Botànic II al perjudicar a Compromís, vencedor en los comicios de 2019.
Desde el PSPV se excusaron en una medida local y reaccionaron tímidamente con el anuncio de la apertura de un expediente que nunca se llegó a concluir. Incluso Vázquez pudo repetir en 2023 como candidato socialista y ganó. La dirección regional se ha resignado a que las decisiones de partido en Sueca se toman en la agrupación de Sueca. O en el grupo municipal.
En cambio, el Partido Popular, una formación de tradición más jerárquica, no está dispuesto a que los expedientes se queden en agua de borrajas. De hecho, va a abrírselo, y de expulsión, a sus concejales Isabel Benet y Pío Lledó por no solamente no firmar la moción de censura contra el actual alcalde, sino por además haber llegado a un acuerdo con él, según informa el diario Levante, para asumir unas teóricamente efímeras -hasta que en unas semanas se produzca el cambio de gobierno- delegaciones.
Ese pacto, por cierto, debería, como cualquier otro en el PSPV, ser autorizado por el partido y refrendado por la agrupación, algo que no ha sucedido.
En cualquier caso, y volviendo al segundo perdedor en esa moción, el PP, va a abrir expediente a dos de sus tres concejales por desobedecer las indicaciones de órganos superiores. Únicamente su cabeza de lista en 2023, Carolina Torres, las acató al haber suscrito ante notario la la citada moción que se presentará por registro de entrada del Ayuntamiento de Sueca la próxima semana.
Los estatutos del PP a escala nacional contemplan, dentro del Artículo 16 con el epígrafe de ´Infracciones muy graves', el punto ' e´, que especifica "la desobediencia a las instrucciones o directrices que emanen de los órganos de gobierno y representación del Partido, así como de los Grupos Institucionales del mismo".
Tanto la cúpula regional como la provincial de la formación popular han desechado pactar con el PSPV y han optado por inclinarse hacia la moción de censura. En cambio, los dos concejales expedientados han preferido el acuerdo con el alcalde.
Esa "desobediencia" acarrea la expulsión directa o la suspensión de militancia durante un mínimo de cuatro años. El Comité de Derechos y Garantías tiene dos meses para sustanciar el expediente aunque puede pedir la aplicación cautelar de la medida. De momento, la divergencia de acciones entre Torres, Benet y Lledó ha generado la fractura del grupo. El proceso de expulsión comenzó ayer mismo a instancia de la dirección provincial del PP.
Mientras, Compromís, el tercer partido supramunicipal implicado en la decisión de cambio de alcaldía, verá consumada su venganza. En 2019 ganó las elecciones y no accedió a la vara de mando por el antes citado pacto del socialista Vázquez con PP y Cs. Ahora podrá alejar a su antagonista del sillón presidencial.
No obstante, lo hará sin obtenerlo la propia Compromís, sino cediéndolo a SxD, y con controversia interna incluida con tres de sus concejales -los de Iniciativa- que no ven clara la medida, aunque la asamblea compromisaria la haya respaldado.
Por tanto, la ganancia completa la conseguirá únicamente Sueca per Davant que, con tres concejales sobre los 21 del total del hemiciclo, se aupará hasta la alcaldía y se mantendrá, según el pacto alcanzado, hasta el final del mandato. Su candidato, Julián Sáez, será primer edil.
No obstante, no está de más apostillar que previsiblemente lo será, porque la historia de la moción de censura de Sueca lleva muchos artículos ya redactados por los continuos vaivenes antes de su firma. Todavía puede dar para bastantes más antes de que se vote -por ejemplo, con el anuncio de reparto de delegaciones- o incluso durante el pleno de investidura si se mantiene esta dinámica convulsa e imprevisible.