Rajoy junto los parlamentarios valencianos a Madrid y los altos cargos del PPCV | EVA MÁÑEZLos nombres que terminen entrando en la candidatura determinarán la fuerza de cada uno de los primeras espadas del partido
VALENCIA (FOTOS: EVA MÁÑEZ). Cualquier cargo intermedio -o incluso simple afiliado- de cierto recorrido afirmaría sin demasiada reflexión que el poder para elaborar las candidaturas del PP al Congreso de los Diputados lo tiene la dirección nacional, situada en la calle Génova de Madrid. Esto, técnicamente real, dado que todas las listas pasan por la capital para recibir luz verde, no implica ni mucho menos que todos y cada uno de los nombres sean dictados desde la cúpula de la formación. En el proceso de confección de las candidaturas intervienen muchos factores y 'pesos pesados' de la organización: hasta el punto que los nombres que terminen ocupando los puestos cabeceros de la lista determinan a menudo la fuerza que poseen los respectivos 'primeros espadas' del partido.
Si la tensión suele incrementarse en momentos como este, la previsión a la baja que las encuestas señalan para el PP, que además ya no dispone del Gobierno valenciano para satisfacer a muchos activos importantes de la formación, han provocado un aumento de los nervios por ocupar estos puestos. A ello hay que sumar los cambios que se han producido en la Comunitat Valenciana, que obliga a los nuevos líderes a demostrar su fuerza, mientras que otros ya de salida o en horas bajas quieren intentar mostrar su influencia.
En este punto, y contando con que el número de diputados populares podría pasar de los 20 conseguidos en 2011 a la mitad según algunos sondeos: con este posible adelgazamiento, los que consigan colarse en la lista o situar a alguno de sus afines en puestos preferentes marcarán territorio de cara al futuro.
Las estrategias para ello en la circunscripción de Valencia son dispares: el delegado del Gobierno, Juan Carlos Moragues, ha dejado entrever públicamente su deseo de formar parte de la candidatura al Congreso en un puesto de salida. En este caso, el exconseller, que es un recién afiliado al partido, no tiene valedores en la Comunitat Valenciana para esta misión. Su inclusión debería llegar vía directa desde Madrid, a través de la bendición de un 'peso pesado' como, por ejemplo, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro. Precisamente una de sus aliadas en el PPCV es la exportavoz María José Catalá, quien también ha sonado para viajar al Congreso. En la misma línea, y salvo sorpresa, de producirse su entrada sería a través de una gestión hecha desde la capital.
También desde Madrid debería llegar la bendición -o mejor dicho la orden- de que fuera incluido en la candidatura el histórico Ignacio Gil Lázaro (33 años de parlamentario le contemplan) y la secretaria de Estado Susana Camarero. Ambos han cultivado sus influencias políticas en la capital más que en la Comunitat en los últimos tiempos.
Por otro lado, son diputadas actualmente en el Congreso la exconcejal Marta Torrado, que forma parte de la dirección del grupo, y Belén Hoyo, quien es coordinadora provincial del partido en Valencia. Fuentes populares opinan que la primera podría entrar en puestos cabeceros sí interviniera la exalcaldesa Rita Barberá. En cuanto a la segunda, es una de las personas de máxima confianza del presidente provincial, Vicente Betoret, quien también tratará de mostrar fortaleza situando a una de sus afines en los lugares de salida.
Pero hay más. En los últimos días se especula en los mentideros populares con que la actual presidenta del PPCV, Isabel Bonig, pueda pretender situar de forma personal algún nombre. Ha sonado como posible aspirante la exalcaldesa de Alzira, Elena Bastidas. A ello hay que sumar que está abierta la posibilidad de que el ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, sea impuesto desde Madrid como número uno por Valencia. Ocho nombres que, además de otros dirigentes que ocupan escaño actualmente pero se les otorgan menos posibilidades, se antojan demasiados ante unas previsiones que se sitúan en una horquilla de entre 4 y 5 escaños, seis para los muy optimistas.
En las otras dos provincias también hay incógnitas. A priori, tiene la cancha más despejada el presidente del PP de Castellón, Javier Moliner, quien ultima una renovación de los diputados actuales, incluso con la posibilidad de hacer pleno y situar a miembros de su cuerda.
Moliner tiene el camino más despejado en Castellón, mientras que Císcar y Betoret deben situar a sus afines para mostrar fortaleza
En Alicante, tal y como informó este diario, el abanico es más amplio. Génova podría realizar alguna imposición como la del propio Margallo o la del vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado, no se descarta tampoco una posición preferente para el exconseller Gerardo Camps o que repita con ciertas opciones Julieta de Micheo. Ahora bien, se espera que la dirección provincial liderada por José Císcar tenga algo que decir. El propio presidente alicantino tendría opciones si quisiera dar el salto y, si no, también deberá situar a alguno de sus afines en los puestos de salida para dar imagen de fortaleza.
Por otro lado, el presidente del Gobierno y del PP, Mariano Rajoy, se desplazará este sábado precisamente hasta la provincia de Alicante para participar en un acto de partido, según informaron este lunes fuentes del PPCV.
Por el momento no ha trascendido el contenido del acto pero desde la dirección regional confirmaron que Rajoy vendrá a la Comunitat a un acto que "seguramente" tendrá lugar en la provincia de Alicante.
El presidente ya viajó el pasado 3 de octubre a Valencia para la clausura de una jornada que tuvo como lema '#PParaLaLibertad', con la que el PPCV cerró los encuentros provinciales que tuvieron lugar tras las elecciones municipales y autonómicas de mayo para trazar las líneas a seguir por la formación "en su nueva tarea" de oposición.
