A los diez años creía que la tierra era de los adultos. Podían hacer el amor, fumar, beber a su antojo, ir a donde quisieran. Sobre todo, aplastarnos con su poder indomable. Ahora sé por larga experiencia el lugar común: en realidad no hay adultos, sólo niños envejecidos. Quieren lo que no tienen: el juguete del otro. Sienten miedo de todo. Obedecen siempre a alguien. No disponen de su existencia. Lloran por cualquier cosa. Pero no son valientes como lo fueron a los diez años: lo hacen de noche y en silencio y a solas.
Espero que se me perdone por abrir este texto con las palabras del maestro José Emilio Pacheco, escritor mexicano que ha sabido materializar en un poema el sentimiento más aterrador que he podido conocer.
"Ha volado por grupos el artículo sobre que los millennials ya son unos vejestorios para las empresas tech"
Son ya muchos años trabando muy cerca de México y sus gentes, siendo otro capítulo que ha refrescado mi vida para mejor. Ya no solo por frases tan maravillosas cuando alguien desaparece: "Te me vas como gorda por tobogán" sino por sumar otro crisol de costumbres, sabores y afectos; los cuales nutren tanto en lo personal como en lo profesional y ampliar la visión del mundo. Por ello, las palabras de don José Emilio no son más que la materialización, artística, de una gran verdad que todos hemos sentido en mayor o menor medida (sin saber expresarlo bien). Para eso están los duchos con las letras imagino.
Ha volado por grupos de WhatsApp de toda España el artículo sobre que los millennials ya son unos "vejestorios" para las empresas tech. Y es que, si ya hace mucho que la gerontofobia en las empresas más modernas siempre ha existido en mayor o menor medida, nos encontramos ante un equilibrio delicado que funciona por épocas. Ni todos los becarios merecen serlo ni todos los grandes cargos merecen ser jubilados.
Si, los millennial son oficialmente viejos, saben mucho sobre Excel, pero nada sobre Amadeo Lladós y eso no se puede perdonar. Aunque la historia nos demuestra que los mejores equipos son transgeneracionales el negocio del momento es convencer a un cliente desinformado que la “artificiencia intiligial” puede resolver sus problemas mucho mejor que su vieja hoja de cálculo. No harán nada de hincapié en que ese pequeño factor estadístico que contiene hará imperfectos la mayoría de sus datos… Pero claro… ¿Quién quiere que sus facturas cuadren con sus pagos?
Muchos hemos dado suficientes clases particulares para tener claro que ni los 50 son una mala edad para aprender cosas nuevas como que los 20 es una edad con cosas que no son imposibles de entender si se explican bien. Porque encima hemos pasado en España de no integrar la cultura del fracaso a ser fracasados profesionales. Antes, efectivamente había que hacer entender a la sociedad que fracasar es bueno y que de todo se aprende… Ahora parece que el fracaso es algo necesario para triunfar, y si hacemos caso de quien más sabe, podemos conseguir mejores resultados y el éxito sin sufrimiento.
SÍ, hay un camino fácil si no somos tozudos con el que ya mediado con esa batalla que nos inquieta. Solo espero que este dato no sea real: los coches de más de quince años de antigüedad eran en 2005 el 4% del total en España. En 2024 son el 42%. El modelo de coche más vendido hoy en España es un Dacia, igual que en Marruecos, Moldavia, Rumanía, Bulgaria y Bosnia. Este septiembre Cristian Campos ha dado en la tecla tan fuerte que casi la rompe. No todo es mirar el precio de la vivienda.
La "trastornación digital" acelera, damas y caballeros, y mientras se escriben estas palabras un molesto icono de sugerencias no para de insistir en que cambie cosas ¡Y no quiero! Ha vuelto Clippy, pero no en forma de chapa: ha vuelto más fuerte que nunca.